''Es más barato exportar a Polonia o Rumanía que a Canarias''
Las denuncias que distintas empresas minoritarias y pequeñas industrias de importación realizan contra el actual sistema aduanero canario muestran cómo los empresarios y artistas no pueden hacer frente a los costes derivados de la importación de productos necesarios para ejercer su actividad profesional.
El pequeño comercio canario ve “imposible” enfrentarse a los “altos costes aduaneros” derivados de la “importación de bienes”, según denuncia Santiago González, cofundador de la empresa canaria Artepayá. Este artista fotográfico afirma que en Canarias no puede hacer sus exposiciones “porque nadie monta fotografía en soporte de aluminio, y cuando quiero hacerlo tengo que enviar las fotos a Madrid, pero luego, a la hora de recibir el trabajo montado, tengo que pagar las aduanas canarias”.
“Es como si perteneciésemos a Marruecos -prosigue el artista- es una discriminación, y los que salimos perjudicados somos los canarios y el arte, porque un particular no puede costearse los gastos aduaneros”. Pero Santiago González no es el único que clama ante esta situación.
Empresas nacionales también ven imposible afrontar los trámites para pasar las aduanas del Archipiélago. Es el caso de Hofmann S. L., una empresa que se dedica, entre otras cosas, a la creación de álbumes digitales, y que ha tenido que retirar este producto porque, como afirma Franz Hofmann, directivo de la empresa, “lo que no podemos hacer es cobrar 39 euros por álbum en el territorio peninsular, y luego decir a los canarios que ellos deben abonar 79 euros porque los costes de aduanas doblan su precio original”.
“Nos tacharían, prosigue Hofmann, de discriminar a los residentes que viven en las Islas”. Pero, es que “lo más llamativo de la situación es que nos sale más barato exportar a Polonia o Rumanía que a Canarias”. Por esto, “nos vimos obligados a suspender nuestros servicios en Canarias hasta que encontremos una solución o cambie la situación de las aduanas”.
El funcionamiento de las aduanas canarias
Las Islas Canarias cuentan con un sistema aduanero especial, distinto al de resto de la Unión Europea. El Archipiélago, al ser un territorio distante, es una región ultraperiférica que disfruta de un carácter especial según se recoge en el Tratado de Ámsterdam y, aunque se mantiene la libre circulación de mercancías que el organismo internacional prescribe, se encuentra con un régimen fiscal distinto al de la Península que beneficia a los isleños. Pero esto hace que realizar importaciones se convierta en un proceso más complejo y costoso que en el interior del Viejo Continente.
Mientras que en el terreno peninsular se aplica el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), en las Islas se aplica el Impuesto General Indirecto Canario (IGIC). A la hora de importar un producto este no contiene el 16% de IVA, ya que entrará en un régimen fiscal distinto, pero eso no lo exime del impuesto canario, que es algo menor.
Sin embargo, a esto se le añade otro impuesto que es el Arbitrio sobre las Importaciones y Entregas de Mercancías (AIEM). Como explica Ramón Redondo, técnico de la Cámara de Comercio, “el AIEM es un impuesto autónomo que protege a la industria local, y cuyas ganancias se destinan, desde el Gobierno Canario, a los cabildos y ayuntamientos” isleños.
El principal error que Redondo advierte es que “se cree que en Canarias existen dos aduanas: una europea y otra canaria; pero no es así”, y prosigue, “lo que ocurre es que la Dirección General de Tributos recauda impuestos y parece que hay una segunda aduana, pero esto no se ajusta a la realidad”.
A estos impuestos que exige la administración tributaria hay que añadir los que implica realizar todo el papeleo y adquirir los permisos necesarios, que, aproximadamente rondan los 20 euros, según cada caso. Estos papeles tienen el nombre de Documento Único de Aduana (DUA), y hasta julio era necesario un DUA de exportación y un DUA de importación.
Sin embargo, estos trámites eran “engorrosos” y “lentos”. Por esto, para “agilizar el papeleo” se ha creado la Ventanilla Única Canaria (Vexcan). Y, como afirma Ramón Redondo, es una “actuación que busca homogeneizar el papeleo necesario para realizar las importaciones, ya que gracias a la Vexcan todo el proceso se hace en un solo trámite”.
Con todo, no suele haber problemas para las grandes industrias exportadoras e importadoras, pero cuando son empresas pequeñas las que se enfrentan a una importación se encuentran con que en el proceso el precio del producto se multiplica por dos.
Además, el hecho de pagar tan altos costes en las importaciones encarece el producto final, el que compra el consumidor en la calle, porque el vendedor necesita obtener beneficios, y si el precio del producto que importa crece, su venta comercial también lo hace.