Las ‘palabras relleno’ y ‘el maestro’
Común en los aprendices
las palabras de relleno,
ignorando que es veneno
en los versos con deslices.
Son los pobres infelices,
que descuidan la armonía,
se pierden en la porfía
por las sílabas contar
y acaban por destrozar
el ser de la poesía.
Jócamo 26 de junio
NOTA: La labor del buen maestro exige paciencia, comprensión y generosidad con el alumno voluntarioso que adolece de talento natural, pero lo suple con esfuerzo disciplina y humildad.
El maestro no regaña ni abruma; su experiencia le ha enseñado a ser más sutil que explícito, y recurre a la inteligencia de la conveniencia frente a la imposición de la exigencia.
No dice: “las palabras de relleno son un defecto penoso inaceptables”; al contrario, apunta con sutileza: “debemos evitar las palabras de relleno en los versos”.
Una sugerencia que “enseña y educa” por partida doble. Enseña “lengua y poesía”; educa en “talante y comportamiento”.
Gracias maestro Teixé, por ser como eres.
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