Llegan las “bonanzas” o “calmas”: por qué el verdadero verano en Canarias comienza en septiembre

Playas de El Cotillo, Fuerteventura

Canarias Ahora

1 de septiembre de 2021 12:35 h

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El verano llega en septiembre a Canarias. Esta es una afirmación que cada año se hace más tangible, cuando los del Archipiélago nos damos cuenta de que a la panza de burro también le gusta veranear en las Islas. Se terminan las clases en junio y aparece el tan esperado “¿vamos a la playa?”. Acto seguido, la respuesta que todos saben y que nadie quiere escuchar: “Hay panza de burro en Las Canteras”. También es la época en la que suele instalarse la nube en las inmediaciones de los rodeos, el barrio lagunero de Guamasa queda cubierto en pleno verano.

A este manto gris traicionero bajo el que uno también se quema la piel se le pueden unir otros fenómenos como el bochorno, el oleaje difícil o el viento, a quien también le da por hacer alguna que otra aparición memorable durante los meses de verano.

Llega septiembre y, desde la ventana, el que retoma las clases o el trabajo observa un cielo azul sin nubes grises, sin viento y con un calor más soportable. El afortunado que puede darse un salto a la playa también se dará cuenta de que el mar está algo más sosegado, “como un plato”, lo que se denomina las “bonanzas” o “calmas” de septiembre.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) explica que esto se debe a que el anticiclón durante este mes está un poco más debilitado y, por tanto, “tenemos un viento que es más débil que los meses anteriores de junio y julio, sobre todo, que es cuando el alisio es más intenso. De ahí que tengamos esta situación en la que prácticamente tenemos cielos despejados”.

La cuenta de Twitter de divulgación científica sobre Geografía y Meteorología, AGMC, llevada por el geógrafo y climatólogo Juan José Fernández (@Jose88TF), explica que “estos días la dinámica atmosférica se paraliza o ralentiza y todo tiene que ver con un balance en el calentamiento de diferentes actores, el mar y la tierra, los polos y el ecuador”.

Todo ello repercute en tierra, “el Sáhara ya no se calienta tanto como en meses duros del verano”, en los que, asegura el divulgador, “sopla muy fuerte el alisio”. Eso se debe a que “el océano en esos meses está muy frío comparativamente”. No es hasta el mes de septiembre cuando se pone a la par en cuanto a temperatura, “ya que el mar necesita más energía para calentarse igual que la atmósfera sobre la superficie terrestre. Es una propiedad de calentamiento específica del agua”, indica.

Este equilibrio térmico entre mar y tierra hace que el “mecanismo de compensación (activador de los vientos), se ralentice”, originando que en muchas zonas habituales de viento, como Canarias, se noten “calmas atmosféricas”.

¿Qué pasa con las mareas vivas o “mareas del Pino”?

Durante las primeras semanas de septiembre, las mareas en Canarias, denominadas mareas del Pino en Gran Canaria por coincidir con la fecha de esta celebración (8 de septiembre), parecen adquirir un poco más de energía. Pero ¿el mar no estaba más calmado?

Una vez más, Juan José Fernández nos aclara en sus redes sociales que “marea y oleaje son dos cosas completamente diferentes”. En su explicación asegura que “las mareas responden a la gravedad del sol y de la luna. La calma viene por ausencia de oleaje. Las olas son generadas por el viento, sea viento local (aliso) o viento lejano (borrascas)”, concluye.

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