José Antonio Escudero López, conferenciante invitado a las jornadas colombinas
Las jornadas colombinas contarán en esta edición con un auténtico invitado de lujo, el profesor, José Antonio Escudero López, un conferenciante para quien el título de eminencia encaja a la perfección. El investigador es catedrático Emérito de Historia del Derecho de las Instituciones. Escudero se doctoró en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid en 1965, donde ejerció como profesor hasta alcanzar por oposición las cátedras de diversas universidades de Extremadura, Madrid, País Vasco y en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Como docente ha participado en la fundación Cursos de Verano en la Universidad Complutense en 1988 y en la de Almería en 1990 así como en la fundación del Instituto de Historia de la Intolerancia y el de Historia de la Inquisición.
Escudero ha ejercido como senador por Huesca por la Unión de Centro Democrático (UCD) y también como eurodiputado desde 1987 hasta 1999 por el Centro Democrático y Social (CDS) de cuyo Comité Nacional formó parte. Desde 2008 es miembro numerario de la Real Academia de la Historia y un año más tarde ganó el premio nacional de Historia que concede el Ministerio de Cultura por un estudio sobre la institución monárquica. Pero Escudero no se ha limitado a estudiar la historia sino que también la ha protagonizado. Formó parte de la Comisión que redactó la Constitución de 1978 y estuvo al lado del recientemente fallecido exprimer ministro, Adolfo Suárez. Escudero por estos días permanece en China donde prepara el Congreso Mundial de Turismo y acto seguido se desplazará a La Gomera.
-De su extenso currículum académico ¿de qué se siente más satisfecho? ¿Qué destacaría de su labor?
-Pues la verdad es que me siento muy contento de haber ingresado en la Academia de la Historia y luego en la de Derecho que se llama Academia de Jurisprudencia y Legislación. Me parece que para un catedrático de Historia del Derecho es un reconocimiento que se cubran las dos facetas de la formación a la que he dedicado mi vida. Eso me parece muy satisfactorio.
-¿Y en cuánto a su labor política?
-Pues me siento muy satisfecho de haber participado como senador en la redacción de la Constitución. Yo formé parte de la Comisión Constitucional del Senado que redactó la Carta Magna de 1978 y también estoy muy contento de los años que pasé en el Parlamento europeo, donde permanecí 12 años. Esa fue una época muy satisfactoria porque puedes ver la realidad desde una perspectiva mayor, como es la europea. Sin duda en cargos como éstos obtienes una visión más rica de la política. En ambos casos ocupé estos puestos en el partido que presidió el recientemente fallecido, Adolfo Suárez.
-¿Cómo valora la invitación que le ha cursado el Cabildo de La Gomera para ser conferenciante en las jornadas colombinas de este año?
-Pues la verdad es que tengo una sensación de agradecimiento y gratitud hacia el Cabildo, a su presidente, Casimiro Curbelo y a la profesora universitaria de Historia, Gloria Díaz Padilla, que ha sido quien ha sugerido que mi modesta persona pudiera estar entre ustedes. Soy un gran amante de las Islas Canarias en general y en concreto de La Gomera donde ya he estado en algunas ocasiones. Es una satisfacción y estoy muy agradecido de que ustedes hayan pensado en mi modesta persona para invitarme.
-¿Podría adelantarnos algo del contenido de la conferencia que va a dar en las jornadas colombinas?
-Voy a dar una conferencia sobre los intentos independentistas promovidos desde España. Normalmente se cree que estos planes secesionistas surgieron en América y que en España hubo la tendencia de mantener la integridad de la Monarquía. Yo lo que pongo de manifiesto es que en España desde el siglo XVI, poco después del descubrimiento de América, hubo un planteamiento de personas que sugerían abandonar las colonias. Y ello fundamentalmente por dos razones. La primera son las morales y jurídicas. Creían que España no tenía títulos suficientes para incorporarse las Indias ya que sólo disponía de algunas bulas del papa Alejandro VI. Pero lo que se planteó, sobre todo por parte del religioso, Bartolomé de las Casas fue la ilicitud de la conquista. Ellos defendían que la incorporación sólo sería válida si los habitantes de las colonias la aceptaban de forma voluntaria. Y por otra también se ponían sobre la mesa criterios técnicos como que era inviable mantener un imperio tan gigantesco y alejado. Los defensores de estas propuestas se preguntaban qué tenía que ver España con América del Sur y por ello decían que era preferible marcharse y constituir allí tres monarquías con infantes españoles de manera que fueran independientes pero asociadas a la Corona de España. Ésa fue una propuesta del conde de Aranda, un político aragonés.
-¿Cuánto tiempo duraron estas propuestas? ¿Se agotaron en el siglo XVI?
-No.También hubo otra del valido Manuel Godoy en el siglo XIX que sugería lo mismo. Ellos coincidían en la apuesta por abandonar América por la dificultad de mantener el control dada la distancia. Esas teorías no prosperaron y América se independizó tras una serie de guerras que ya son conocidas.
-¿Esta corriente de pensamiento surgió también en otras grandes potencias como por ejemplo Inglaterra? ¿Tiene usted constancia?
-Sí en Inglaterra hubo algo parecido pero el argumento fundamental que se manejaba en España era la enorme lejanía de las Indias y la infinita de América del Sur. Todavía México o Nueva España quedaban más cerca. En Inglaterra hubo una propuesta similar pero con mucho menos fuerza porque Estados Unidos está más cerca. Hablamos de un criterio técnico de lejanía. No era lo mismo enviar desde España un ejército a Italia que mandarlo para que cruzara el mar y llegara a sitios extremadamente distantes como por ejemplo Filipinas.