'Las Patronas de México' denuncian el aumento de la violencia contra los migrantes centroamericanos
Con el programa Frontera Sur presentado en 2014 por el presidente de México, Enrique Peña Nieto, se ha conseguido lo contrario de lo que se buscaba, pues lo que se ha producido es un aumento de la violencia y no la protección de los migrantes, ha dicho a Efe Norma Romero, una de las catorce mujeres conocidas como las Patronas de México.
“Ahora hay más violencia que antes y los migrantes han tenido que caminar por otros lados debido a que ya no les permiten el acceso al tren, por lo que muchas veces caen en manos de los grupos organizados”, declaró Norma Romero durante una visita a Canarias.
Norma Romero se refiere a los migrantes centroamericanos que en el tren de mercancías conocido como La bestia o El tren de la muerte, buscan oportunidades en Estados Unidos y son víctimas, a lo largo del trayecto, de extorsiones, robos, torturas y violaciones.
Desde hace 21 años, cuando La bestia atraviesa la localidad de La Patrona (Veracruz), un grupo de catorce mujeres se acerca a las vías y lanza alimentos en bolsas de plástico a los migrantes que extienden sus brazos antes de que, en pocos segundos, el tren aumente su marcha de nuevo y desaparezca.
Estas mujeres son conocidas como Las Patronas de México, y el pasado 14 de marzo Norma Romero acudió a la Universidad de La Laguna como portavoz de la comunidad para relatar esa labor y trabajo continuo que les ha hecho merecedoras de ser propuestas al Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 2015.
Norma Romero no cree que la inmigración se pare en algún momento, pues se trata de un hecho que no afecta sólo a México sino a todos los países del mundo.
Fue en febrero de 1995 cuando dos de las fundadoras del grupo, tras ir a una tienda, escucharon que los migrantes de La bestia les pedían comida y ellas les lanzaron los alimentos que llevaban.
Tras reflexionar sobre lo que había pasado, decidieron hacer de ello una labor continua y hasta el día de hoy se dedican a colaborar de una forma totalmente “voluntaria”, aclara Norma Romero.
“Mucha gente dice que lo que hacemos, lo hacemos porque nos pagan, pero si nos pagaran no seríamos solo catorce mujeres; seríamos muchísimas más”, manifestó.
Su labor se inicia a las diez de la mañana de cada día y se asigna una tarea para cada voluntaria, de forma que mientras un grupo cocina otro recoge los alimentos que donan algunos comercios y posteriormente rellenan botellas de agua y preparan bolsas con “cinco bolillos, arroz, frijoles y atún”, explicó Romero.
Con el objetivo de que un mayor número de migrantes pudieran tener su bolsa de comida, las patronas llegaron a un acuerdo con los maquinistas: si ellos reducían la velocidad del tren, ellas les ofrecerían también alimentos, algo que “hasta ahora nos ha funcionado”.
Ante la subida masiva de migrantes al tren, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, creó el Programa Frontera Sur con el que se pretende proteger a las personas que, de forma ilegal, cruzan el país, pero los hechos demuestran que la represión y militarización de las fronteras ha desembocado en una situación de inseguridad que pone en peligro al migrante centroamericano.
Muchos de ellos, conocidos como las moscas por viajar colados en el tren, desaparecen debido a secuestros y caídas durante el viaje, mientras que los pocos que logran llegar a América lo hacen en malas condiciones físicas.
Norma Romero aseguró que la situación se agrava cuando la emigración la realiza una mujer, ya que está expuesta a la trata y a las violaciones, y muchas veces el cobro para que ellas puedan seguir su camino es ser abusadas sexualmente.
“A veces, me dicen que pasaron al tren veinticuatro mujeres y a Estados Unidos no llegan esas veinticuatro. ¿Dónde se quedaron las demás?”, reflexionó la portavoz.