Lagarde reclama a Europa que aborde “con firmeza” sus problemas
Presenta un panorama económico “gris y turbulento” y alerta de que el mundo está entrando “en una nueva fase peligrosa de la crisis”
WASHINGTON, 5 (EUROPA PRESS)
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, ha reclamado a los países europeos que aborden “con firmeza” sus problemas de financiación, para lo cual considera imprescindible que lleven a cabo una “consolidación fiscal creíble”.
En discurso en el Centro Woodrow Wilson de Washington, Lagarde también incidió en la importancia de que las principales economías del continente deben conseguir que sus bancos cuenten con “reservas de capital suficientes” con el objetivo de apoyar el crecimiento, mediante préstamos del sector privado.
La máxima dirigente del FMI también se refirió a la situación de Estados Unidos, donde celebró las últimas propuestas de su presidente Barack Obama para dar solución a los problemas de crecimiento y empleo, pero advirtió de que sigue siendo “esencial” que se definan simultáneamente con claridad sus planes a medio plazo para que la deuda pública entre en una trayectoria sostenible.
En su primer discurso en Washington como directora gerente del FMI, Lagarde alertó de que el mundo está entrando “en una nueva fase peligrosa de la crisis”, por que lo que advirtió de que “sin una determinación colectiva, la confianza que el mundo tanto necesita no regresará”.
PANORAMA “GRIS Y TURBULENTO”
En este sentido, recalcó que se están viviendo “momentos de gran ansiedad económica” y subrayó que hoy, exactamente tres años después del colapso de Lehman Brothers, “el panorama económico se ve gris y turbulento, a medida que se desacelera la actividad mundial y se intensifican los riesgos a la baja”.
En su opinión, aunque existe un camino hacia la recuperación sostenida, éste es “mucho más angosto que antes y sigue estrechándose”. “Para recorrerlo, necesitamos una firme voluntad política en todo el mundo, necesitamos liderazgo en lugar de comportamientos arriesgados, cooperación en lugar de competencia, acciones en lugar de reacciones”, incidió.
En esta línea, apuntó que, en general, el crecimiento mundial continúa, pero está desacelerándose. En concreto, señaló que los países avanzados se enfrentan a una recuperación “anémica y accidentada, con niveles inaceptablemente altos de desempleo”, mientras que muchos mercados emergentes soportan presiones inflacionarias, un fuerte crecimiento del crédito y aumentos de los déficits en cuenta corriente.
“La crisis en la zona del euro se ha agudizado. Las tensiones financieras están intensificándose. Y una vez más, si no se toman medidas colectivas y enérgicas, existe un riesgo real de que las principales economías retrocedan en lugar de avanzar”, añadió.
Asimismo, agregó que, en este contexto, las presiones sobre los balances en algunas economías avanzadas están restando ímpetu a la recuperación, ya que el magro crecimiento y los balances débiles interactúan negativamente, y eso genera una crisis de confianza y reprime la demanda, la inversión y la creación de empleo. “Este círculo vicioso está acelerándose y, la verdad sea dicha, se ha visto exacerbado por la indecisión a la hora de tomar medidas y por la disfunción política”, explicó.
Por ello, insistió en que los países avanzados necesitan planes creíbles a medio plazo para estabilizar y reducir los coeficientes de endeudamiento público, aunque advirtió de que una consolidación demasiado apresurada puede ser perjudicial para la recuperación y las perspectivas de empleo.
“Por lo tanto, el desafío consiste en navegar entre dos peligros: el de perder la credibilidad y el de socavar el crecimiento. Hay una manera de superar este desafío. Las medidas creíbles que generen y anclen el ahorro en el medio plazo ayudarán a dar cabida al crecimiento hoy en día, al dar lugar a un ritmo de consolidación más lento”, subrayó.
Pese a ello, reconoció que la ruta exacta es diferente en cada país, ya que mientras algunos no tienen más alternativa que reducir los déficits ahora, en especial si están soportando la presión de los mercados, otros deben adherirse a sus planes de ajuste, pero tienen que estar listos para cambiar de curso si el crecimiento vuelve a trastabillar. “Y otros quizás estén avanzando con demasiado ímpetu, y podrían reducir un poco la marcha”, matizó.