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La fría y peligrosa belleza del mar tasmano

Como en todas las islas habitadas del planeta, la relación del humano con el mar en Tasmania es muy estrecha. Sin embargo, la latitud en la que se encuentra determina que la temperatura del mar sea baja y solo pueda ser disfrutado por los bañistas durante los meses estivales. En invierno, la temperatura ronda los 10 grados de temperatura y muy poca gente es capaz de darse un chapuzón. No es de extrañar que en esta isla no exista un turismo de playa, tal y como ocurre en Canarias.

Los buceadores que existen en Tasmania practican este deporte para capturar langostas y almejas, muy parecidas a la almeja canaria, pero que alcanzan un mayor tamaño. Los precios que alcanzan estos dos recursos son elevados y existe una pesquería específica para su explotación. En los últimos años, está adquiriendo una gran notoriedad en los medios de comunicación la biodiversidad que albergan sus aguas a partir de varias publicaciones realizadas por investigadores de la Universidad de Tasmania. Los fondos rocosos están llenos de vida y destaca el kelp, alga gigante que alcanza varios metros de altura, y fondos colonizados por mejillones y otros moluscos. Aunque en la actualidad se están extendiendo los blanquizales, por la actividad de un erizo que proviene del continente australiano.

Aquí existen estuarios, donde el agua continental se junta con el agua marina, dando lugar a zonas con una gran producción que se traduce en una visibilidad en el fondo muy baja y una gran presencia de peces. En algunos de ellos no es posible practicar la pesca por la presencia de industrias (papelera, metalurgia, etc.) que liberan sustancias de desecho en los ríos y estuarios, como ocurre en el estuario de Derwent donde se encuentra Hobart, la capital de la isla.

Debido a la peligrosidad del mar, una parte importante de la costa oeste de la isla es impracticable para realizar cualquier tipo de actividad y la costa es acantilada e inaccesible desde costa. En las otras vertientes de la isla es necesario conocer con antelación la previsión del tiempo porque es muy variable y puede convertirse en un mar de fondo con varios metros de ola en cuestión de horas. Por esta razón, la mayor parte de los usos costeros del mar tasmano se limitan a las zonas abrigadas de la costa, bahías protegidas y estuarios. La naturaleza salvaje de este mar es uno de los atractivos para los fotógrafos de paisajes costeros.

Sin lugar a dudas, uno de los atractivos costeros más importantes de Tasmania son los fondos marinos de arenas blancas que existen en la parte noreste de la isla y que contrastan con el colorido de las rocas. Realizar una excursión de varios días por los caminos costeros que existen en esta zona de la isla debe ser una de las prioridades durante nuestra estancia en Tasmania; si además aprovechan una de esas mañanas para levantarse antes del amanecer seguramente puedan presenciar un amanecer que recuerden durante varios años.

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