Luis de Pablo: “Espero que mi música se oiga después de muerto”

MADRID, 19 (EUROPA PRESS)

Desde el pasado 28 de enero, el compositor Luis de Pablo ya tiene 80 años. Con este motivo parecen lloverle los homenajes y los reconocimientos, como el que el jueves y el viernes le rendirá la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) con un monográfico de su obra en el Auditorio Nacional.

“La gente es muy generosa y se ha acordado de que tengo más años que la tos. Soy compositor y lo que deseo es que mi música se oiga, sobre todo cuando yo no lo pueda ver, es decir, después de muerto, porque normalmente a los pobres artistas se nos olvida”, confiesa el compositor.

En una entrevista concedida a Europa Press, Luis de Pablo, que hace gala de su enorme sentido del humor, reconoce que no tiene “mayor queja” porque, por fortuna su música “se oye en España y fuera de ella”. “Pero los artistas somos un poco insoportables y quisiéramos estar siempre en el candelero, aunque a mi edad he comprendido que a veces sí y a veces no”.

Considerado una de las figuras más destacadas de la vanguardia musical española, cuando se le pregunta si se considera un pionero, De Pablo sonríe y afirma: “Eso dicen, pero cuando hice estas cosas no quería ser pionero ni nada, sólo hacer la música que me salía de las tripas y si era distinta de otras ¡qué le vamos a hacer! Ahora lo que hago es lo más corriente del mundo, aunque hay gente que no estaría de acuerdo”.

De lo que parecer estar convencido es de que, si ha servido de algo en la vida musical española, es porque en aquellos años 50 fue “un revulsivo, aunque no creo que el único”, dice. “Y eso no está mal. Esto es cuestión de cumplir años y de intentar no morirse”, bromea.

Como creador del primer laboratorio de música electroacústica en España, De Pablo considera que este género “ha cambiado completamente”. “Entonces había muy escasos materiales y no venían del mundo de la música sino de la investigación sonora, como ocurría en casi toda Europa. Aquello que hicimos, hoy es trivial porque ha venido el sintetizador, el mundo digital... y en estos momentos se puede ir a la tienda de la esquina y comprar cuarto y mitad de lo que se quiera de este tipo de cosas. Yo tuve la suerte de encontrar una familia muy generosa a la que no le importó gastarse un dinero a fondo perdido para hacer este modesto laboratorio y que ahora pertenece ya al mundo de las figuras de cera”, declara.

CUESTIÓN DE IMAGINACIÓN

En este sentido, Luis de Pablo matiza que esto no quiere decir que la música que se podía hacer entonces “fuera peor porque hoy los aparatos son mejores”. “Se puede hacer música maravillosa con dos piedras. La perfección de los medios técnicos no presupone que la música que salga de ellos sea mejor. La calidad de una música no se mide por la perfección de los medios que emplea sino por la imaginación del compositor que hace algo con eso. Por muchos medios que haya, si el compositor es un merluzo la música será merluza”, afirma.

Recordando también su relación, como discípulo primero y como amigo después, con Max Deutsch, a su vez alumno de Schoenberg y al que conoció en París, el veterano compositor asegura que fue algo “muy grato y hermoso”. “Pasé temporadas largas y nunca dejé de verle hasta que se murió pues le consideraba un amigo. Le mandaba todas mis partituras porque su opinión era muy valiosa para mí. Le estaré siempre muy agradecido. Era una gran persona”, confiesa.

Desde su experiencia también como docente hay algo que hoy afecta a la mayoría de los jóvenes músicos, “aunque no se puede generalizar”, matiza. Se trata de las facilidades incalculables que ofrece la tecnología para informarse de lo que uno quiera.

“Lo que en mi juventud costaba Dios y ayuda encontrar, hoy en día das a media docena de botones y sale. Pero esto no redunda en una mejor formación respecto de nuestra generación. Muchas veces, la facilidad de las cosas funciona negativamente. Es todo tan fácil que uno se acostumbra a no hacer esfuerzos. Si no se conquista algo con el esfuerzo personal no se le da valor”, explica.

SU AMIGO MORTIER

Cuando se le pregunta a Luis de Pablo por la nueva etapa que espera al Teatro Real de Madrid con la llegada de Gérard Mortier a la dirección artística, el compositor se muestra encantado: “Tengo una amistad con Mortier que se remonta casi a las Cruzadas, cuando era director del Teatro de la Monnaie (Bruselas). Desde que llegó a Madrid me llamó y he conversado varias veces con él. Sin duda habrá cosas y sé que cuenta conmigo”, aseguró.

En cuanto a sus proyectos ya firmes, De Pablo acabo de terminar 'Concierto para órgano y orquesta' que le ha pedido Bilbao, su “patria chica”, y que se estrenará en diciembre. Junto con ella también ha concluido otra obra por encargo de la Academia Filarmónica de Bolonia (Italia), de la que ha sido nombrado académico.

En estos momentos, trabaja en otra composición para violín solo, a petición del artista italiano Francesco D'Orazio. “Pero aún me falta mucho para acabarla”, concluye.

El concierto de mañana correrá a cargo de la Orquesta Sinfónica de Euskadi, bajo la dirección de José Ramón Encinar, con Asier Polo (violonchelo) y Cécile Daroux (flauta). En esta ocasión, el repertorio serán las obras 'Vendaval', 'Frondoso misterio' y 'Figura en el mar'.

El viernes, Luis de Pablo impartirá una clase magistral en el salón de actos del Auditorio Nacional bajo el título: 'Frondoso misterio Passio'. Ese mismo día, por la tarde, la Sala de Cámara acogerá una muestra de sus composiciones para instrumentos a solo.

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