Portugal vive su primera huelga general desde 1988
Los dos principales sindicatos portugueses, CGTP y UGT, lideran de manera conjunta por primera vez desde 1988 la huelga general convocada para este miércoles en Portugal para protestar contra los planes de ajuste presupuestario del Gobierno, que pretende así evitar el contagio de la crisis de solvencia que ha forzado el rescate de Grecia e Irlanda.
La convocatoria de huelga de los dos grandes sindicatos lusos para protestar contra los recortes salariales previstos y el aumento del desempleo ha logrado interrumpir en su práctica totalidad los transportes tanto por carretera y vías férreas como el tráfico aéreo, y ha registrado también una notable incidencia en segmentos como servicios sanitarios y la banca.
De hecho, la mayor planta exportadora de Portugal, la fábrica Autoeuropa de Volkswagen, que produce unos 500 vehículos diarios, ha interrumpido su producción.
“La línea de producción está completamente cerrada y no esperamos que se produzca ningún vehículo hoy”, dijo el coordinador sindical en Autoeuropa Carlos Chora, quien apuntó que sólo una pequeña parte de la planta encargada de las reparaciones permanecería abierta. “Hay piquetes en la entrada, pero dejan entrar y salir a la gente”, añadió.
El sindicato CGTP ha afirmado que todos los puertos permanecen cerrados, mientras todos los mostradores de facturación de los aeropuertos aparecen vacíos. De hecho, la aerolínea lusa de bandera, TAP, ha cancelado la mayoría de sus vuelos.
Por su parte, las carreteras de acceso y circunvalación a la capital lusa aparecen registraban importantes retenciones al verse forzados muchos trabajadores a usar sus vehículos privados para desplazarse.
Decontento creciente
Los sindicatos esperan con su convocatoria atraer el descontento creciente de la población con los recortes anunciados por el Gobierno, que incluyen una reducción del gasto en servicios públicos.
“Son los trabajadores los que están pagando la crisis, no los banqueros ni los accionistas de las grandes empresas”, se queja Leandro Martins, un pensionista de 65 años, quien subraya que la huelga es para exigir al Gobierno políticas al servicio de los ciudadanos.
Por su parte, el investigador social de la Universidad de Coimbra Elisio Estanque señala que, a pesar de que la huelga probablemente no logrará cambiar el programa de austeridad del Gobierno, “representa un elemento adicional de incertidumbre”.
Las previsiones del consenso de analistas para la economía portuguesa no descartan que el país sufra una recaída en recesión en 2011 debido al impacto de los recortes salariales y de las subidas de impuestos en el consumo de los hogares lusos, que soportan una tasa de paro del 10,9%, la más alta desde los años 80.