Reino Unido supo que Irak no tenía armas de destrucción masiva antes de la guerra

LONDRES, 25 (EUROPA PRESS)

En los días previos a la invasión de Irak en 2003, la inteligencia británica indicó que las fuerzas de Sadam Husein no tenían capacidad para utilizar armas de destrucción masiva, según un responsable del Ministerio de Asuntos Exteriores británico, que testificó este miércoles en la investigación oficial sobre las circunstancias que llevaron a Reino Unido a participar en la guerra. Otro responsable del Foreign Office dijo que Reino Unido descartó los vínculos del régimen iraquí con Al Qaeda, después de investigarlos “cuidadosamente” tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York.

En la segunda sesión pública de la investigación, la comisión se centró en las supuestas armas de destrucción masiva de Irak y la influencia que tuvieron en la decisión de Reino Unido de apoyar la invasión liderada por Estados Unidos. A este respecto, el director general para Defensa e Inteligencia del Ministerio de Asuntos Exteriores entre 2002 y 2004, William Ehrman, reveló que el 10 de marzo, diez días antes de la invasión, “obtuvimos información de que las armas químicas habían sido desmontadas y de que Sadam no había ordenado montarlas todavía”, citó la BBC.

Ehrman desveló que otras informaciones apuntaban a que Irak “carecía de ojivas capaces de dispersar los agentes”. Pero también dijo que la inteligencia era “contradictoria” y que, en cualquier caso, no considera que “invalidase la cuestión de que tuviera armas”, sino que se refería más a “su uso”. “Incluso si fueron desmontadas, los agentes (químicos o biológicos) siguen existiendo”, añadió.

Asimismo, manifestó que fue una “sorpresa” que no se encontraran armas de destrucción masiva en Irak. “No era lo que habíamos esperado”, reconoció. Uno de los argumentos esgrimidos para justificar la guerra es que Irak tenía armas de destrucción masiva listas para ser utilizadas en 45 minutos desde el momento en que se diera la orden.

Preguntado por la ausencia de armas de destrucción masiva y qué llevó a Reino Unido a equivocarse, Ehrman indicó que una gran cantidad de información de inteligencia previa a la guerra sobre la producción de armas químicas y biológicas por parte de Irak resultó falsa posteriormente. Además, dijo que el hecho de que Sadam no quisiera revelar el estado de su arsenal armamentístico por miedo a mostrarse “demasiado débil” frente a Irán dificultó más la situación.

Otro testigo de la comisión, el director Antiproliferación del Ministerio de Asuntos Exteriores Británico entre 2001 y 2003, Tim Dowse, desveló que la mayoría de las pruebas que se manejaban apuntaban a que el programa de armamento químico y biológico iraquí había sido “destruido” en 1991. Aunque, según dijo, inteligencia más reciente sugería que Irak pretendía reconstruir su capacidad y había “preguntas sin respuesta” acerca de su capacidad real ya que los inspectores fueron expulsados en 1998.

Éste señaló que la amenaza que suponía Irak era “única” en comparación con otros “proliferadores deliberados”, porque se había manifestado dispuesto a utilizar armas de destrucción masiva contra su propio pueblo y contra sus vecinos y estaba desobedeciendo una serie de resoluciones de desarme de la ONU.

Sobre la relación de Irak con el 11-S y Al Qaeda, Dowse dijo que el Ministerio de Asuntos Exteriores analizó el tema “cuidadosamente” y que concluyó que no había “nada que pareciera un relación entre los iraquíes y Al Qaeda”. “Después del 11-S concluimos que Irak no quería que se le asociara con Al Qaeda. No eran aliados naturales”, dijo.

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