Sentimientos de un equipo de niñas
Escribo esto como persona más cercana a las deportistas que componen la Escuela de Baloncesto Felipe Antón Infantil Femenino, el que está con ellas en el día a día y conoce su implicación, trabajo y sentimientos.
Jamás pensé sentarme delante de un ordenador a intentar explicar los sentimientos vividos con un grupo de niñas de 12-13 años, después de los tristes acontecimientos ocurridos el pasado domingo en el Pabellón Municipal de Breña Alta.
Son varias noches sin dormir dando vueltas a la cabeza intentando buscar una explicación a miles de preguntas, ¿por qué ha pasado esto? ¿se merecían las niñas esto? ¿qué han hecho ellas mal? ¿todo el esfuerzo que han hecho para esto? Y así muchas y muchas más.
Me he atrevido a escribir lo que he sentido y ellas (que son las que realmente me importan y me preocupan) me han expresado estos días.
Cuando ves a unas niñas con toda la ilusión del mundo entrenando, inocentemente te preguntan ¿cuándo jugamos el siguiente partido? ¿se sabe ya cuando jugamos? Muchas de ellas te miran y te dicen, “Jorge, verás que el siguiente partido lo ganamos” y así muchas expresiones que van surgiendo en el día a día que tardaría mucho en escribir, me hace sentir una tristeza enorme, mezclado con una sensación de rabia e impotencia.
¿Por qué hemos llegado a esta situación? Por culpa de las niñas de los dos equipos que tenían que jugar una final seguro que no. ¿Tienen ellas que pagar los problemas que haya entre las diferentes instituciones, directivos, personas que forman el baloncesto palmero? Pues creo que no.
No voy a estar buscando culpables, ni responsables, ni nombrando a nadie, todos los implicados en este triste desenlace saben cómo han actuado, cada uno con sus principios, valores y conciencia, yo la mía la tengo tranquila y creo que hicimos lo correcto. Pero lo más importante, ¡las niñas también lo creen!
Desde el principio, nos mostramos colaborativos para encontrar una solución, y así lo hice saber, siempre defendí la misma postura, la que me parecía justa para las niñas de los dos equipos, que era jugar con las mismas normas que habíamos comenzado, respetar la victoria que justamente había conseguido el C.B. Doguen, jugar el segundo partido y un hipotético tercero en caso necesario. Otros, y ellos saben quienes son, no hicieron lo mismo, intentando justificarse con excusas que para mí no tienen sentido (y ellos lo saben) una situación totalmente partidista.
En los días previos al partido, y sabiendo de antemano que no íbamos a aceptar dicha proposición (porque no es justa ni legal), tanto oscurantismo te hace sospechar, intuyes lo que va a pasar, pero no te lo quieres creer, ves como imposible que los responsables te vayan a plantear esto, sin una notificación oficial, sin un acuerdo previo de los equipos implicados, nada de nada, es así y punto, todo verbalmente. Menos te esperas, que la otra parte implicada, sea partícipe y apoye semejante disparate (por llamarlo de alguna manera).
Hemos presentado un recurso en la Federación, aportando nuestros argumentos y pruebas, simplemente queriendo jugar una final que las niñas, que son las que juegan, se han ganado disputar, han comenzado a jugar, pero no las han dejado terminar.
¿Recurso para qué? Pues me temo que para nada, creo que no se van a molestar en responder, no tienen argumentos morales ni legales para hacerlo. ¿Pasará algo? Pues no, ellos son los que mandan y tienen el poder, dejarán pasar el tiempo, la temporada acabará, el año que viene comenzará la siguiente y esto quedará así y punto.
Pero para mí no, esto es un daño deportivo y moral irreparable, ¿por qué digo esto? Pues porque el tiempo no vuelve para atrás. ¿Qué las niñas se recuperarán y seguirán jugando? Seguro que sí, me han demostrado una honradez, honestidad y madurez impropia de su edad ante esta injusticia.
En ese momento, el estado de nerviosismo, la incertidumbre de qué pasará, la impotencia de sentirte estafado y no poder hacer nada, no te hace pensar con serenidad. Ahora, con el paso de los días y con tiempo de analizar bien la situación, sigues sin creerte que esto pueda haber pasado, todas estas sensaciones (impotencia, rabia, tristeza, injusticia…) son más fuertes, pero solamente con ver las caras de las niñas ayer en el entrenamiento, hablar con ellas y ver la entereza con la que afrontan esta situación, como entienden y apoyan la decisión tomada, pero sobre todo las ganas y felicidad con la que entrenan, hace que te sientas un poco más tranquilo y relajado. ¡para mí son todas unas fenómenas y un equipazo!
No escribo esto con ánimos de buscar problemas, ni de crear polémica, ni de buscar guerras con nadie, simplemente aclarar lo vivido, expresar lo que yo siento, lo que las niñas sienten, y que cada uno de los implicados reflexione de cómo ha actuado en esta situación. Felicitar a las niñas por el trabajo de estos dos años y me siento muy orgulloso de todas. Para mí, la Liga Federación Insular Baloncesto La Palma Infantil Femenino 2018-2019, aún no tienen campeón.
Jorge Galván (monitor de la Escuela Baloncesto Felipe Antón Infantil Femenino)
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