Un misil de EEUU derriba un satélite espía 'perdido' por el Pentágono
Un misil táctico modificado, disparado desde el crucero Lake Erie cerca de Hawaii, derribó la madrugada de este jueves un satélite de espionaje de Estados Unidos antes de que ingresara en la atmósfera terrestre, afirmó este jueves el Pentágono en un comunicado.
El Pentágono tiene un “alto grado de confianza” en que el misil que lanzó contra el satélite espía estropeado y que amenazaba con caer a tierra destruyó el tanque de combustible tóxico y consiguió que su contenido se disipara, según el subjefe del Estado Mayor Conjunto, general James Cartwright.
El satélite de la Oficina Nacional de Reconocimiento, una de las agencias de espionaje de EEUU, había dejado de funcionar de manera apropiada y se esperaba que cayera a tierra, según la versión oficial.
A pesar del éxito de esta misión, el general de Infantería de Marina Cartwright dijo este jueves en conferencia de prensa que no se puede descartar totalmente la posibilidad de que aún cayese algo de material tóxico en tierra.
Pero, “hasta ahora, no hemos visto un objeto más grande que una pelota de fútbol”, agregó.
Los mandos militares “tienen un alto grado de confianza” -una seguridad de entre el 80 y el 90%-, de que el misil lanzado desde el Lake Erie cerca de Hawaii impactó el tanque de combustible del satélite.
Los militares llegaron a la conclusión de que el misil había destrozado exitosamente al satélite porque los equipos de observación detectaron una bola de fuego que, aparentemente, indicó la explosión de la hidracina.
Cartwright dijo asimismo que la nube de vapor observada sugiere la destrucción del combustible.
El comunicado del Departamento de Defensa indicó que a la hora 03:26 GMT el Lake Erie disparó un misil SM-3 “que impactó el satélite a aproximadamente 133 millas náuticas (246 kilómetros) sobre el Océano Pacífico cuando el satélite se movía a más de 27.000 kilómetros por hora”.
El Pentágono informó de que, además del crucero Lake Erie, participaron en la operación los destructores Decatur y Russell.
“El objetivo era romper el tanque de combustible para disipar los aproximadamente 453 kilogramos de hidracina, un compuesto tóxico que podría ser nocivo para las personas en tierra, antes de que (el satélite) ingresara a la atmósfera de la Tierra”, señaló el comunicado.
“La confirmación de que el tanque de combustible fue fragmentado deberá estar disponible dentro de las 24 horas”, añadió.
“Debido a la altitud relativamente baja del satélite en el momento de la colisión los escombros empezarán a reingresar en la atmósfera terrestre inmediatamente”, explicó el Pentágono.
Casi todos los trozos del satélite destruido “se quemarán en el reingreso dentro de las 24 a 48 horas, y el resto de los fragmentos deberá reingresar (a la atmósfera) dentro de unos 40 días”.
Cartwright dijo que el tamaño de los trozos es más pequeño que lo esperado por el Pentágono y que los aparatos y equipos que tuvieran valor por su función en el espionaje probablemente resultaron destruidos.