Geógrafos de la ULPGC proponen la “renaturalización” de la playa de Tazacorte como medida “para salvarla a largo plazo”
Un estudio publicado por geógrafos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) en la revista Ocean and Coastal Management propone que “la dinámica natural de la playa de Tazacorte se ha visto alterada durante varias décadas, por un lado, debido a la construcción del puerto, y, por otro lado, a causa de la ocupación urbanística y transformación de la desembocadura del Barranco de las Angustias, que actúa como principal fuente de sedimento”.
“La playa, que hasta la década de los 70 estaba formada por callados, se convirtió gracias a la construcción de infraestructuras en una playa de arena que, durante los temporales de mar, se inunda. Además, es frecuente que los temporales dañen el paseo litoral y se produzcan remontes de arena. En este sentido, después de eventos de oleaje extremo, la playa no está siendo autosuficiente para su regeneración y debe ser trabajada con maquinaria para facilitar su disfrute por parte de los usuarios”, aseguran.
“El estudio demuestra que, en situaciones de temporal marino, la playa adquiere una fuerte pendiente y no se forma la berma, lo que provoca que la playa se convierta en una rampa por la que asciende más fácilmente el oleaje hasta el paseo marítimo”, subraya.
De acuerdo con el estudio, “el Calentamiento Global junto a la presencia de estructuras que limitan la playa, provocarán un empeoramiento de las condiciones actuales”. En este sentido, los investigadores proponen “una renaturalización de la playa. Es decir, devolver las condiciones naturales que la caracterizan más allá de las intervenciones que históricamente se han realizado sobre ella. Estas medidas ya se están ejecutando en el litoral mediterráneo para salvar las playas y evitar problemas de inundación a largo plazo”, aseguran. “La renaturalización de la playa de Tazacorte pasa por la deconstrucción del litoral, como por ejemplo el derribo del paseo en el tramo central, en el que existe una parcela que se encuentra en desuso, y así permitir en ciertos sectores que la playa vuelva a ser de callados para evitar el remonte de las olas por encima de la avenida marítima”, explican.
El estudio también evalúa “otras medidas como la construcción de un dique sumergido, un dique emergido o el aumento del tamaño del muro del paseo”. Sin embargo, concluye que “las medidas más efectivas y económicas son aquellas que permitan a la playa recuperar sus características naturales y de esa forma pueda seguir siendo el recurso económico de Tazacorte a largo plazo”.
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