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HELSINKI DESDE DENTRO

Toda ciudad tiene dos vertientes; es decir, la que se ve a simple vista, y la que se conoce cuando se vive en ella. Este blog quiere contar lo que sucede en esta ciudad nórdica, tratando de no recorrer los lugares comunes tan del gusto de las guías turísticas. Y todo ello, en lengua castellana.

SAM FIRSTENBERG. EL GUSTO POR LOS CLÁSICOS. Night Visions Maximum Halloween 3019 (Del 21-25, noviembre 2018)

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Éste muy bien pudiera ser el caso de Sam Firstenberg, nacido Shmulik Firstenberg, uno de esos artesanos del séptimo arte que llenó las salas de cine mucho antes de que el video empezara a “robarle” al séptimo arte aquellos mismos momentos de ocio. 1

Foto del director Sam Firstenberg

Su trabajo en clásicos del entretenimiento cinematográfico tales como The Revenge of the ninja (La venganza del ninja); Ninja III: The domination (Ninja III: La dominación) y Breakin' 2: Electric Boogaloo (Electric Boogaloo) estrenadas entre 1983 y 1984 por CB Films, así como las dos primeras entregas del guerrero y/o ninja americano (American Ninja y American Ninja 2: The Confrontation) más la descarnada y trepidante La fuerza de la venganza (Avenging Force) presentadas, éstas por la distribuidora nacional Izaro Films, entre 1985 y 1987, hicieron las delicias de todos aquellos que acudíamos al cine a disfrutar de un buen rato, cinematográficamente hablando, y de los exhibidores que las proyectaron.

La venganza del ninja © CB Films, 1982

Luego, con la desmembración y posterior desaparición de la inimitable Cannon Group, Inc de Menahem Golan y Yoram Globus, responsable de todos los títulos anteriormente citados, el trabajo del director pasó a estar condenado a ser descubierto en las estanterías de los videoclubs, siempre y cuando su responsable entendiera que las películas dirigidas por el director israelí merecieran formar parte del catálogo de películas ofertadas por su establecimiento. Esto explica que, a partir de entonces, títulos tales como la notable Riverband (1989) o la inquietante Motel Blue (1997) permanezcan inéditos en nuestro territorio, mientras que las dos entregas de Cyberg Cop (1993 y 1994); Blood Warriors (1994); la tercera entrega de la saga Delta Force (Delta Force 3: The killing game) y la injustamente denostada American Samurai (1992) sean conocidas dependiendo de la ciudad y/o la localidad en la que uno viviera cuando dichos títulos fueron comercializados por las empresas videográficas que se agolpaban en el abarrotado mercado nacional de entonces.

Puede que, por todo ello, sobre todo para las generaciones nacidas a finales de los años setenta y principios de los años ochenta del pasado siglo XX, Sam Firstenberg sea uno de los directores predilectos de la llamada “generación del videoclub”, una circunstancia con la que no nos sentimos identificados quienes nacimos una década antes y que, por una cuestión espacio-temporal, crecimos viendo sus películas en la inmensidad de una sala de cine.

Ninja III: La dominación © CB Films, 1984

Sea como fuere, la historia de un niño nacido en Polonia en 1950 y que, con tan sólo cuatro meses de edad, emigró con sus padres hasta Israel siempre estuvo ligada al séptimo arte. Sus primeros recuerdos, siendo tan sólo un niño de cinco años, están relacionados con las películas de Walt Disney, los musicales, los Westerns y las películas de Tarzán que se proyectaban, cada jueves, en el cine que estaba al lado de su casa, en un momento en el que todavía no había televisión en Israel. Lo mejor de todo es que aquel niño ni entendía inglés, ni era capaz de leer los subtítulos en hebreo que acompañaban a las imágenes, pero todo ello no era óbice, ni cortapisa para el disfrute de aquellas aventuras cinematográficas en pantalla grande. Años más tardes, tras finalizar los estudios y cumplir con sus obligaciones castrenses en el ejército de su país, un joven Shmulik Firstenberg decidió hacer las maletas y mudarse hasta los Estados Unidos de América para estudiar lenguaje cinematográfico. Al cumplir los veintiún años, tras finalizar el servicio militar, decidí irme a Hollywood para estudiar cinematografía, pues mi sueño era hacer películas. Unos amigos me llevaron al tour de los Estudios de la Universal, cuando llegué a Los Ángeles en 1972, y allí mismo decidí quedarme en el país y conseguir trabajar en la industria cinematográfica de Hollywood. 1

Fruto de aquella pasión de juventud, la cual no dejó de crecer en los años venideros, el aspirante a director se cruzó en su camino con quien, en aquellos momentos, era uno de los directores más relevantes del panorama cinematográfico hebreo, Menahem Golan, aunque lejos estaba aún del renombre internacional que luego acuñó al hacerse cargo de la Cannon Films. Ya en 1973 empecé a colaborar con Menahem Golan. Lo conocí en una fiesta de Fin de Año, siendo yo un estudiante de cinematografía de veintitrés años. Me enteré de que él estaba a punto de empezar la producción de Lepke (1975) y le comenté mi deseo de formar parte del proyecto o, para ser más sinceros, de estar presente. Al entender que estaba dispuesto a trabajar sin, siquiera, cobrar me invitó a que me uniera a la producción de la película al día siguiente. Lepke, protagonizada por Tony Curtis, fue la primera película en la trabajé. La dirigió Menahem Golan y yo era el ayudante del ayudante del ayudante de dirección, por lo que le traía el café al director y le llevaba su maletín. 1

American Ninja © 2018 Metro-Goldwyn-Mayer

Por aquel entonces la compañía de Menahem Golan era la AmeriEuro Pictures Corp y en ella me fui convirtiendo, con el tiempo, en su ayudante cuando éste dirigía. Por ejemplo, desempeñé funciones de ayudante de dirección en Golpe de mil millones de dólares (Diamonds. 1975) con Robert Shaw, Richard Roundtree y Barbara Hershey o en Operación relámpago (Mivtsa Yonatan, 1977) protagonizada por Klaus Kinski y Sybil Danning. Durante esos años también trabajé como ayudante para Boaz Davidson. Se podría decir que era el ayudante de dirección oficial cuando la compañía de Golan y Globus aún operaba desde Israel. 2

El caso es que, entre medias, el joven aspirante a cineasta trataba de alternar sus obligaciones profesionales con sus estudios en la Loyola Marymount University, amén de su interés por dirigir sus propias producciones.

En 1979, tras cinco años trabajando en Israel, regresé a los Estados Unidos de América para terminar mis estudios de cine. Cuando todavía estaba en la escuela rodé como proyecto de fin de carrera mi primera película, One More Chance, un cortometraje de 25 minutos. Casualmente, su realización coincidió en el tiempo prácticamente con la compra de Menahem Golan y Yoram Globus de Cannon Films (luego Cannon Group, Inc). Así que, cuando terminé mi ópera prima, que era un proyecto de noventa minutos de la escuela de cine, me dirigí a las oficinas de la productora por si les interesaba comprármela y, para mi suerte, acabaron distribuyéndola. Además, y como gracias a esta película les demostré que era capaz de dirigir, seguidamente me dieron la oportunidad de ponerme tras las cámaras con La venganza del ninja. No obstante, mi primera película como director fue realizada fuera del seno de Cannon. 2

La fuerza de la venganza © Izaro Films, 1987

A partir de ese momento, y tal y como ya se ha dicho en los párrafos iniciales de este artículo, el trabajo del ya ascendido a director de cine transcurrió, luego de comenzar su trabajo en la nueva productora, entre las peripecias cinematográficas más llamativas y, a ratos, rocambolescas, plagadas, éstas, de sanguinarios ninjas, malvados traficantes de cualquier cosa, desmedidos mercenarios, megalómanos de todo tipo y condición, guerreros samurais fuera de su tiempo, ultraderechistas de nuevo cuño, ciborgs descontrolados y vengativos, y un peculiar trío de bailarines de break-dance; es decir, Adolfo 'Shabba-Doo' Quinones, Michael 'Boogaloo Shrimp' Chambers y Lucinda Dickey.

También le quedó tiempo para rodar, una vez que sobrevivió a todo lo anterior, varios thrillers, The Alternate y Motel Blue; una aventura para toda la familia, McCinsey´s Island (1998); una película con monstruos, Spider II: Breeding Ground (2001) y, por si fuera poco, The Interplanetary Surplus Male and Amazon Women of Outer Space, una peculiar parodia sobre las películas de ciencia ficción de la década de los cuarenta y cincuenta del pasado siglo XX.

American Samurai © 1992 Warner Home Video

En total, Sam Firstenberg dirigió 23 películas entre el año 1983 y el año 2003, incluyendo su proyecto de final de carrera, luego transformado en un largometraje, One More Chance y For the Sake of a Dog (Simpatya Bishviel Kelev), un mediometraje de 45 minutos que fue invitado a participar en la edición del año 1979 de Los Angeles Film Exposition. Su forma de hacer cine es simple, pero no por ello menos válida. Gusta de contar una historia sin grandes requiebros mentales, ni angulaciones que mareen al espectador, ni nada por el estilo. Eso no quita, por otra parte, que guste de trabajar con buenos profesionales, ya sea en el apartado técnico como en el artístico.

Un muy buen ejemplo de esto último se puede circunscribir a la película American Samurai, cinta estrenada en pleno hundimiento de Cannon Group, Inc como idea y como forma de entender el negocio del cine. Pedro José Tena se refería a este apartado en concreto, en las páginas del libro Más Cannon (Cannon Films 2) American Samurai encuentra en las coreografías preparadas por el especialista Guy Norris un innegable atractivo que no puede ser menospreciado por ningún seguidor de la Cannon, a la que ayuda la planificación sencilla y sin estridencias de Sam Firstenberg y una fotografía por encima de la media de otros productos de esta etapa de la productora. De esto último se encargó David Gurfinkel, premiado cinematógrafo israelí que ya había trabajado para Yoram Globus y Menahem Golan en cerca de una docena de títulos. 3

Al final, la sensación que a uno le queda, al volver a ver sus películas -algunas más longevas que otras, todo sea dicho- es que su principal interés, nada más gritar ¡Action!, era el de entretener y hacernos sentir toda una amalgama de sentimientos mientras veíamos las tribulaciones del pétreo y taciturno Joe T. Armstrong (Michael Dudikoff) protagonista absoluto de las dos primeras entregas del ninja americano, aunque, eso sí, magníficamente secundado por el cabo Curtis Jackson, interpretado por el carismático y tristemente desaparecido Steve James. Éste último también protagonizó el drama racial Riverband, además de repetir como pareja artista de Michael Dudikoff en la más que notable Avenging Force (1986), una película que no fue tan bien en la taquilla como las anteriores, pero que parece estar rodada justo después de la llegada a la Casa Blanca de cierto especulador inmobiliario y tiburón de las finanzas, hace ya dos años.

Cyborg Cop © 1993 Millennium Films

El director también fue el padrino cinematográfico de Mark Dacascos, uno de los iconos del cine de acción contemporáneos, gracias a títulos tales como Crying Freeman (1995) y Le Pacte des loups (2001), ambas dirigidas por el director francés Christophe Gans, además de trabajar, por primera vez, con el actor David Bradley. Con él, además de American Samurai, Sam Firstenberg llegó a trabajar hasta tres veces más (Blood Warriors, Cyborg Cop 1 y 2) películas, que, a pesar de las limitaciones presupuestarias impuestas por la compañía responsable de su producción, merecen ser tenidas en cuenta por la mezcla de desatinos, excesos visuales y la falta de complejos para mezclar lo que ya conocemos y volver a contarlo, sin ningún tipo de sonrojo. Para el actor marcial David Bradley, quien abandonó el cine antes de finalizar el pasado siglo XX por problemas de salud, la relación con Sam Firstenberg le supuso el ganarse una corta, pero intensa singladura profesional en el séptimo arte, la cual debió durar unos cuantos años más, dada la capacidad del actor marcial para mezclar acción y comedia y salir con bien del experimento. ¿Un ejemplo? La descacharrante relación entre su personaje en Cyborg Cop, Jack Ryan y la periodista Cathy (Alonna Shaw)

Quizás el problema es que, hoy en día, el cine vive en una perpetua escala de grises y/o en una perpetua montaña rusa sensorial donde más que disfrutar de las historias que pululan por la pantalla, uno debe tratar de sobrevivir a la experiencia. Y en los años en los que el director Sam Firstenberg desarrolló su etapa de mayor producción, las cosas eran mucho más sencillas, los malos eran eso, malos -algunos con más matices que otros- y los héroes, más ingenuos, sabían cómo salir de las peores situaciones e, incluso, conquistaban el corazón de la chica de la película.

Ni nos pasábamos el tiempo fijándonos en los errores del montaje, ni resoplábamos por las situaciones inverosímiles que desfilaban ante nuestros ojos, por mucho que algunas de ellas sobrepasaran los límites de la cordura. No teníamos a nadie destripando las películas en ninguna red social, ni ningún “influencer” de medio pelo se equivocaba con el nombre del actor principal, o confundía la palabra ninja con el nombre de un nuevo modelo de teléfono. ¿Éramos más simples y/o simplones? ¡Sí! Pero a nadie le importaba y mientras directores como Sam Firstenberg nos hicieran olvidar los problemas cotidianos durante noventa minutos, tan contentos que estábamos.

Por ello, y si quieren viajar en la máquina del tiempo y descubrir, en la pantalla de un cine, tres de aquellas películas dirigidas por Sam Firstenberg entre 1985 y 1987 -American Ninja 1 y 2 y Avenging Force- les recomiendo que se den un paseo por la edición de otoño del festival de cine Nigh Visions Maximum Halloween 3018 y las descubran, a partir del próximo día 21 de noviembre. Y como aliciente, podrán conocer y preguntarle al mismísimo director -el cual acudirá al encuentro-, si se atreven, durante los Q & A posteriores a cada una de las proyecciones.

Para más información: www.nightvisions.info

Texto

© Eduardo Serradilla Sanchis, Helsinki, 2018

Copyright imágenes.

© CB Films, 1982-1984

© Izaro Films, 1987

© 1992 Warner Home Video

© 1993 Millennium Films

© 2018 Metro-Goldwyn-Mayer

Notas.

1- En una entrevista concedida a Pedro José Tena, creador y supervisor de contenidos para Applehead Team Creaciones, en el año 2016, durante la celebración de la quinta edición de festival de cine CutreCon (Madrid) el director explicaba la razón del cambio de nombre: Menahem Golan and Yoram Globus asked me to convert my name to Sam when I joined Cannon in 1980.

2- Salvador, J. L., Moreno, J. M., & Pueyo, J. (2016, April 08). Entrevista a Sam Firstenberg, premio “Jess Franco” en la CutreCon V. Retrieved from https://cerebrin.wordpress.com/2016/04/08/entrevista-a-sam-firstenberg-premio-jess-franco-en-la-cutrecon-v/

3- Tena, P. J., Vega, K., Oliveres, Á, Martín, J. A., Iniesta, S., Webb, D., . . . Gil, Á. (2016). Más Cannon (Cannon Films 2) (2nd ed., Vol. 1, La Generación del vídeoclub). Málaga: AppleHead Team Creations.

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