Sobre el papel, El Libro de Sarah: La fortaleza del tiempo parece que recorre un camino trillado, sobre todo por quienes disfrutamos de la literatura de género, pero, tras leer las primeras cincuenta páginas, uno se da cuenta de que el libro que tiene en sus manos no es lo que parece ser. Y es así, porque el personaje principal, Sarah -o, mejor dicho, la Sarah de la que sabemos más- es real, cotidiano y, a veces, insulso. Su vida no se diferencia mucho de la de cualquier adolescente que viva en una gran ciudad. Lo que ocurre es que nuestra Sarah no es la única Sarah que existe, pues, fiel a la teoría de las realidades alternativas, hay una en cada realidad. Llegado el momento la Sarah de nuestra realidad se topará con otra Sarah, encuentro que será el detonante de toda la historia que conoceremos a posteriori.
A partir de este encuentro el lector se ve metido en una vorágine de intrigas, desafíos, aventuras y, cómo no, misiones imposibles, en medio de un proceso de autoconocimientos. Todo ello aderezado con magos, criaturas míticas, personajes sacados de la literatura clásica y un sinfín de guiños a las grandes obras del género fantástica.
Seguro que habrá quien piense que Vicente García lo único que ha hecho ha sido ir copiando y pegando todo aquello que le gusta, de una forma más o menos ordenada y coherente, pero en realidad su gran virtud estriba en haberlo hecho sin caer en excesos, tautologías ni radicalismos, algo que, desgraciadamente, tiñe muchas obras similares.
Lectura absorbente, entretenida y que tiene la virtud de crear afición.
© Elena Santana Guevara, 2016
© Eduardo Serradilla Sanchis, 2016
© Dolmen Editorial, 2016
EL LIBRO DE SARA. LA FORTALEZA DEL TIEMPO
Autor: Vicente García del Castillo
Nº de páginas: 512 págs.
Encuadernación: Tapa blanda
Lengua: CASTELLANO
ISBN: 9788416436224
Editorial: DOLMEN EDITORIAL
http://ellibrodesarah.com/
Sobre este blog
Así como hay traga-fuegos se podría decir que yo soy una devora-libros. Pequeños, grandes, para adultos, para niños, para reír, para llorar... Me da lo mismo, los engullo sin miramientos. Para mí, no hay nada mejor que un libro, una caja de galletas y horas libres, para rellenar con lectura.
