La ermita de Lodero precisa una actuación “urgente”
Vecinos, comunidad parroquial y Ayuntamiento de Villa de Mazo se reúnen para impulsar la restauración de la ermita de Lodero, un edificio del siglo XIX que necesita una rehabilitación urgente debido a los daños causados por el paso del tiempo, según se informa en una nota de prensa.
La necesidad de reformar la ermita de Lodero, explican, “se planteó hace algo más de una década debido al mal estado del techo, que generaba humedades que empezaban a dañar la estructura”.
Vecinos de la zona, representantes la Asociación Caboco, el Ayuntamiento y la comunidad parroquial promovieron la reforma de esta ermita del siglo XIX, pero el elevado presupuesto, en torno a unos 354.000 euros, hizo imposible ponerla en marcha.
Durante estos años, los vecinos han recaudado fondos para abordar el inicio de esta reforma cada vez más urgente organizando diferentes actividades como rifas y comidas.
En los últimos meses, el Ayuntamiento de Villa de Mazo y la parroquia de San Blas han trabajado directamente con el arquitecto responsable del proyecto y técnicos municipales para que “la reforma se ciña a lo estrictamente necesario con el fin de mantener la estructura del techo, dejando para una segunda fase el resto de los arreglos que requiere el edificio”, indican.
El coste presupuestado de esta primera fase asciende a 173.000 euros, de los cuales los vecinos han recaudado una parte. El Consistorio ha acudido a diversas administraciones para tratar de conseguir el resto y aportará asimismo un porcentaje para conservar este edificio de valor patrimonial.
El pasado domingo, 26 de enero, se celebró una primera reunión con representantes de la comunidad parroquial para informarles de los pormenores de las obras. En breve se celebrará otro encuentro en la ermita en el que se dará a conocer el proyecto a todos los vecinos.
La ermita de Lodero se levantó en 1865 para sustituir a la primitiva construida en 1761 y que estaba en muy mal estado. Es una construcción sencilla, de una sola nave con coro a los pies y un balconcillo en la fachada. En su interior acoge una valiosa talla mexicana de la Virgen de los Dolores que llegó a Villa de Mazo en 1774, de estilo La Piedad y factura neoclásica también del siglo XVIII.