La portada de mañana
Acceder
Feijóo se alinea con la ultra Meloni y su discurso de la inmigración como problema
Israel anuncia una “nueva fase” de la guerra en Líbano y crece el temor a una escalada
Opinión - Junts, el bolsillo y la patria. Por Neus Tomàs

“Cuando empecé de cartero leí muchas cartas a las viejitas y di buenas y malas noticias”

Ángel Rodríguez Lorenzo trabajó en Correos durante 39 años. Foto: LUZ RODRÍGUEZ.

Esther R. Medina

Santa Cruz de La Palma —

Por sus manos han pasado miles y miles de cartas que llevaban buenas y malas noticias. Ángel Rodríguez Lorenzo se inició como cartero en 1970 en San Andrés y Sauces, su municipio natal. “Cuando empecé se recibía mucha carta de Argentina, Venezuela o Cuba, países a los que habían emigrado los palmeros, y en muchas ocasiones tuve que leer las cartas a las viejitas porque muchas eran analfabetas, y si sus hijos no estaban en casa, me pedían que se las leyera yo”, ha recordado a La Palma Ahora. “A veces dabas disgustos porque anunciaban defunciones y cosas tristes; salías tú mal por haber dado una mala noticia”, reconoce. “Pero también leí cartas muy sentimentales, con cositas que dan alegría, como comunicar el nacimiento de un nietito o de un sobrinito”. 

Ángel ejerció 26 años de cartero y 13 como jefe de reparto. Trabajó en Correos durante 39 años y se jubiló en 2013. “Empecé en San Andrés y Sauces en 1970 como contratado, donde estuve cuatro años, después me desplazaron a Santa Cruz de Tenerife, allí aprobé las oposiciones en 1979, y fui el número dos de la provincia”, cuenta. “Después pedí traslado para La Palma, y como no había plaza en San Andrés y Sauces, solicité para Santa Cruz de La Palma”. Conocía tan bien su zona de reparto que “sabía cuándo cumplían años los chicos, porque los ves nacer y crecer”, relata.

Ahora disfruta de la jubilación. “La llevo muy bien, no soy de esas personas que dicen que cuando dejan de trabajar se deprimen, hay muchas cosas que hacer, se distrae uno con la familia, con los amigos, voy a pescar, a pasear; yo no me aburro”, asegura. 

Ángel es un hombre afable y correcto. “El cartero tiene que ser paciente, tener un poco de mano izquierda para tratar al público, porque es un poco complicado, pero si tienes ese pequeño don de saber entrarle no hay inconveniente”, afirma. “El cartero suele ser una persona amable, aunque a veces llevamos cosas que no gustan”. 

Cuando Ángel comenzó a ejercer su profesión, “solo había correspondencia personal; la mayoría eran cartas de soldados que estaban en el cuartel; las enviaban todos los días a las novias llenas de corazones y besitos”. “También llevábamos algo de los juzgados, el ayuntamiento y algún telegrama”.    

Con la crisis, a partir de 2007, todo cambió. “Comenzó a bajar el volumen de la correspondencia porque hay menos empresas, menos movimiento bancario y menos nóminas”. Las nuevas tecnologías también han reducido el trabajo del cartero. “Ya no se envían cartas a mano, solo queda algún iluminado que le escribe a alguna amiga, pero eso ya ocurre muy pocas veces”, comenta. “Ahora se reparte correspondencia de Canaragua, Unelco, publicidad, que también ha bajado mucho porque las empresas no venden, y con Amazon entras en Internet, ves el producto y lo compras”, añade. “Últimamente está llegando mucho paquete de China de compras realizadas a través de Internet, es una barbaridad”, señala. 

Las nuevas tecnologías están poniendo en riesgo la profesión de cartero, y Ángel lamenta que pueda desaparecer. “Me gusta que haya un servicio público, aunque ya hay otras empresas que se dedican al reparto de correspondencia y paquetería, pero pienso que con la calidad y la certeza que puede entregar Correos no hay ninguna; el cartero ofrece una garantía”, recalca. “El público se queja de que los funcionarios estamos muy bien tratados, pero yo le puedo decir que trabajé 39 años con un sueldo base de 600 euros, y eso afecta a la jubilación”, subraya. 

Hace un balance muy positivo de sus 39 años de ejercicio profesional. “Puedo decir que no tuve ningún problema con ningún cliente ni con ningún empleado de Correos, y trabajé 13 años con 26 personas a mi cargo; a excepción de un energúmeno que vino de fuera, el resto fue para mí estupendo”, concluye.

Etiquetas
stats