Colón hablaba catalán

El libro El ADN de los escritos de Cristóbal Colón, de la profesora Estelle Irizarry, “propone y confirma el verdadero origen catalán del navegante” y afirma “en voz alta que Colón era natural de un territorio de la Antigua Corona de Aragón, súbdito de Fernando y que aprendió el catalán antes que el español”, según Nito Verdera, autor de ocho libros sobre Colón.

Partiendo de la observación de Consuelo Varela en la que afirmó que “el gran navegante no se expresa de manera correcta en ningún idioma”, Irizarry señaló a Europa Press que ella se cuestiona “cómo su español tan notoriamente incorrecto puedo ser tan eficaz, poético y elocuente”.

En este sentido, manifestó que en los escritos de Colón aparece “un idioma parecido al español, que parece un español incorrecto que adquirió sus características cien años antes del primer viaje de Colón, cuando hubo terribles masacres en las juderías, el judioespañol, llamado también ladino”.

En El ADN de los escritos de Cristóbal Colón la profesora titular emérita de literatura hispánica en la Universidad de Georgetown, Washington, detalla unos 18 categorías de ladinismos léxicos, morfológicos, ortográficos y sintácticos que se encuentran en el español de Colón y discute variantes como el ladino catalán.

Uno de estos ejemplos es la redundancia del posesivo, una construcción que desapareció en el español antes de 1474 según Lapesa pero que aparece en escritos de Colón en 1492.

Las pruebas del ADN literario de Colón han tenido resultados “sorprendentes”, tras extraer del corpus literario de Colón, compuesto por más de 100 cartas, diarios y apuntes, información que aclara “muchos misterios y mitos”. Según la autora, se ofrece “un método objetivo a base de un componente inconsciente de la escritura de Colón, la puntuación”.

M.B.Parkes en Pause and Effect explica que los autores no puntuaban sus propios escritos en la época de Colón. Sin embargo, la de éste es “sumamente llamativa” por su frecuencia y por su empleo de la barra diagonal que se llama vírgula o solidarus, junto con doble diagonal, espacios, y combinaciones de punto y vírgula, espacios y punteros. Ante esto Nito Verdera “no aceptaría ningún manuscrito como autógrafo de colón si no lleva vírgulas, porque él puntuaba así hasta sus apostillas”.

La autora confesó que descubrió que “el estilo de puntuación obedecía una disposición geográfica” y que entre los cientos de documentos que examinó había “un patrón”. En este sentido, manifestó que “los de Castilla no usaban vírgulas y que éstas surgían en las tierras hoy catalanohablantes de la Antigua Corona Reino de Aragón”. Ante esto, dijo que este método se puede usar trazar el origen de Colón.

“Hasta ahora el ADN apunta a Ibiza”

En el libro compara el sistema de escritura del navegante con manuscritos de Galicia, Portugal, Italia, Tarragona, Castilla, Barcelona, Ibiza, Europa o Génova, entre otros y “hasta ahora el ADN apunta a Ibiza”, concluyó.

La doctora declaró a Europa Press que “la puntuación sirve para probar la paternidad de manuscritos dudosos o falsificados atribuidos a Colón, ya que el secreto está en la vírgula, una diagonal sencilla o doble que le servía de coma, punto y coma y punto final. Asimismo, apostó por la revaluación de documentos tenidos por autógrafos colombinos, pues ”si no tienen vírgulas, como el único documento que dice que nació en Génova, son falsificados o escritos por un notario o copista“.

Además, aseguró que tras un examen de cientos de manuscritos, Irizarry concluyó que “la puntuación con vírgulas fue un fenómeno geo-cultural, capaz de iluminar otra área de disputa, como el origen del navegante, ya que escribía siempre en español, a pesar de ser muy elocuente se veía que no era su lengua materna”.

De esta manera, Nito Verdera señaló que “Irizarry propone y confirma el verdadero origen catalán del navegante y que ahora se puede afirmar en voz alta que Colón era natural de un territorio de la Antigua Corona de Aragón, súbdito de Fernando y que aprendió el catalán antes que el español”.

El libro recoge además cinco estudios sobre el ADN de sus extensos y variados escritos. En primer lugar se enfoca el Colón escritor, basándose en cuatro comunicaciones correspondientes a cuatro viajes. El principal texto es el Diario del primer viaje, que refleja el “evidente dominio de lenguaje y estilo que se manifiesta en los más variados registros expresivos”. Por otro lado, señaló que Colón fue “un poeta nato”, aunque apuntó que el eje del libro es un capítulo extenso sobre algo minúsculo, su escamoteo en los estudios columbinos.

La doctora Estelle Irizarry, es profesora titular emérita de literatura hispánica en la Universidad de Georgetown, Washington. Ha publicado 34 libros de crítica literaria y ediciones y más de 150 artículos en revistas internacionales. Sus libros incluyen monografías sobre los autores españoles Francisco Ayala, Rafael Dieste, Odón Betanzos Palacios y Eugenio Fernández Granell

Especialista en informática literaria. En 2007 y 2008 publicó en Ediciones Puerto La voz que rompió el silencio: la novelística singular de J Elías Levis en Puerto Rico post-1898 y Ediciones anotadas de las novelas de Levis: Vida nueva y El estercolero (1899)/Estercolero (1901).

Desde 1995 es miembro de número de la Academia Norteamericana de la Lengua Española y correspondiente de la Real Academia Española. Recibió del Ministerio de Educación de España la Cruz de la Orden Civil de Alonso X el Sabio y es socia honorífica de la Hispanic Society of America.

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