Élon Brasil expone su ''expresionismo realista'' en la capital grancanaria
“Yo pienso que la pintura tiene un efecto humanizador en las personas, el arte tiene un poder transformador”. Quien así se expresa es Élon Brasil, que después de Nueva York, Los Ángeles, Paris, Suiza y Londres, llega a España, y es en Las Palmas de Gran Canaria donde expone su obra el artista plástico brasileño.
Su trabajo esta inspirado en la cultura negra y en la de los indios Xingu. La muestra producida por Abacaxi Showroom se podrá ver en Luroa Galería de Arte, en el local 9 del número 10 de la calle Perdomo, desde este viernes, día de la inauguración a las 20:30 horas, hasta el 14 de marzo.
Élon viene de su exposición en Los Ángeles donde recibió a las estrellas de Hollywood. Sus obras están en las colecciones de actores como Samuel L. Jackson y Forest Whitaker, o del astro del baloncesto Magic Jonson, así como del cantante Cederic de The Entertainer.
Nacido en 1957, en la playa de Jurujuba, Niteroi, en el estado de Río de Janeiro, su obra es definida por él mismo como “expresionismo realista”. Está compuesta por las imágenes de su tierra, indios, negros y mestizos.
Sus temas buscan resaltar y conservar la cultura brasileña en sus raíces. Hijo de madre negra, nieta de indios, y de padre (el artista Milton Brasil), nieto de emigrantes italianos y portugueses, Élon busca en las culturas que forman su herencia étnica, los indígenas y los africanos, no solo reproducirlos de forma pintoresca y folclórica, sino también con la firme intención de captar lo sagrado o mágico, estando anclado en los seres, en las comunidades, como experiencia existencial; sus ritos o magias, que atribuyen significado de sus territorios naturales y de lo cotidiano.
Élon en su pintura utiliza la técnica del óleo sobre tela impregnada de resina. El artista mezcla diferentes tejidos que le garantizan una textura muy peculiar. Para ello utiliza materiales rústicos como las estopas de los sacos de café o azúcar.
Sus pinturas están marcadas por tonos de tierra, ocres, marrón y negro, y las imágenes ocupan todo el espacio de la tela. Retrata indios, negros, niños y adultos de miradas esquivas, melancólicas a la par que serenas.