Avances muy limitados en Mauritania

Efe

Los negociadores europeos han logrado avances en la pesca en Mauritania, que pueden ser muy positivos para los marisqueros andaluces o inexistentes para los cefalopoderos gallegos, pero en cualquier caso abren posibilidades para la flota española, muy necesitada en esos momentos de caladeros.

La comisión euro-mauritana celebrada esta semana en Nuakchot, en la que tenían puestas ciertas esperanzas el Gobierno español y el sector, ha concluido con mejoras que facilitan el retorno de un segmento de la flota -los marisqueros- al caladero norteafricano, que abandonaron hace poco más de un año.

Desde el punto de vista político, la importancia de esta reunión estaba en que era la última cita antes del voto del pleno del Parlamento Europeo (PE), en octubre, sobre el acuerdo pesquero con Mauritania, que hasta la fecha ha sido muy criticado por España por sus restrictivas condiciones para los buques europeos.

El convenio fue considerado durante muchos años el más importante para la flota comunitaria en materia pesquera, pero su última versión -firmada en verano de 2012-, suscitó el rechazo español por las restricciones en el acceso a sus aguas, que ha provocado que se estén aprovechando solo un 15 % de sus posibilidades.

Dicho compromiso, de interés para Andalucía, Canarias y Galicia, ofrece 70 licencias para los navíos de la Unión Europea (UE), pero excluyó a los cefalopoderos y limitó mucho el acceso a los marisqueros, con lo que estos últimos se fueron de allí.

En consecuencia, según la patronal Cepesca, quedaron sin actividad 20 buques cefalopoderos y 19 marisqueros, que durante un año tuvieron derecho a ayudas del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

El Gobierno ha valorado las mejoras de la comisión de Nuakchot, que permitirán regresar a Mauritania a los marisqueros andaluces, pero ha lamentado que siga la exclusión de los cefalopoderos (pulpo) de esas aguas. También ha habido pequeños progresos para otras categorías de buques, como los palangreros o atuneros.

España ahora deberá determinar si son suficientes o no las mejoras logradas en Nuakchot, y si va a continuar, o parar, la estrategia que seguía hasta ahora para persuadir a los eurodiputados contra la ratificación del acuerdo.

En cualquier caso, es evidente que los barcos españoles que faenan en aguas no comunitarias requieren nuevos caladeros donde operar, y así ha lo han hecho saber los armadores españoles esta semana también en Bruselas.

Por ello, la Secretaría General de Pesca pedirá a la Comisión Europea (CE) que actúe para potenciar convenios con otros países, entre los que ha mencionado, en un comunicado, a varios africanos ribereños del Atlántico.

En concreto, solicitará que la CE tenga en cuenta a los cefalopoderos en un futuro acuerdo con Senegal, que ahora va a empezar a negociarse, reclamará que reactive el protocolo con Guinea Bissau -suspendido por motivos políticos- y que fomente la cooperación pesquera con Guinea Conakry.

El secretario general de Cepesca, Javier Garat, ha declarado que la búsqueda de nuevos caladeros para los arrastreros, ya sean de marisco o cefalópodo, es una necesidad que los armadores defienden desde hace “mucho tiempo”.

Garat también ha reivindicado que el acuerdo con Gabón, que ahora ofrece licencias a los atuneros, permita el acceso a los marisqueros.

Por otra parte, los responsables de Cepesca y de las asociaciones de atuneros Opagac y Anabac han reclamado también esta semana en Bruselas más acuerdos con naciones del Índico, entre las que destacan Kenia y Tanzania.

Pero no hay que olvidar que, a corto plazo, España tiene especial interés en la ratificación del acuerdo firmado en julio en Rabat, entre la Comisión Europea (UE) y Marruecos, para que se hagan realidad sus términos: 126 permisos para barcos europeos, un centenar de ellos españoles.

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