El litoral del Valle de Aridane vuelve a producir plátanos tras la erupción

El litoral del Valle de Aridane,  con unas 260 hectáreas en la zona agrícola platanera más productiva de Canarias, vuelve a dar frutos tras la erupción,

Luis G Morera/Efe

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El litoral del Valle de Aridane, unas 260 hectáreas en la zona agrícola platanera más productiva de Canarias, vuelve a dar frutos tras la erupción del nuevo volcán de La Palma en Cumbre Vieja, lo que supone la recuperación para los agricultores que mantuvieron sus plantaciones con el agua suministrada por las desaladoras y el buque cisterna.

Francisco Navarro, gerente de una finca de la comarca Las Hoyas-El Remo, lleva cosechando los primeros plátanos tras el volcán desde diciembre de 2022, aunque como ha explicado en declaraciones a EFE, “si antes me pesaba cada piña entre 35 y 40 kilos, ahora por la falta de agua se han quedado en casi la mitad”.

Durante la erupción del volcán en La Palma, los ríos de lava destruyeron la única tubería que suministraba agua a toda esta comarca platanera, lo que se tuvo que suplir en un primer momento con un buque cisterna con capacidad de 7.500 litros y la instalación de hasta tres desaladoras en el núcleo de Puerto Naos.

“Si no hubiera sido por las desaladoras aquí no habría plátano ninguno porque no había agua suficiente”, menciona el agricultor.

La ausencia de un caudal competente para mantener la producción agrícola creó el dilema entre los agricultores sobre qué hacer con sus fincas: dejar morir las plataneras y replantar con “matas nuevas” o intentar salvar los retoños de las plantas con el agua proporcionada por las alternativas creadas a raíz del volcán.

Navarro optó por intentar mantener su cultivo, aunque reconoce que solo fue posible por la existencia de un depósito junto a la plantación con el que acumular el agua para darle el mejor aprovechamiento posible, espaciando los riegos y buscando la máxima eficiencia.

Ahora, el trabajo de esos meses comienza a dar sus frutos y este agricultor, podona en mano, corta racimo tras racimo de plátanos mientras recuerda que “son piñitas de 25 o 30 kilos, que es la mitad de la producción que da la finca más o menos”.

Para volver a la producción previa a la erupción del volcán en estas plantaciones alejadas de las coladas, lo que Francisco Navarro reclama, así como la mayoría de agricultores de la zona, es que se termine la tubería sobre la nueva fajana, prevista en funcionamiento en el mes de marzo, “cuanto antes” para dar aporte de agua suficiente a las plataneras.

“A ver si en marzo ya podemos regar con normalidad y así los hijos de las plantas de ahora crecerán con más fuerza”, comenta el agricultor, que considera que el sector necesita que bajen los precios de los fertilizantes “para que esto vuelva a ser el jardín que era antes”.

En la zona norte de la comarca, sobre la fajana de Las Hoyas, el manto verde de plataneras que forma el paisaje del litoral no ha vuelto todavía, ya que la mayoría de plantaciones se encontraban dentro de zona de exclusión durante meses, por lo que allí se optó por sembrar planta nueva que se encuentra en crecimiento.

Pese a ello, este veterano agricultor es optimista, y confía en que “a finales de este año, o si no a principios del 2024, todo lo sembrado se empezará a cortar y tendremos una cosecha infinitamente mejor”, aunque ha reiterado, “siempre y cuando tengamos agua y guano”.

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