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Huérfanos del WOMAD

Suele decirse que el hombre es un animal de costumbres. Algunas más sanas que otras. La mayoría de estas citas las dicta el calendario. Las cenas de Navidad, que ya tenemos cerca, fin de año, la noche de San Juan, etc. Otras, como el Carnaval, dependen más de la agenda política y social.

Este año Las Palmas de Gran Canaria se ha quedado huérfana de una de estas citas obligadas. El WOMAD ha abandonado la capital grancanaria. Más bien, se podría decir que ha sido invitada a marcharse obligando a miles de personas a abandonar esa sana costumbre. Los actuales responsables políticos decidieron echar a este festival de Las Palmas de Gran Canaria y de Canarias (al menos por el momento). A esa torpeza política se le une la pérdida que supone para los habituales asistentes, los comercios y hoteles de la zona y, sin duda, para el prestigio de nuestra ciudad.

El WOMAD aterrizó en la capital grancanaria en 1993. Y lo hizo con los pies metidos en la arena de la playa de Las Canteras. El festival contaba ya con 11 años de experiencia y viajes por el mundo. Con más de una década, el WOMAD, era un festival maduro y así lo demostró aquí, de la mano de Dania Dévora y su equipo.

Mucho ha llovido desde entonces. Los responsables políticos de la ciudad han cambiado (de color y de parecer), la población y el paisaje también son diferentes, en definitiva, la ciudad ha cambiado. Y con ella iba migrando el WOMAD. De la playa de las canteras a Maspalomas (tras unos años de descanso) y de ahí, al Parque Santa Catalina, donde parecía haber encontrado su lugar.

El WOMAD es escuchar en una sola tarde a una cantante de Israel, un grupo de Senegal y cantar los estribillos de Los Coquillos mientras degustas un plato de comida turca. El WOMAD es encontrarte con viejos amigos año tras año y comentar con ellos el cartel de artistas invitados. El WOMAD es ir con toda la familia a los talleres para niños, aprender danza panafricana y ver una película sobre el Sáhara. El WOMAD es bailar hasta que te duelan los pies y reír hasta que te duele el estómago. El WOMAD es una vía de escape para una ciudad que a veces se convierte en un monstruo asfixiante.

En definitiva, las despedidas, aunque sean temporales, nunca son agradables, y más cuando no se entienden los motivos que las han propiciado.

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