Sobre este blog

Espacio de opinión de La Palma Ahora

La actual imagen del Señor del Huerto. Parroquia de San Francisco de Asís

José Guillermo Rodríguez Escudero

Juan Abascal Fuentes (1922- 2003), catedrático emérito de Escultura de la Escuela Santa Isabel de Hungría de Sevilla e imaginero con escuela propia, cincela en 1969 un “rostro grave y doliente que suda sangre”. Esta expresiva talla, representación de un Cristo angustiado, pesaroso, desvalido, solo, arrodillado con los brazos caídos y las palmas de sus manos en posición de súplica, fue donada por la Familia Poggio. Alza su rostro implorante hacia el cielo, cargado de una gran emotividad.

El artista sevillano había tenido que atender numerosos encargos de carácter religioso debido a la gran destrucción de imágenes que se produjo con la Guerra Civil Española. Fue discípulo de uno de los escultores españoles más relevantes del siglo XIX, el gaditano Vassallo Parodi (1908-1986).

Como también nos recuerda el investigador Rodríguez Lewis,  el Diario de Avisos de 29 de marzo de 1969 decía en una nota lo siguiente: “Tenemos el gusto de comunicar al público que mañana domingo, después de la misa de las 6 de la tarde, en la Parroquia de San Francisco de Asís, será bendecida la nueva imagen del Señor del Huerto, obra del escultor sevillano Juan Abascal”.

Cuando la saga de mecenas  Poggio  dejó de ocuparse de los cultos en honor a la escultura del “Señor del Huerto”, ésta dejó de salir a la calle y tan sólo se celebraba por la noche el “Nombre” y sermón con misa cantada el Lunes Santo. Alberto-José también nos informaba en su detallado artículo en 1963 sobre nuestra Semana Santa de que, “en 1924 empezó a sufragar los gastos de la procesión don Celestino Cabrera Perera y en 1929 se hizo cargo de ella la Venerable Orden Tercera para lo que se hacía petición pública y se cobraba un censo de 60 pesetas, único de los derechos que hoy todavía se tiene de otros tributos que poseía el Señor del Huerto, los que fueron redimidos a través del tiempo”.

El mismo autor nos aclara que ya más tarde, en 1952, la persona que se hace cargo de los gastos de los cultos fue Manuel Poggio y Sánchez.

La riquísima túnica de color violeta que luce la imagen, bordada en oro, costó 218 pesos y fue adquirida en 1821 a la Cofradía de San Pedro de la Parroquia Matriz de El Salvador. Tras una reunión celebrada el 22 de diciembre de 1818, aquella Hermandad decidió desprenderse de la valiosa pieza ya que la mayoría de los Cofrades no veían con buenos ojos el hecho que el “San Pedro Penitente” vistiera tan lujosamente como el “Señor del Perdón”.

El mencionado Manuel Poggio, en 1956  regaló una nueva túnica a la que se le pasó los bordados de oro de la antigua, y fue enriquecida con más cantidad de esos bordados. Sobre uno de sus hombros cuelga un manto rojo de damasco gallonado ribeteado en oro.

Cada uno de los colores litúrgicos, como los mencionados rojo y violeta, no están elegidos al azar, sino que tienen una especial simbología. Así, el rojo es el color del fuego, del amor y de la sangre, muy utilizados en las celebraciones de la Pasión y los misterios de la Cruz. El violeta o el morado es el  color utilizado en Cuaresma y en Adviento, celebraciones penitenciales, exequias... es el elegido para denotar dolor, tristeza y penitencia.

La escultura de Abascal, cuya expresión “desgarra el corazón de cualquiera”, desfila actualmente en un pesado trono al que se le planta un enorme y recién cortado olivo del vecino patio de la Orden Tercera Seglar (así se llama ahora la Venerable Orden Tercera) o más bien, grandes ramas que configuran el árbol. Éste se sitúa a las espaldas del “Señor Orante” y del “Ángel Confortador” esculpido por Nicolás de las Casas y se mece majestuosamente a cada paso solemne y sincronizado de los hábiles cofrades.

En la esquina de la izquierda de las andas, la derecha del observador, se colocan los símbolos de la pasión que emergen desde el interior de un gran cáliz dorado adornado con relieves. Una cruz de madera oscura preside la alegoría donde aún se aprecian los tres clavos. De ella se sujeta una corona de espinas y sirve de soporte a dos largas lanzas. En el extremo superior de una de ellas se ha colocado la esponja del vinagre. También se observan los siguientes elementos: la bolsa de Judas, una cadena gruesa usada para los reos, dos látigos... Lamentablemente, el pequeño gallo de vistosos colores desapareció inexplicablemente hace unos años. Éste se posaba en una ramita que salía del tronco sobre el que se apoyaba el cáliz.

El ángel luce túnica blanca bordada en oro y alas también blancas. Llevaba un cáliz dorado en la diestra. En las últimas ediciones se ha suprimido el cáliz y la gasa, y en su lugar se le ha colocado sobre un hombro una banda de tela verde con detalles en oro y un cíngulo también dorado. El color negro de las botas se ha convertido en oro tras la restauración. Al igual que sus alas, se decidió estofarlas y dorarlas, puesto que se hallaban totalmente repintadas de blanco. Se había perdido el pan de oro que en su origen (s. XVIII) debieron presentar. El restaurador Domingo Cabrera, también nos informa de que “para ello, se emplearon los métodos habituales de pulimento con piedra de ágata y decoración a base de clara de huevo y pigmentos minerales, siguiendo modelos de otras esculturas coetáneas existentes en la Isla. El mismo procedimiento se empleó en las botas de la efigie”.

La primera vez que la actual imagen desfiló por las empedradas calles de la ciudad fue el 30 de marzo de 1969. Hasta 1986 este paso salía a las 18:45 después de la misa dominical de tarde. En ella tenía lugar lo que viene siendo tradicional es las procesiones de San Francisco, donde la predicación se efectúa en los momentos previos de la entrada de la imagen. También la Cofradía titular leía a la salida y a la llegada pasajes bíblicos, comentarios o poesías realizados al efecto. Concretamente, desde el año 1996, han sido poemas del cofrade Francisco López González con el título genérico de “Getsemaní”, seguido por el año de representación. Son bellos versos cargados de emotividad en honor al “Cristo del Huerto” leídos bajo un silencio sepulcral unos instantes previos a la entrada de la procesión y antes de que se despida a la imagen con el tronar de tambores y cornetas y el tañido de luto de las campanas.

“Bajo un olivo se despoja de Dios, por un momento,

la imagen más agónica y abre una brecha

en la textura de la tierra. Un grito

que se arranca en la mirada

hace al silencio un hueco despropósito.

Drama en el huerto desbocado precipitando aroma

Entre la sangre. Cristo de la expresión inversa […]“

(Francisco López González, Getsemaní,1998)

Fernando Leopold nos recordaba aquellos mágicos instantes del pasado, cuando “la plaza de San Francisco era una algarabía de chiquillos, correteando. Esperaban la salida del primer estandarte. La primera procesión de la Semana Santa de Santa Cruz de La Palma, ”el Señor del Huerto“, estaba a punto de salir. Dentro d e la iglesia, el más avispado se aferraba al estandarte. Él había llegado el primero y él tendría el honor de llevarlo en la procesión. Varios más se agolpaban a su alrededor pidiéndole compartir su carga un poco, cosa que siempre terminaba ocurriendo, no por la benevolencia del abanderado, sino por cansancio. Los recorridos procesionales de la época minaban las fuerzas de cualquiera...”

El querido paisano tenía mucha razón. La procesión del Huerto subía por San José (antes, tal vez como ahora, por la histórica callejuela de Santa Águeda) y entraba en el Hospital de Dolores (hoy pasa de largo, aunque la mira de soslayo, mientras es saludado por el repique solemne y triste de sus campanas). Allí descansaban el del estandarte, el sacerdote, los cargadores, la banda de música, el concejal, el pueblo... Luego bajaba la cuesta de Mataviejas o El Lomo y se dirigía a Santo Domingo por la trasera de El Salvador (hoy baja por S. Vicente de Paúl, la Barriada 18 de Julio y Pérez Camacho. Luego baja El Puente y regresa a su templo). En la iglesia del ex convento dominico tenía lugar otro descanso. Se recuperaba algo de fuerzas para continuar por las calles de San Telmo, Sol, La Luz y descender más tarde la “cuesta Matías”. Por la Calle Real (O’Daly) llegaba a El Salvador “donde entraba solemnemente mientras desde el Coro se oían las notas de ‘In monte olivetum’...”. Ahora, los cargadores giran el trono desde El Puente en señal de respeto mientras recibe el saludo del tañido sobrecogedor de las campanas. Desde la suntuosa Parroquia Matriz retornaba a San Francisco por la calle Pérez de Brito. Allí volvía a sonar el mismo motete como cántico, ¡por fin!, de bienvenida. La única procesión actual que guarda un parecido itinerario es el “Nazareno” del Miércoles por la tarde, tras el “Punto en La Plaza” con la “Dolorosa” y “San Juanito el Alcahuete”.

Luis Ortega Abraham nos describe así la imagen doliente: “Con su gubia enérgica y su valiente policromía, Abascal consiguió una poderosa y verosímil representación de un hombre de rasgos comunes, abrumado por la pasión inminente, en la frontera de la fe y de la flaqueza, un hombre solo que inquiere a Dios las terribles respuestas que conoce”.

Desde 1987 se encarga de la imagen y de la organización de los solemnes actos anuales en su honor durante el Domingo de Ramos la “Cofradía de Cargadores de Nuestro Señor del Huerto”. Visten túnica blanca con un capuchón verde de raso en el que va cosida una cruz roja atravesada por tres clavos, un cíngulo de soga de esparto, guantes blancos y zapatos negros. Una hermandad que surge por la preocupación de unos jóvenes estudiantes universitarios de mejorar una de las tradiciones más importantes de su ciudad, la Semana Santa, “una de las más admiradas del archipiélago Canario debido a su importante imaginería”. En su propia página virtual también informan acerca de sus proyectos y fines. Una de las labores que se detallan en ella es, precisamente, la creación de un folleto en el que se recogía los actos y procesiones de la Pasión palmera y una breve reseña acerca de cada uno de los pasos que desfilan en ella. Un cuadernillo que ha evolucionado. Gracias al Ayuntamiento y al Cabildo “se ha convertido en un espléndido y completo programa de la Semana Santa de Santa Cruz de La Palma”.

En ese original programa se puede leer lo siguiente: “El logro de Abascal es innegable, y no exenta de toda crítica. La imagen es un total reflejo del sufrimiento de Jesús antes de ser abandonado, traicionado, condenado y crucificado. Su postura no puede ser más expresiva. Jesús se dispone a rezarle al Padre, para ello se arrodilla en la dura tierra. Sus brazos aparecen caídos y las palmas de sus manos abiertas en posición de súplica; su rostro, bañado en sudor, si no de sangre; su mirada triste y desesperada que se pierde en lo más profundo del cielo; sus ojos, que suponemos inundados de lágrimas, nos dan esa visión de Cristo hombre que en un determinado momento sintió miedo; y el movimiento de sus labios que podríamos adivinar temblorosos en el instante en el que dice: ‘Padre mío, que no pase por mí este cáliz, pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que Tú quieres...’”.

En el Domingo de Ramos de la edición de 2007 se hizo realidad uno de los sueños de la Cofradía: el estreno de unas nuevas andas para el Señor, obra de Pedro Daranas Alcaine y de Libio García Sánchez. Desde que el 27 de julio de 2006 se compraron los 26 listones de cedro rojo y 4 de morera seca, hasta que el 30 de marzo de 2007 se terminase el trono a falta de las cuelgas, fueron ocho meses de duro trabajo en el que, numerosas personas, muchas de ellas anónimas, ayudaron y aportaron su granito de arena para que el Señor del Huerto saliese sobre estas andas ese año. También algunas empresas trabajaron para conseguirlo: Instalaciones Ferraz, Sánchez Alfredo, Carpintería Europa, etc. La Hermandad supo agradecer enormemente tal esfuerzo. El resultado está ahí, espectacular. Junto al Cristo y el Ángel Confortador, tres nuevas imágenes durmientes fueron incorporadas al paso: Santiago, Pedro y Juan. Son obra actual del imaginero orotavense Jesús de León, hijo del fallecido maestro Ezequiel.

La Cofradía de Hosannas, una de las primeras de carácter marcadamente infantil y hermandad de penitencia masculina, custodiaba este paso desde su creación en 1955 hasta la fundación de la Cofradía titular, y asimismo viste hábitos de color blanco y una banda verde. El 4 de abril de 1986 se fundó la Hermandad de Penitencia femenina, “Las Niñas de Hosanna”, compuesta por veinticinco cofrades que visten túnica azul, toga y cíngulos blancos y sandalias de cuero. Colgando en el pecho llevan una sencilla cruz de madera.

Según Luis Ortega, esta Hermandad de jóvenes, primera Cofradía de La Palma fundada con el fin de soportar el peso de los pasos procesionales, es la que “pidió y logró el año siguiente, trasladar la procesión al horario nocturno, con el propósito de asemejar la rememoración piadosa de las Sagradas Escrituras que sitúan el hecho ‘tras la cena, llegada la noche’...”. 

BIBLIOGRAFÍA 

CABRERA BENÍTEZ, Domingo. «El Ángel de la Oración del Huerto (Apuntes sobre su restauración», en Programa de Semana Santa, 2003, Excmo. Ayuntamiento.  Disponible también en http://www.cofradiadelhuerto.com/restauracion%20angelito.htm (consultada el 3 de febrero de 2004).

COBIELLA CUEVAS, Luis. «Los Motetes de Semana Santa»,. En [Programa] Semana Santa 1997, Santa Cruz de La Palma, Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma; Cabildo de La Palma, Consejería de Cultura, [1997].

FERNÁNDEZ GARCIA, Alberto-José. «Notas históricas de la Semana Santa en Santa Cruz de La Palma», Diario de Avisos, Santa Cruz de La Palma, (21 de marzo de 1963)

FUENTES PÉREZ, Gerardo. El Clasicismo en la escultura, Aula de Cultura de Tenerife, Excmo. Cabildo Insular de Tenerife, 1990.

LEOPOLD PRATS, Fernando. Artículo sin título. RODRÍGUEZ LEWIS, J.J.«Ya es Semana Santa en Ramos». Ambos en [Programa] Semana Santa 1998, Santa Cruz de La Palma, Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma; Cabildo de La Palma, Conserjería de Cultura, [1998]

ORTEGA ABRAHAM, Luis. «Palmas y Olivos» en [Programa] Semana Santa 2001, Santa Cruz de La Palma, Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma; Cabildo Insular de La Palma, Consejería de Cultura, [2001].

Página virtual de la “Cofradía de Nuestro Señor del Huerto” de San Francisco de Asís, disponible en: http://www.cofradiadelhuerto.com  (consultada el 4 de marzo de 2005)

PÉREZ GARCÍA, Jaime. Casas y Familias de una Ciudad Histórica: la Calle Real de Santa Cruz de La Palma, Madrid, 1995.

VAN-DE-WALLE CARBALLO, Luis. «El Señor del Huerto. Primer centenario de la actual Imagen», Diario de Avisos, Santa Cruz de La Palma, (19 de abril de 1962).

Sobre este blog

Espacio de opinión de La Palma Ahora

Etiquetas
stats