José Escudero: “Espero que mi granito de arena haya servido para que Binter vuele cada vez más alto”
Ha sido durante más de 34 años la ‘cara’ de Binter en La Palma, una labor que ha desempeñado con entrega, y siempre con una sonrisa y modales exquisitos. José Guillermo Rodríguez Escudero, hasta el pasado mes de septiembre responsable de Comunicación y delegado insular de la aerolínea canaria, se ha prejubilado, ha ‘desembarcado’ de un largo vuelo y ahora se prepara para otro ‘viaje’: “Voy a retomar los trabajos de investigación y divulgación, sobre todo de nuestro rico patrimonio artístico-cultural y seguir ayudando en lo que pueda a los más necesitados de mi ciudad y de mi isla”, asegura en una entrevista con este periódico, en la que adelanta otros muchos proyectos que tiene en mente, porque, subraya, “para mí aprender todos los días es fundamental”.
¿Le ha costado ‘desembarcar’ de Binter después de 34 años, cinco meses y cinco días vinculado a la aerolínea?
Pues imagínate. Llevo más de la mitad de mi existencia en Binter. Antes no concebía mi vida sin mi querida compañía, y mira ahora… Un amigo me decía de broma que yo ya tenía hasta la sangre verde (en alusión al color corporativo). De todas formas, todo ha fluido con gran naturalidad y este paso importante se ha producido de forma, yo diría, que hasta familiar. Mis jefes y compañeros me lo han hecho muy fácil. Seguimos en contacto y no se ha producido un cambio drástico, más bien paulatino o, por lo menos, lo he experimentado así. Todo ha fluido perfectamente. Estoy muy orgulloso de la gran familia Binter, de ellos y de mi ‘casa, por cómo me han arropado y el cariño e interés que han puesto para que este tránsito haya sido así de agradable. ¡Pero si parece que estoy de vacaciones! Espero que esto siga así. Ya te contaré. Me siento muy afortunado por haber estado en Binter desde el minuto cero, pero ya es hora de dar paso a las nuevas generaciones, aunque la ilusión jamás la he perdido. Ese es el mejor combustible para que aparezca la fuerza para afrontar todo lo que se vaya presentando.
Ser la ‘cara’ de Binter en La Palma ha sido una gran responsabilidad.
Ciertamente es así. Porque en los momentos en que representas a la compañía, de alguna manera, dejas de ser tú mismo para asumir este papel, aunque en mi caso, de forma muy natural. Siempre he sido yo mismo, sin tener que forzar situaciones, simplemente porque me sale así. He sido el mismo con corbata que sin ella. Como delegado de la compañía en La Palma tenía casi un obsesión: estar presente en los catorce municipios de La Palma, en los importantes eventos culturales, solidarios, deportivos, etc. Muchos de carácter local y otros insulares. Era muy complicado compaginar tantos actos y tener siempre todos los elementos corporativos en perfecto estado. La marca Binter debe de mostrarse siempre de forma impecable. Ahí no cabía el cansancio. Había que estar porque era lo que se esperaba de ti, y representando a Binter, era lo que se esperaba de la compañía. Siempre recibí mucho cariño e interés. No puedo sentirme más afortunado. Todo se sobrellevaba muy bien. Espero haber estado a la altura. Gracias a estar representando a Binter he conocido lugares extraordinarios, eventos espectaculares y personas excepcionales. Ha sido una gran responsabilidad, pero también una gran satisfacción.
¿Qué supone esta compañía aérea para la Isla?
Desde que Binter inició sus operaciones en 1989, la conectividad de La Palma con el resto de las islas mejoró sustancialmente. Ahí está la hemeroteca. Poco a poco, Binter ha ido haciéndose grande, perfeccionando sus procedimientos, ampliando su flota, adecuando su operativa, mimando la atención al pasajero, etc. El palmero, el canario y nuestros clientes en general han sido testigos de esta evolución y, aunque hay mucho por hacer, son constantes las muestras de cariño y reconocimiento que recibimos, algo que para nosotros no tiene precio y nos indica que se han hecho bien las cosas. Binter ha logrado convertirse en referente del transporte de Canarias, con protagonismo en Europa (siete veces premiada por la ERA). Como parte del compromiso con La Palma y con el resto del archipiélago, nuestra idea ha sido ofrecer un servicio de gran calidad a nuestros clientes y desplegar una amplia actividad en el seno de la sociedad. Binter ha estado presente en los eventos más importantes de la isla y ha dejado su impronta en todos los municipios. Cuántas veces hemos oído a un palmero decir ¡Mira un Binter! Sin deparar en qué tipo de avión ni de compañía era. Está en nuestro ADN y ya hay varias generaciones de palmeros que han nacido y crecido con nosotros. Mi hija Adriana, por ejemplo, que tiene ya 30 años. Hemos mejorado mucho nuestros servicios. Me da vértigo mirar para atrás y ver cómo hemos evolucionado, pero, sobre todo, me da mucho orgullo y me siento un privilegiado.
¿Cuál ha sido el mejor momento y el peor, si lo hubo, de su trayectoria profesional?
No puedo quejarme lo más mínimo. Desde el inicio de Binter en La Palma, he sido parte de un gran equipo humano y profesional que ha servido para avanzar. Los momentos más difíciles -que sí los ha habido- los he transformado en aprendizaje. Por mi forma de ser, sin forzarlo, mi recuerdo está siempre con lo positivo, y he aislado y casi olvidado a todo aquello que me quitó el sueño o me hizo llorar de impotencia. Ahora esto lo veo como algo necesario para crecer, madurar… y lo que me llevo son las buenas vivencias con los compañeros y los clientes, las anécdotas, la extraordinaria sensación de ser útil a los demás. Llevo conmigo la experiencia de todo lo vivido en tantos escenarios diferentes, tantos viajes inolvidables, tantos recuerdos imborrables… el mundo de la aviación es fascinante. Me capturó desde el año 1981, fecha en la que comencé a trabajar en Iberia, en la primera de las tres terminales del Aeropuerto de Mazo, y aún no me ha soltado (risas).
¿Deja a Binter en buenas manos?
En las mejores manos, sin lugar a duda. Tengo la fortuna de tener (haber tenido, siempre me olvido de que tengo que hablar en pasado…) los mejores jefes y compañeros que se puede tener. Eso me da una gran tranquilidad y la plena confianza de que Binter seguirá acometiendo grandes proyectos y volará cada vez más alto. Me alegra saber que mi granito de arena aportado en todo este tiempo haya servido y haya germinado, pero es el momento ya de dar paso a gente joven con ganas de trabajar y de defender a la compañía. Veré y disfrutaré de todos estos éxitos desde la barrera, una vez ‘desembarcado’, pero con la dicha de comprobar que todo no solo va bien, sino que irá a mejor.
¿Cómo ha afrontado esta nueva etapa de tu vida? ¿qué proyectos tiene?
Un amigo jubilado me aconsejaba que, cuando yo pasara a ‘mejor vida’, hiciese lo que había hecho él. Me decía que no hay fórmulas milagrosas, porque entendía que había personas que se aburrían después de dejar el trabajo, puesto que no tenían aficiones y todo su tiempo lo había ocupado el trajín laboral. Para él, lo importante era estar activo, aprovechar el tiempo, buscar qué es lo que te gusta y te apasiona, y que lo hagas o intentes hacer… luego todo viene rodado. Pues eso mismo estoy haciendo yo.
Pues, contestando a tu pregunta, esta nueva etapa la he afrontado bastante bien, con la premisa de pensar un poco más en mí. Me he tenido algo olvidado en los últimos tiempos y eso ya hay que irlo solucionando. Es el pilar fundamental para que todo fluya a tu alrededor.
Por este motivo, voy a retomar los trabajos de investigación y divulgación, sobre todo de nuestro rico patrimonio artístico-cultural, leyendas, historias, costumbres, tradiciones, fiestas, etc. Terminar algunos artículos que había dejado por detrás a medias. Tal vez publicarlos y preparar algunas conferencias que me han pedido.
Por supuesto sacar tiempo para leer y, tal vez, entrar en un club de lectura. Me gusta compartir ratos, conocimientos, aficiones... con los demás, por lo que no descarto esta idea que me ha tenido rondando desde hace años, pero no he podido materializar por los viajes y por los constantes cambios en la agenda laboral, etc.
Me encantan los idiomas y estoy sacando un rato al día para seguir unos cursos virtuales de inglés, francés y alemán, para perfeccionarlos. Me gustaría acudir a clases presenciales de conversación de estos tres idiomas. Para mí aprender todos los días es fundamental, y no descarto hacer cursos y ¿por qué no? estudiar de nuevo…
Ahora no tengo pretexto para acometer algunas obras en casa y hacer limpieza a fondo, sobre todo de ropa, de objetos innecesarios, de cosas que ya no usamos… Solemos ofrecer todo aquello que está nuevo a diferentes organizaciones y asociaciones.
Otra afición es la fotografía (pero no profesional, sino la de ‘andar por casa’). Tengo miles de fotos y quisiera ir actualizando los archivos (tengo varios discos duros portátiles) e ir clasificando las carpetas, etc. Y por supuesto, seguir fotografiando todo aquello que me gusta, que es mucho.
Ahora sí tengo más tiempo para disfrutar del cine y del teatro, y de los espectáculos en general. Soy asiduo al Teatro Chico y al Teatro Circo de Marte. Ahora lo seré aún más. Eso espero. Siempre consulto las diferentes programaciones de los dos recintos, y de todos los demás a nivel insular, e intento que no me pongan falta, aunque a veces no sea posible por la simultaneidad de los eventos… Acudiré a más conferencias, exposiciones, procesiones, fiestas populares, etc. Me estoy agobiando solo de pensarlo (risas)... pero eso sí, poco a poco y que todo fluya. Solo si me apetece, y no tomarlo como un deber.
Un aspecto que quiero también mimar y cuidar es el trato hacia mi familia y amigos, las relaciones personales... Mamá está muy bien, pero ya es mayor, y quisiera compartir todos los momentos que pueda con ella… así mismo con mi mis hermanos y amigos… hay tantas cosas que no he podido hacer con ellos… espero recuperar el tiempo perdido. No nombro a Esther, mi mujer, y a Adriana, mi hija, porque ellas son parte de mí y, cuando hablo, siempre hablo pensando en nosotros tres. Somos un trío muy bien allegado. Las visitas a Tenerife serán más frecuentes, ya que Adriana vive allí.
Con ellas quiero seguir viajando, algo que me apasiona también. Tenemos algunos viajes pendientes que no hemos podido realizar aún. Uno de ellos ya está organizado. Me hace mucha ilusión.
Caminar diariamente entre una hora y media y dos horas y nadar en el mar es algo que llevo haciendo desde el primer día. Lo necesitaba. Lo tenía en la agenda de cosas para hacer. Eso sí, sin cronómetros ni nada parecido. Quisiera volver a hacer senderismo, una actividad que me encanta, como todo lo relacionado con la naturaleza. No descarto recuperar las clases de yoga y pilates con mi esposa. Ya veremos.
Quiero seguir ayudando en lo que pueda con los más necesitados de mi ciudad y de mi isla, etc., así que continuaré apoyando algunas ONG’s y asociaciones altruistas y solidarias con las que nunca he perdido el contacto. Hay mucho por hacer. La mayor felicidad es poder ser útil a los demás. Quisiera profundizar en el tema de voluntariado. Me hace mucho bien.
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