“CC ha perdido la filosofía social de sus inicios”

Esther R. Medina / Esther R. Medina

Hija del histórico militante de CC y alcalde de Santa Cruz de La Palma durante 12 años, Antonio Sanjuán, Maeve tenía claro que si abandonaba la formación con la que concurrió a las elecciones debía entregar el acta de consejera por una cuestión de principios. Formaba parte del sector progresista de CC, que ha sido “arrinconado” por “la directiva insular real”. De momento, no se plantea ingresar en otro partido. Ahora solo quiere regresar a su puesto laboral y llevar una vida “un poco más anónima”.

-¿Cómo ha sido estos primeros días de exconsejera?

-Pues en realidad he estado arreglando papeles para volver a mi puesto de trabajo en el Servicio Canario de Empleo, porque es un proceso que requiere una serie de trámites administrativos. El próximo lunes, a las 08.00 horas, ya me incorporo. He visitado la oficina y he hablando con mis compañeros porque hay algunos cambios desde que me fui en 2005, pero espero ponerme al día poco a poco, aunque yo soy de las que quiero aprenderlo todo en un momento. También he atendido a los medios de comunicación que me han estado llamando continuamente.

-¿Cuánto tiempo llevaba militando en CC?

-Desde que se fundó Coalición Canaria en 1993, porque yo estuve primero en las juventudes comunistas, después pasé a Izquierda Canaria Unida (ICU) y más tarde a ICAN.

-¿Le ha decepcionado la política o las personas?

-Las personas. Sigo considerando que la política es una herramienta fundamental para mejorar la vida de los ciudadanos, pero me han decepcionado mucho las actitudes de algunas personas que han intentando manejar el partido a su antojo y eso, sinceramente, hiere mi sensibilidad. No soporto que haya políticos que se crean que el chiringuito es suyo y que pueden hacer y deshacer sin contar con nadie. En los partidos estamos de paso para gestionar con los pies en la tierra, porque yo soy una mujer muy realista y no me gusta despegar nunca los pies del suelo. Quiero saber en todo momento quién soy, dónde estoy y para lo que estoy. Eso para mí es fundamental. Y tengo que reconocer que nunca he hecho todo lo que he querido en los cargos que he desempeñado porque, en algunos momentos, no se me ha permitido pero lo he aceptado porque estaba en un partido y tenía que respetar la jerarquía.

-Renunciar a un cargo público por coherencia no suele ser habitual en estos tiempos

-Me abruma un poco que la gente se sorprenda de la decisión que he tomado, porque para mí es un acto de lo más normal. Yo no puedo darme de baja de un partido y continuar manteniendo el acta. Me presenté a las elecciones por unas siglas y si me voy, debo devolver ese acta.

-Lo que está claro es que usted no está en política para disfrutar de un buen sueldo.

-No, no, para nada. Ahora, en mi vida, va a haber un gran cambio a nivel económico, pero eso no me supone ningún quebradero de cabeza. Al contrario, me siento tranquila porque tengo un puesto de trabajo al que volver. Otros, quizás, tienen que comulgar con algunas cosas que no les gustan porque no tienen un empleo.

-¿Le pidió consejo a su padre antes de darse de baja del partido y de renunciar a su acta de consejera?

-Fue una decisión personal que solo conocía mi familia más cercana: mi padre, mi madre, mi compañero, mi hija, mis dos hermanas y mi sobrina. A mi padre le dije lo que pensaba hacer y él me dio su opinión pero no influyó para nada.

-¿Quién manda realmente en CC?

-No me gusta citar a personas, porque hasta ahora todos han sido mis compañeros y espero seguir teniendo amistad con muchos de ellos. Pero en mi escrito de renuncia hice alusión a la 'directiva insular real' y eso ha sido suficiente para que los medios de comunicación supieran dónde tenían que poner la mirada. Sin dar nombres han sabido a quien me refiero.

-Afirmó tras su dimisión que los progresistas tienen cada vez menos cabida en CC ¿quiere eso decir que la formación nacionalista está girando a la derecha?

-Esto es algo que llevo notando hace algún tiempo. Ese espíritu que bañaba, por así decirlo, a lo que fue Coalición, a la unión de diferentes fuerzas que conectaban con los ciudadanos de Canarias a todos los niveles, barrios, agricultores, ganaderos, comerciantes? con una filosofía social, se ha ido perdiendo. A los progresistas nos han ido arrinconando, parece como si sirviéramos para trabajar pero no para liderar, y esas cosas se van notando. Yo eso lo he vivido. Cuando manifesté mi intención de encabezar una candidatura al comité local de Santa Cruz de La Palma, al renunciar Juan Ramón Felipe, yo percibí rechazo, me fueron poniendo trabas en el camino.

-¿Cree que fue un error que ICAN se integrara en la coalición nacionalista?

-No, porque lo que nos unía era la defensa de Canarias y trabajar por las islas, y la parte más social y progresista la aportaba precisamente ICAN.

-¿Cuándo comenzó a sentirse incómoda en CC?

-Mi situación de incomodidad en el partido no es reciente, viene de más atrás, porque yo siempre he mantenido una posición crítica, me expresado en los órganos que he podido estar. Pero siempre he notado que falta un ambiente de confianza para que la gente pueda realmente manifestar su opinión con libertad. Falta también autocrítica.

-¿Y el hecho de ser mujer ha supuesto algún obstáculo en sus aspiraciones políticas?

-Lo que sí puedo decir es que a la hora de hacer listas electorales, sobre todo en el comité local, cuando se da el nombre de una mujer se suele preguntar si esa mujer vale, pero cuando se propone a un hombre nunca se cuestiona su valía. Eso yo lo he visto, aunque cada vez ocurre menos. Aquí tengo que agradecer a Zapatero la labor que realizó para que las mujeres estemos en igualdad de condiciones, porque si no hay leyes que nos amparen vamos a tardar mucho más en llegar a donde nos corresponde, porque se nos exige el doble.

-¿Cuál fue el detonante que le llevó finalmente a apartarse de la política?

-Yo me había planteado irme desde hace tiempo, pero lo que de verdad, de verdad me llevó a dar el paso fue la reunión del Consejo Político de Funcaliente para aprobar el reglamento de organización y funcionamiento de los comité locales. Allí decidí irme por una serie de acontecimientos que sucedieron y por algunas cosas que escuché y que no me gustaron.

-¿Eran buenas sus relaciones con la presidenta del Cabildo?

-Eran y espero que sigan siendo buenas. Yo siempre he tenido una relación bastante cordial con ella. Es verdad que cuando llevaba Asuntos Sociales tenía un contacto más fluido porque había muchos temas que tratar, analizar presupuestos, mantener reuniones? y quizá ahora estaba en áreas sin mucho contenido, pero las relaciones siempre han sido cordiales.

-¿Se siente respaldada en la calle por los ciudadanos?

-Me sorprende, porque la gente me felicita, me habla de coherencia, de integridad, de principios? Esta reacción ciudadana realmente me ha sorprendido.

-¿Cuáles han sido sus peores momentos en su vida política?

-Tomar la decisión de dejar un partido y abandonar la política, no tanto renunciar al acta de consejera. Eso ha sido lo más duro y lo pasé muy mal, pero sabía que tenía que hacer algo, aunque cuando te convences de que debes marcharte, lo haces con toda la tranquilidad del mundo.

-¿Y las mayores satisfacciones?

-A mí las mayores satisfacciones en política me las han dado las pequeñas cosas. A nivel personal, me siento muy útil cuando puedo solucionarle un problema a una persona aunque sea con una simple llamada telefónica. Por supuesto, también me da alegría recibir 800.000 euros para un centro, pero a mí me gusta el contacto directo con los ciudadanos y la cercanía, por eso prefiero la vida municipal.

-¿Entró en política por vocación?

-Creo que me influyó lo que he vivido en mi casa. Desde que mi padre se dedicó más de lleno a la política, que tenía yo unos 15 años, siempre mostré interés, leía los periódicos y estaba pendiente de lo él hacía, y te va entrando el gusanillo. Lo escuchaba hablar en casa sobre los proyectos que tenía para Santa Cruz de La Palma, y al final, la política se convierte en una vocación. Y te diré que a mis dos hermanas también les gusta la política, aunque ellas no han participado de manera activa. Bueno, a mi hija también.

-¿Tiene algún referente en el ejercicio de la cosa pública?

-Mi padre, Antonio Sanjuán, porque lo conozco también como persona, y es verdad que, al ser su hija, quizás no sea objetiva, pero es trabajador, honesto, honrado, volcado hacia los demás? Tiene todos los complementos que yo creo que debe tener un político.

-¿Se ha planteado ingresar en otro partido?

-No, ahora estoy como en fase de duelo. Lo que me planteo es ir el lunes a la oficina de prestaciones y empezar a hacer una vida un poco más anónima, por lo menos durante un tiempo, porque toda esta situación me ha desbordado. Y ya se verá en el futuro qué es lo que ocurrirá.

-¿Cree que otros militantes nacionalistas seguirán su ejemplo?

-No lo sé. Tengo compañeros con los que hablo y me manifiestan lo mismo, que se sienten incómodos, que no están a gusto, que falta transparencia y participación, eso lo comentamos, pero no sé si seguirán el mismo camino. Yo no pretendo ser ejemplo de nada ni quiero influir en nadie.

-¿Cómo ve el futuro de la formación nacionalista?

-Yo ya estoy fuera, no pertenezco a ese partido, pero le deseo los mejores éxitos porque creo que en estos momentos necesitamos una formación nacionalista para defender a nuestra tierra de los recortes que se están aplicando y de las dificultades que estamos sufriendo, que se deben a la lejanía y a las actitudes del Gobierno de España. Pero, al margen de eso, creo que CC debe dar un giro, por lo menos en La Palma, tiene que integrar más a todas las tendencias que hay en la coalición, aceptar las críticas y abogar porque las decisiones sean colectivas y no de dos o tres personas.

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