La clara victoria de la izquierda obligará a Sarkozy a hacer ajustes
La clara victoria de la izquierda en la segunda ronda de las elecciones municipales y cantonales celebrada este domingo en Francia, salvo contadas excepciones, como en Marsella, debería conducir a una serie de ajustes apuntados por el equipo del presidente de la República, el conservador Nicolas Sarkozy.
Los socialistas, que se habían marcado como objetivo público reconquistar al menos 30 de las 41 ciudades de más de 20.000 habitantes cuyas alcaldías habían perdido en las anteriores municipales de 2001, lo han superado con creces.
En total, han ganado 42 ciudades que hasta ahora estaban gobernadas por la derecha, mientras que sólo seis han pasado de la izquierda a la derecha.
Tras estos resultados, la izquierda controlará durante los próximos seis años los ayuntamientos de 183 ciudades de más de 30.000 habitantes, frente a los 124 que estarán en manos de la derecha.
En términos de votos, con una baja participación del 61,66% -la menor en unas municipales desde la creación de la V República en 1959-, la izquierda obtuvo el 49,34% de los sufragios en las localidades de más de 3.500 habitantes de la Francia metropolitana, frente al 47,55% de la derecha.
En los comicios cantonales, que han servido para renovar a los representantes de la mitad de estas circunscripciones en el país, la victoria de la izquierda ha sido todavía más clara, con un 51,28% frente al 44,52% de la derecha.
Gracias a estas últimas cifras de las cantonales, la izquierda, que hasta ahora tenía la presidencia en 51 de los 101 consejos generales de los departamentos, aumentará su dominio a 59.
Entre los cambios más significativos en las municipales, habrá alcaldes socialistas en Toulouse, la cuarta ciudad del país -que había tenido ayuntamientos de derechas durante 37 años consecutivos-, y en Estrasburgo, donde recuperará el puesto de primer edil Roland Ries, que lo había perdido en 2001.
La derecha consiguió algunas victorias al desbancar a la izquierda en ciudades como Agen, Calais, Chatellerault o Mont de Marsan, pero sobre todo conserva varias importantes como Burdeos, Niza, Le Havre, Orléans, Beauvais, Perpiñán y, sobre todo, Marsella.
El alcalde de esta última, Jean-Claude Gaudin, logró resistir a la alianza de la izquierda con los centristas del MoDem.
De hecho, el MoDem queda en una mala posición particularmente ante la derrota de su líder, François Bayrou, que pretendía ganar la alcaldía de Pau y que finalmente obtuvieron los socialistas.
De las once ciudades de más de 100.000 habitantes, los socialistas encabezarán ocho concejos, ya que sólo han perdido Burdeos, donde el ex primer ministro Alain Juppé ganó ya en la primera vuelta; Niza, en la que el nuevo alcalde Christian Estrosi dejará su puesto gubernamental de secretario de Estado de Ultramar, y el citado caso de Marsella.
En París, el socialista Bertrand Delanoe consiguió consolidar la histórica conquista que logró en 2001, aunque no pudo quitar a la derecha ninguna de las alcaldías de los ocho distritos (sobre un total de 20) que mantuvo en los últimos siete años.
El presidente de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), el partido de Sarkozy en la Asamblea Nacional, Jean-François Copé, vinculó la derrota de la derecha a que “estas elecciones han llegado probablemente en el momento más difícil para nosotros” porque “hay muchas reformas abiertas” y “todavía pocos resultados”.
Sobre un giro en el Gobierno, Copé descartó el fin de las reformas, y aunque dejó la puerta abierta a ajustes, insistió en que lo que hay que conseguir es que los ciudadanos puedan percibir rápidamente los resultados de esas reformas.