La orografía y el calor complican las labores de extinción del “incendio de fuego roto” de La Palma

La abrupta orografía de la isla de La Palma y la ola de calor que está sufriendo el Archipiélago este fin de semana están complicando las labores de extinción del incendio declarado este viernes por la tarde, sobre las 18.20 horas, en el barrio de La Catela del municipio de Garafía. Los técnicos del Goberno de Canarias, administración que ha asumido la gestión de la emergencia tras su paso a nivel 2, lo han catalogado como un “incendio roto”, por la cantidad de puntos diseminados entre los 16 kilómetros de perímetro por los que se extiende un fuego que, según las primeras estimaciones, podría haber quemado ya entre 300 y 400 hectáreas.

Según han explicado el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, y el director general de Emergencias del Gobierno regional, Jorge Parra, en rueda de prensa, el principal objetivo en este momento es que el fuego no cruce la autopista de La Palma, la LP-1, hacia la Caldera de Taburiente, lo que podría afectar a las zonas de Puntagorda y Tijarafe, cuyos vecinos permanecen en alerta ante la posibilidad de que esta misma tarde, ante la previsión de un cambio de tiempo, tengan que salir sus viviendas. En la tarde de este viernes ya fueron evacuadas unas 300 personas en el municipio de Garafía. También ha sido desalojado el Observatorio del Roque de los Muchachos.

Aparte de la complicada orografía de la Isla Bonita, la situación meteorológica está dificultando las tareas de contención. Con las temperaturas por encima de los treinta grados, la humedad en torno al 20% y la previsión de que esta tarde haya rachas de viento que superen los 40 kilómetros horas, el escenario se enmarca en el temido 30/30/30 que agrava los incendios forestales (termómetros que superan los 30 grados, humedad por debajo del 30% y vientos superiores a 30 kilómetros por hora). Jorge Parra ha explicado que el fuego se originó en el Barrio de La Catela y que el fuego tiene dos flancos identificables, uno en el Lomo de Las Palomas y otro en el Lomo de Cueva del Agua. Los técnicos trabajan con la hipótesis de que el cambio de viento de esta tarde convierta el flanco en cabeza y el fuego se dirija hacia la villa de Santo Domingo, donde ya se ha apostado un equipo de bomberos urbanos para colaborar en la extinción.

En este momento trabajan unas 400 personas en el incendio de La Palma y ocho medios aéreos a los que se le sumaran, en las próximas horas, los tres hidroaviones que ha enviado el Estado desde las bases de Málaga, Salamanca y Torrejón de Ardoz. Este viernes por la tarde se activó a la Unidad Militar de Emergencias (UME), que ya ha destinado a 63 efectivos a La Palma desde la base de Tenerife, un contingente al que se le sumarán otros 57 militares de Gran Canaria y, probablemente, la unidad de Sevilla.

Torres ha explicado que tan solo dos horas después de que se originara el fuego, cuyo lugar exacto la Guardia Civil tiene “plenamente identificado”, ya actuaban en la zona dos helicópteros de la Brigada de Incendios Forestales de La Palma, el helicóptero Kamov que tiene base en Tenerife y otros dos aparatos del Gobierno de Canarias. Posteriormente, se incorporaron a las tares de extinción un helicóptero del Cabildo de Gran Canaria, un tercero del Gobierno de Canarias y el AirTractor de La Gomera, además del de coordinación de la Guardia Civil.

El Gobierno de Canarias ha solicitado al Estado un segundo helicóptero Kamov que podría llegar el lunes, ya que debe pasar antes por Marruecos por el protocolo anti-COVID, y otro aparato de coordinación de la Guardia Civil, además de dos brigadas del Ministerio de Transición Ecológica que sumarán otros 40 efectivos a los trabajos en La Palma.

El director de Emergencias del Gobierno de Canarias ve muy complicado que el fuego, que está fuera de la capacidad de extinción, se pueda estabilizar en las próximas horas. De hecho, se calcula que no se podrá llegar a esta situación hasta el lunes o el martes, cuando las condiciones meteorológicas cambien y las temperaturas bajen.