Irán desafía a Naciones Unidas al expandir sus actividades nucleares
El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) certificó este jueves que Irán sigue enriqueciendo uranio y expandiendo sus actividades nucleares, lo que desafía la exigencia del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para que Teherán suspenda todas sus actividades en ese campo, según un informe publicado en Viena.
“Irán no ha suspendido sus actividades relativas al enriquecimiento (de uranio)” y “ha continuado también con la construcción de la planta piloto de enriquecimiento (de Natanz)”, afirmó el OIEA en el sumario de su informe de seis páginas. El Consejo de Seguridad exige a Irán la suspensión del enriquecimiento de uranio, lo que en caso contrario podría comportar la imposición de sanciones adicionales contra la República Islámica.
En la planta de Natanz, al sur de Teherán, en una instalación atómica subterránea protegida por baterías antiaéreas, el OIEA certificó en febrero el funcionamiento de dos “cascadas” de 164 centrifugadoras nucleares en vacío, a las que se han unido la instalación parcial de otras dos cadenas de 164 de esos artefactos. “Irán no ha suspendido sus actividades relativas al enriquecimiento (de uranio)” y “ha continuado también con la construcción de la planta piloto de enriquecimiento (de Natanz)”, aseguró el OIEA en el sumario de su informe de seis páginas.
El documento fue redactado por el director del OIEA, Mohamed El Baradei y ya fue enviado para su evaluación a los 35 países miembros de la Junta de Gobernadores del OIEA y a los 15 que integran el Consejo de Seguridad.
“Incapaz de verificar la ausencia de material nuclear no declarado”
Irán informó también al OIEA de que a finales de febrero va a empezar a alimentar con hexafluoruro de uranio (UF6) las centrifugadoras recientemente instaladas en Natanz.
El siguiente paso sería avanzar “de forma progresiva con la instalación de 18 'cascadas' de (un total de) 3.000 máquinas”, para empezar a ponerlas operativas de “forma gradual en mayo de 2007”, según los planes iraníes que recoge el documento. “La agencia es incapaz de verificar la ausencia de material nuclear no declarado”, añade el informe, debido a la falta de cooperación total de la República Islámica.
El texto indica que entre el 2 de noviembre de 2006 y el 17 de febrero de 2007, un total de 66 kilos de UF6 han sido utilizados en procesos de enriquecimiento de uranio hasta un nivel por debajo del 5 por ciento. Esta cantidad es muy pequeña, “un nivel de investigación”, para probar el funcionamiento de las centrifugadoras nucleares de forma coordinada, aseguró una fuente diplomática conocedora del programa nuclear iraní.
“No hay progresos en ningún asunto”, resumió otro diplomático cercano al OIEA, algo que debería darse para aclarar casi 20 años de actividades nucleares no declaradas. Por otra parte, Irán sigue sin cooperar de forma plena con el OIEA, como demuestra que la agencia indique que no ha recibido información adicional sobre programas de otras centrifugadoras conocidas como P-1 y P-2.
El documento también señala las trabas burocráticas impuestas, como que Teherán “no estaba en posición de aprobar la designación de 10 inspectores” a finales de enero para reemplazar funcionarios de la ONU que habían dejado el país, así como la prohibición de entrar en el país a 38 inspectores del OIEA. La producción de una cantidad significativa de uranio enriquecido, que dependiendo de su grado de pureza puede ser utilizado para generar energía (un 4%) o alimentar una bomba nuclear (90%), requiere del funcionamiento combinado de miles de centrifugadoras nucleares.
Las autoridades iraníes anunciaron en 2006 su pretensión de instalar 3.000 centrifugadoras en Natanz y el montaje de los últimos artefactos demuestran que son la avanzadilla de esos planes. La ONU dio el pasado 23 de diciembre un mandato al OIEA para elaborar en 60 días un informe que estableciera si Teherán ha cumplido o no con la resolución 1.737, que exige detener “todas las actividades relacionadas con el enriquecimiento de uranio y su reprocesado, incluida la investigación y el desarrollo”.
Plan “hasta el final”
Anteriormente, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, insistió este jueves en que Irán no abandonará su programa nuclear, que calificó de “nuestro derecho”, y afirmó que resistirá “hasta el final” las presiones internacionales.
“Resistiremos en este camino, ya que el pueblo (iraní) considera como su derecho indispensable el acceso a la tecnología nuclear para uso pacífico”, dijo Ahmadineyad en un discurso ante miles de personas en el estadio de la ciudad de Talesh, en el norte del país. Aunque reiteró que es “partidario del diálogo y la paz”, el gobernante iraní, conocido por sus opiniones ultraconservadoras, recalcó que “no dará marcha atrás ni un ápice”.
En su opinión, “los países arrogantes (occidente) quieren tener todo lo bueno, el poder y la ciencia para ellos mismos”. “Pero deben saber que la nación iraní, seguidora del profeta del Islam, se enfrentara con los arrogantes para defender su derecho”, concluyó.
“No se pueden predecir absolutamente todas las circunstancias futuras”
Por su parte, el primer ministro británico, el laborista Tony Blair, insistió este jueves en que Estados Unidos no planea atacar Irán como represalia por su polémico programa nuclear, pero tampoco descartó la posibilidad de una intervención militar.
“No sé de nadie en Washington que planee una acción militar contra Irán”, declaró Blair en una entrevista concedida a la cadena pública BBC. Sin embargo, el jefe del Gobierno británico precisó que “no se pueden predecir absolutamente todas las circunstancias futuras, aunque Irán no es Irak”.
“No creo que fuera lo correcto emprender una acción militar contra Irán. Considero que es importante usar los canales políticos y diplomáticos. Creo que es la única forma de lograr una solución sensata al asunto de Irán”, subrayó el líder laborista.