Lo siento, no sabes de todo…
La persona emprendedora tiene muchos errores (menos mal, se aprende), pero uno de lo mayores es creer que sabe de todo…
El titular es un poco “directo a la yugular”, pero es una verdad tan grande como la Cascada de Los Tilos… Hemos llegado a un punto que, por “tener Internet”, sabemos de todo… Sí, somo psicólogos por estar en Facebook, fotógrafas por tener cuenta en Instagram, periodistas por tener un perfil en Twitter (me niego a llamarlo “X”), o lo peor, médicos por saber buscar en Google (ahora ya en Chat GPT); y esto, perdónenme, es muy peligroso.
En el mundo emprendedor está pasando exactamente lo mismo… Aunque reconozco que el cliente es el más preparado de la historia, el que tiene más información que nunca o la posibilidad de comparativa más ágil, aun así: “lo siento, no sabe de todo”.
Y escribo esto porque últimamente me pasa mucho… Después de más de 25 años en el mundo del Marketing, y siendo un privilegiado de la evolución de este “arte” que ha pasado de lo analógico a lo digital, creo que tengo la suficiente capacidad para poder escribir este artículo. Y lo hago sin acritud, faltaría más, pero sí como una carta abierta a l@s emprendedores que piensan que pueden saber de todo.
Miren, seamos sinceros que además estamos en “año de Bajada”, cuando montas un negocio tienes que separar ramas de bosque, tienes que denotar que hay cosas que debes dejar en manos de profesionales, tienes que entender que “lo barato sale caro”. Si por ejemplo tienes una tienda de ropa, deberás preocuparte de seleccionar los mejores proveedores, de tener el escaparate más atractivo que el del vecino, de establecer una política de precios acorde con el producto/zona, de relacionarte, de aprender a vender, y un largo etcétera… Pero mi pregunta es: ¿por qué te quieres ocupar también del marketing, porque sabes publicar en Instagram? Perdonen que les diga, pero publicar en Instagram, si le enseño, sabe mi hija Yaiza de 9 años en unos minutos… Y es aquí donde está realmente la diatriba… no se trata de saber publicar, sino de cómo, cuánto, el por qué, con qué intención (objetivo), en qué temporalidad, etc., etc.
Llegado este punto del artículo entono un “lo sé”; sé que la persona emprendedora tiene que hacer un poco de todo, tiene que intentar disminuir los costes fijos, aprovechar lo que se pueda, etc., pero no les hablo de ahorrar, les hablo de ganar más, y esa es la diferencia.
Antaño, cuando una empresa iba “regulera”, en donde primero recortaban era en el Departamento de Marketing… (Pater, dimitte illis, non enim sciunt, quid faciunt), y ahora, aunque pasa en menor grado, también. Y este es un error que, gracias a un altavoz de esta dimensión, tengo que utilizar, exprimir y aprovechar… Es como si se nos estuviese quemando la casa y decimos:
- “Como se nos está quemando la casa, vamos a llamar a la empresa municipal de agua y luz para que nos den de baja los servicios”.
- ¡Si lo que te hace falta es agua para apagar el fuego, mijo!
Ojo, no les hablo de intrusismo laboral (que podría; hace años en Madrid se me atribuyó el concepto de “Cuñaity Manager”), verso de que hay negocios y/o empresas que piensan que el Marketing es una “asignatura María”, sí, de esas que aprobaba todo Dios en aula, que se hacían collages con pegamento Pritt y que encima sacaban más nota que en Religión.
Realmente les hablo de que tenemos que elegir, tienen ustedes que elegir… ¿Quieren ser diferenciales? ¿Quieren realmente sacar el mayor partido al Marketing? Esto solo tiene una solución: contraten a profesionales. Y cuidado (el segundo del artículo, aunque antes dije “ojo”), es lícito que la respuesta a estas dos preguntas sea no, entonces “apaga y vámonos”. Pero como se suele decir… “teta y sopa no cabe en la boca”. No podemos estar en misa y repicando. También sé que muchos jóvenes emprendedores son nativ@s digitales, que dominan las redes, que publican (de San Juan a Corpus) alguna storie en sus perfiles personales. Perdonen, esto es diferente, estamos hablando de una marca, una unidad de negocio que no duerme, una manera de ganarte la vida, el pan del desayuno… y con eso no se juega.
En La Palma, en Canarias y en Boston, hay empresas (y autónomos) de diferente índole que podrán ayudarles, que saben lo hacen, que lo han demostrado con resultados, que están “a la última”, que trabajan de manera profesional y recurrente… anídenlos a su unidad de negocio como si estuviesen pagando la luz, el agua o “el Internet”, y cuando lleven un año, me escriben y hablamos de la diferencia.
Bueno, les dejo que tengo que preparar la maleta. Mañana (y no es broma), me voy a la Isla Bonita (tengo entrada para los Enanos el 19); necesito un poco de Los Sauces para no perder el norte… ya me entienden.
Un saludo
Rayko Lorenzo
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