“Las mujeres no solo necesitamos minutos de silencio”
Santa Cruz de La Palma y Los Llanos de Aridane han acogido este lunes, 25 de noviembre, manifestaciones en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Machista organizadas por la Plataforma Feminista Palmera bajo el lema No estamos todas, faltan las asesinadas.
En el atrio del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, al final de la marcha, se leyó el manifiesto y se pronunció el nombre de las 52 mujeres que han muerto hasta el día de hoy por violencia machista.
La Plataforma Feminista Palmera recuerda en su manifiesto del 25N que “las movilizaciones y los actos en los días señalados caen en un saco roto si no van acompañados de actos, actividades o jornadas durante todo el año que ayuden a revertir el sistema patriarcal que sustenta este tipo de violencia”, porque, subrayó, “una durísima reacción patriarcal atraviesa nuestra sociedad”.
“Las mujeres no solo necesitamos minutos de silencio, reclamamos medidas y políticas públicas”, afirman, y defienden “la conciencia feminista como una medida ineludible en la lucha contra la violencia machista”.
Manifiesto del 25N de la Plataforma Feminista Palmera:
La Plataforma Feminista Palmera se constituye como un movimiento social totalmente independiente de cualquier partido político, sindicato o institución, y desde aquí queremos manifestar los siguientes aspectos:
En este 25 de noviembre de 2018, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, defendemos el derecho de todas las mujeres a una vida libre de violencia, y denunciamos la gravedad y masividad de las violencias machistas. A pesar de que en 2018 se han producido importantísimas movilizaciones feministas como la huelga de mujeres 8 de marzo, o las protestas masivas ante injustas sentencias con claro sesgo machista, una durísima reacción patriarcal atraviesa nuestra sociedad. Como muestra más dramática, contamos ya 51 mujeres víctimas de violencia machista y tres menores. Seguimos sometidas a las violencias sexuales: En 2019 creció de modo alarmante el número de casos de agresiones sexuales, sin que hayan mejorado la respuesta social e institucional para prevenir y afrontar dicha forma de violencia.
Queremos una programación anual por parte de las instituciones orientadas a contribuir a un cambio cultural y de valores sociales, que favorezca la conciencia feminista como una medida ineludible en la lucha contra la violencia machista. Las movilizaciones y los actos en los días señalados caen en un saco roto si no van acompañados de actos, actividades o jornadas durante todo el año que ayuden a revertir el sistema patriarcal que sustenta este tipo de violencia.
Decimos nuevamente que vivas y libres nos queremos. Denunciamos a las minorías reaccionarias que niegan la existencia de la violencia de género y que boicotean las políticas contra ésta, y decimos que no permitiremos ningún paso atrás. Exigimos a los poderes públicos que asuman sus responsabilidades en la prevención y erradicación de las violencias machistas, desarrollando legislaciones y políticas efectivas que aborden las causas que las sostienen, reproducen y perpetúan. Asimismo, es nuestra obligación como plataforma feminista denunciar la insuficiencia de recursos humanos y materiales en las instituciones competentes en materia de violencia machista.
El 25N es un día en el que recordamos que nos situamos como sociedad en una posición de lucha contra la violencia machista. No es un día festivo, es un día para recordar a las asesinadas y para seguir combatiendo esta violencia a través de actos y actividades con efectividad política. Las mujeres no solo necesitamos minutos de silencio. Reclamamos medidas y políticas públicas.
Insistimos, la violencia machista se combate con políticas públicas dirigidas a lograr un cambio sustancial en las estructuras económica, social y cultural de la sociedad, con una protección eficaz a las mujeres, con dotación presupuestaria. Los asesinatos son la máxima expresión de una violencia que es sistémica e inherente a la sociedad patriarcal en la que vivimos, pero no la única. Nos matan, pero también nos violan, nos agreden, nos acosan, nos pagan menos por el mismo trabajo, no podemos ocupar el espacio público en igualdad de condiciones que los hombres, cargamos mayoritariamente con el trabajo reproductivo y no remunerado, y sufrimos en mayor medida los efectos de las crisis económicas, el paro o los recortes en los servicios públicos.
Desde aquí hacemos un llamamiento a toda la sociedad a mostrar un compromiso activo en la lucha contra todas las formas de violencias machistas.
¡¡¡VIVAS Y LIBRES NOS QUEREMOS. NI UN PASO ATRÁS!!!
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