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Chile lucha por volver a la normalidad

Un terremoto de 6,1 grados sacudió a última hora del miércoles la zona central de Chile, cuatro días después del seísmo de magnitud 8,8 que provocó la muerte de más de 800 personas, según informó el Servicio Geológico de Estados Unidos.

La fuerte réplica -una de las más de 150 registradas desde el sábado- ocurrió a las 22:59 hora local (02:59 hora peninsular en España) y su epicentro se situó en el océano, a una profundidad de 34 kilómetros y a una distancia de 39 kilómetros al oeste de Valparaíso. Anteriormente, el miércoles se produjeron otras dos réplicas

.A cuatro días del terremoto de 8,8 grados Richter que causó 802 muertos, una cantidad aún indeterminada de desaparecidos y millonarios daños en infraestructura, los chilenos repiten una y otra vez que este seísmo, calificado por las autoridades como el más grande de la historia republicana de este país sudamericano, que justo en 2010 cumple 200 años, ha dejado a la nación prácticamente en el suelo, pero que, como ha ocurrido en otras ocasiones, Chile se volverá a levantar. Son 16 los millones de chilenos que intentan retomar el rumbo de sus vidas.

Emotivos testimonios de algunos de los dos millones de damnificados por el terremoto dan cuenta de que la mayoría siente que “tenemos las manos buenas y trabajaremos para reconstruir y recuperar lo que hemos perdido”, al tiempo que lo que más valoran es haber salvado con vida. Y todos, en mayor o menor medida, intentan volver a la normalidad.

Vuelta a la normalidad

Este miércoles, supermercados, bancos y grandes tiendas comenzaron a atender público de manera normal en la capital, Santiago, así como en otras ciudades aledañas a las del epicentro, donde todos coinciden en que pasarán varios meses, quizá años, para que todo vuelva a estar como antes.

Los servicios básicos, como agua potable y energía eléctrica, están repuestos casi en un 90 por ciento, así como la telefonía fija y móvil, aunque con breves intermitencias causadas por las réplicas. Ya funcionan también cajeros automáticos y se pueden realizar pagos electrónicos con tarjeta de débito y de crédito.

En Santiago, donde se registraron medio centenar de muertos y 1.500 casas resultaron destruidas, uno de los hechos más significativos es la férrea vigilancia policial en los comercios, destinada a impedir cualquier intento de saqueo o pillaje, como ha ocurrido en las ciudades del epicentro.

Ya asegurado el abastecimiento de combustible, este miércoles, por primera vez desde el terremoto, desaparecieron las largas filas de automóviles en las estaciones de servicio para cargar el entonces preciado elemento que garantiza el transporte.

Exceptuando las dos regiones donde se registraron los mayores daños, en el resto del país el transporte público funciona con regularidad y en Santiago se ha repuesto el servicio del Metro. Oficinas públicas y del sector privado ya reciben a sus funcionarios, aunque en jornadas más breves mientras pasa la emergencia.

Fuerte presencia militar

Los chilenos se han sorprendido, sin embargo, con las imágenes de los casi 12.000 militares sitiando, armados y en tanquetas, ciudades como Concepción, Curicó, Talca, Constitución y otras de la zona del epicentro, para impedir la delincuencia.

También ha impactado la aplicación del toque de queda en aquellos lugares, medida que marcó a toda una generación ciudadana y que fue aplicada por última vez hace 23 años por Augusto Pinochet, en el epílogo de la dictadura militar.

El Aeropuerto Internacional de Santiago, que sufrió graves daños, ha reanudado la llegada y despegue de vuelos nacionales e internacionales, y está siendo sometido a urgentes trabajos de reparación. Según el Ministerio de Obras Públicas, en tanto, las carreteras de todo el país ya están operativas, pues se han realizado los desvíos y marcado los caminos alternativos para superar las emergencias causadas por el seísmo en algunos sectores.

Por otro lado, tanto los medios de comunicación como grandes tiendas, bancos, grupos económicos y organizaciones no gubernamentales han comenzado a recolectar la ayuda: ropa, alimentos no perecederos, dinero, materiales de construcción.

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