El ciudadano que donó a La Palma la campana de ‘La Verdad’ conoce la nao Santa María en Estados Unidos
El 26 de abril de 2018 volvió la campana del mítico velero La Verdad a la isla de La Palma, tras haber naufragado aquel a finales del siglo XIX en la isla de Bermuda en una desgraciada singladura de vuelta a Canarias tras su paso por Cuba, se informa en nota de prensa.
Ese retorno supuso traer de nuevo a la actualidad una de las páginas más bellas de la historia naval de Canarias. La carrera de Cuba en el siglo XIX vinculada al comercio del azúcar y el tabaco, que constituyó una época dorada en la construcción naval en la isla de La Palma, protagonizada principalmente por la saga familiar Arozena.
Además, el retorno de la campana coincidió con el 525 aniversario de la Fundación de Santa Cruz de La Palma y se hizo a bordo de una réplica de la nao colombina Santa María, que realizó su viaje inaugural desde Huelva a La Palma. Y el motivo de ese viaje era precisamente hacer llegar a la isla navegando la campana de aquel velero botado en 1873 con el nombre de La Verdad. Una bricbarca de quinientas toneladas que en su época fue alabado como la más bella embarcación construida en los astilleros palmeros de la familia Arozena.
El singular protagonista de que la campana ocupe hoy un lugar privilegiado en el Museo Naval de Santa Cruz de La Palma fue el ciudadano norteamericano Thomas Cox. Abogado y navegante de la localidad de Portland, en el estado de Maine, protagonizó una donación que además le permitió conocer la historia originaria de la campana que le acompañó en su despacho por más de treinta años.
La historia en torno a la donación de Cox es singular y con un deje aventurero, muy a gala con el devenir del velero La Verdad. La campana fue adquirida a finales de los años 70 del siglo XX por Thomas Cox en un anticuario; una vez jubilado, investigó su origen y supo que era de un barco procedente de Canarias.
Tras conocer la historia, casualmente atracó en Portland, su localidad de residencia, un barco de época español, el Galeón, propiedad de la Fundación Española Nao Victoria. Cox les encomendó la campana para que la devolviesen a algún museo en Canarias, ya que en aquel momento ignoraba la existencia del Museo Naval de Santa Cruz de La Palma.
Tras conocer la historia de manera fortuita, la directora del Museo Naval, Carmen Concepción, acabó por contactar con Cox y le convenció de que el destino de la campana de La Verdad sólo podía ser Santa Cruz de La Palma, origen del velero en el que prestó servicio hasta su naufragio.
Finalmente, Cox no sólo accedió a la donación al Museo Naval sino que se desplazó a Santa Cruz de La Palma a comienzos de abril de 2018 para estar presente en el acto de donación. Sin embargo, el mal tiempo en el Atlántico en la primavera del año pasado impidió la llegada de la réplica Nao Santa María, botada por la Fundación Nao Victoria con motivo del 525 aniversario del primer viaje de Colón, ya que no sólo retrasó su salida de Huelva sino que su singladura duró el doble de lo previsto.
Otro de los hechos singulares de esta historia es que la campana hizo su última etapa en la reproducción de la capitana colombina, la Santa María, precisamente el mismo barco en el que se aloja el Museo Naval de santa Cruz de La Palma, que es una réplica en tierra de esa nao.
Thomas Cox, tras firmar la donación en el Ayuntamiento, hubo de volver a Estados Unidos sin conocer a la Santa María y la tripulación que acompañó a la campana en la última etapa del retorno a La Palma desde América. La campana llegó algunas semanas más tarde y fue depositada en el Museo Naval; un acto en el que Thomas Cox gracias a las nuevas tecnologías estuvo presente de manera virtual al conectarse con una videoconferencia que le permitió contemplar la colocación de la campana.
La pasada semana, Thomas Cox se quitó parte de esa espinita, ya que la Santa María hizo escala en Maine y el altruista ciudadano norteamericano pudo conocer al barco y a parte de la tripulación que completó el retorno de un viaje que había comenzado en 1899 el velero La Verdad.
La historia de Thomas Cox y de la Campana de La Verdad ocupa hoy un lugar central en el Museo Naval de Santa Cruz de La Palma, como un ejemplo de que el mar y la cultura son nexos entre sociedades cuando entran en juego la educación y el altruismo. Cada visitante que hace tañer la campana manda simbólicamente un sonido de amistad y humanismo que llega a la otra orilla del Atlántico.
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