La rosca palmera
En La Palma no es roscón,
la rosca es lo popular,
un exclusivo manjar
de singular tradición.
Con la globalización
el roscón se abre camino
desde que de fuera vino,
con pretensión de elegante,
que consume el arrogante
para parecer más fino.
Jócamo, 8.I.2023
NOTA: Entre mis remotos recuerdos infantiles, están las tradicionales y sabrosas “roscas de manteca”, que se elaboraban y consumían durante las fiestas navideñas. Entonces el turrón era un artículo de lujo, que no llegaba a las clases menos favorecidas del mundo rural. En cambio, sí recuerdo como se procuraba no faltara un trocito de rosca para saborearlo mojado en chocolate, en el desayuno, o empapado de vino (dulce o seco) en la merienda.
Como todo producto de consumo, su elaboración exigía conocimiento y experiencia para lograr su mejor punto. En el entorno de La Rosa (Mazo), se decía que las más tiernas y sabrosas eran las de Luis Toledo, de La Polvacera. Más tarde llegaron las de Maruca Chíchara en Mazo y Hermelinda en La Sabina, hasta que su elaboración se ha extendido a muchas dulcerías insulares, como también su consumo al resto del año. Antaño había que encargarlas con la debida antelación y se clasificaban por su peso en libras. Tengo la impresión, que entonces la manteca y el sabor eran mejores, quizás porque el apetito y la necesidad también eran mayores.
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