Ecologistas en Acción también se opone a las jaulas marinas de Lanzarote: ''Ignoran la normativa de la Unión Europea''
''Es todo un despropósito ambiental, social y económico''. Ecologistas en Acción también se opone a la instalación de 56 jaulas marinas en el litoral de Lanzarote. El colectivo ha presentado sus alegaciones a este polémico proyecto para el cultivo en jaulas de dorada, lubina y atún atlántico por la empresa Yaizatún. El grupo ecologista ha pedido al Gobierno de Canarias que deniegue y proceda al cierre definitivo del expediente.
Ecologistas en Acción pide “poner freno” a esta iniciativa “negativa para el medio marino” por su impacto sobre los hábitats y especies amenazadas y que “ignora la normativa internacional y de la Unión Europea”. Asimismo, apunta que el cultivo de especies con este método puede “arruinar la calidad de las aguas marinas, fundamentales para la salud de la vida vegetal y animal, para las personas y para las actividades económicas que se desarrollan en la zona, pesqueras, deportivas y para la salud de bañistas”.
El proyecto ocupará 5,5 kilómetros de costa y se extiende por aguas protegidas por la Unión Europea y una Zona de Especial Conservación. No solo los ecologistas se oponen a esta idea. El Cabildo de Lanzarote, tanto el equipo de gobierno como la oposición, coinciden en su rechazo a este proyecto. El pleno de la corporación insular ratificó en junio de 2023 por unanimidad su rechazo a la instalación de las jaulas marinas. “Es lo mejor para nuestras islas”, subrayó el presidente, Oswaldo Betancort (CC). El Gobierno de Canarias, liderado por el mismo partido, sí avala la iniciativa.
Un entorno “vulnerable”
Ecologistas en Acción critica que se haya valorado una iniciativa empresarial que atenta contra una zona considerada de Interés para los Ecosistemas Canarios y catalogada como “vulnerable”. Además, algunos enclaves pertenecen a la red de Zonas de Especial Conservación de Canarias (ZEC) y a la Red Natura 2000.
Según el colectivo, la ubicación de las jaulas de engorde “infringe la distancia mínima de seguridad y se establece sobre el hábitat potencial de Sebadales de Guasimeta, donde cualquier actividad perjudicial está prohibida”. “Mantener saludable las aguas y fondos marinos es la única forma para que vivan las praderas marinas (sebadales), ya muy diezmadas”.
El grupo ecologista sostiene que el proyecto generará una afectación al paisaje marino, por la cercanía de las jaulas a núcleos de población como Costa Teguise, Arrecife, Playa Honda y Puerto del Carmen. Según sus alegaciones, este impacto visual es especialmente grave en una isla Reserva de la Biosfera, donde “se deben anular las actuaciones que supongan alteraciones de la calidad paisajística y generen riesgos para el uso de ocio del litoral”.
Ecologistas en Acción subraya que es especialmente peligroso para el equilibrio del ecosistema el cultivo del atún que se engorda con cebo vivo (se utilizan 15 kilos de sardina, chicharro o caballa, sin procesar, para que un atún rojo en cautividad gane un kilo de peso). Existe además una “alta posibilidad de escapes de las jaulas, sobre todo de lubina”, que se alimenta de especies autóctonas diezmando la población que hay en la isla.
El pienso y el cebo vivo también atrae a peces en libertad como rayas y tiburones, cuya supervivencia peligra al entrar en contacto con las jaulas. Entre estas especies hay algunas en peligro de extinción, como el angelote. “El litoral de Tías y San Bartolomé es esencial para la supervivencia de esta especie marina”.
Yaizatún
La Asociación para el Desarrollo de Acciones Climáticas Integrales (ADACIS) también ha presentado alegaciones al proyecto. En ellas recogen el impacto ambiental que provocaron otras 53 jaulas marinas ubicadas en el sur de la isla y gestionadas también por Yaizatún. Aunque en agosto de 2021 se caducó la concesión, la empresa siguió con su actividad.
Esta zona ni siquiera era apta para la acuicultura, y el cultivo de peces provocó importantes daños ambientales en la zona. La actividad acabó con el sebadal que habitaba entonces en el fondo marino de este enclave.
Unas imágenes incluidas en las alegaciones de ADACIS, tomadas por la organización internacional WWF, muestran la “putrefacción” del fondo marino provocado por la acumulación de excrementos y restos de pienso. En las redes de las jaulas se acumulaban peces muertos cuya descomposición contribuyó “a la contaminación del fondo marino” y al asentamiento de especies salvajes en busca de alimento.
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