Chacón se enfrentará a Rubalcaba 8 meses después de que renunciase a disputarle las primarias en un clima de presiones

La ex-ministra dijo entonces que daba un paso atrás para mantener la unidad del Gobierno y la imagen de Zapatero

MADRID, 4 (EUROPA PRESS)

La exministra de Defensa Carme Chacón ha decidido regresar ocho meses después del “paso atrás” que dio ante Alfredo Pérez Rubalcaba e intentar liderar el PSOE convirtiéndose en su nueva secretaria general, para lo que esta vez sí se enfrentará con la candidatura de su compañero de gabinete.

Era el 26 de mayo de 2011 cuando la todavía ministra anunciaba en público que daba “un paso atrás” y renunciaba a competir en primarias con Rubalcaba por la candidatura del PSOE a la presidencia del Gobierno. Entonces, argumentó que de haber mantenido el pulso se habría puesto en peligro la unidad del partido, la imagen del presidente José Luis Rodríguez Zapatero e incluso la estabilidad del Gobierno. “Y eso me ha hecho reconsiderar mi decisión”, afirmó.

La renuncia de Chacón se produjo tras el batacazo electoral que se llevaron los socialistas el 22 de mayo pasado en las elecciones autonómicas y municipales. La entonces ministra de Defensa tenía tomada desde hacía tiempo la decisión de competir con Rubalcaba para ser la candidata a la presidencia del Gobierno. Además, su posición estaba alentada por Zapatero, quien en reiteradas ocasiones había hecho una defensa cerrada de las primarias para elegir el candidato.

Este empeño del secretario general del PSOE por celebrar primarias, que recalcó ante sus compañeros en la reunión de la Ejecutiva Federal que tuvo lugar al día siguiente del desastre electoral de los socialistas en mayo, no era compartido por destacados dirigentes del partido, entre ellos Rubalcaba, quienes consideraban que, tras el retroceso electoral, no era el momento propicio para entrar en un combate entre socialistas para ser candidato a las generales.

Y en este intento de frenar las primarias se interpretó la propuesta que realizó esa misma semana el lehendakari y secretario general de los socialistas vascos, Patxi López. El dirigente del PSE aprovechó su comparecencia para valorar los resultados electorales del 22-M para plantear la celebración inmediata de un Congreso en el PSOE con el fin de elegir a un nuevo líder en el partido que sucediera a José Luis Rodríguez Zapatero.

Un planteamiento con el que el entonces jefe del Ejecutivo no estaba de acuerdo, pero que finalmente le obligó a desistir de celebrar primarias, algo que, por ende, suponía la renuncia de Carme Chacón a la carrera por la candidatura.

La propia ministra de Defensa aseguraba en su comparecencia del 26 de mayo que había recibido ánimos para ser la sucesora de Zapatero “de todos los rincones de España”, pero que anteponía el partido a sus deseos e ideales porque “sin una organización fuerte no son nada”, en referencia a la falta de apoyo que habría recibido frente a Rubalcaba.

Si decidía retirarse de la carrera era porque se habían arreciado los movimientos que “urgían a la designación de un candidato único” y que un proceso de primarias habría generado división. “Mi mejor aportación es esta decisión, en pro de la unidad de mi partido y de una reflexión serena”, argumentó.

Respecto al futuro, la exministra no cerró hace ocho meses ninguna puerta, aseguró que aquel “se conquista con fuerza y generosidad” y ya anunciaba que seguiría trabajando por el proyecto que no pudo entonces llevar adelante.

LAS SEÑAS DE IDENTIDAD DE LA SOCIALDEMOCRACIA

La dirigente catalana explicó aquel día de mayo cuáles eran los rasgos principales de ese proyecto: recuperar y actualizar “las señas de identidad de la socialdemocracia”, con “ambición de igualdad” y con la movilización de “todas las energías” para combatir el paro, sobre todo entre los jóvenes.

Su proyecto, añadió, pasaba por reafirmar la “autonomía de la política frente a los grandes poderes económicos y distribuir los sacrificios con la máxima equidad”, recuperar su “prestigio y dignidad”, “tal como han reclamado miles de ciudadanos en las urnas y también en la calle”.

También aseguraba que apostaría por abrir “espacios de participación”, “acreditar con hechos que la política democrática y la corrupción son incompatibles” y reafirmar la visión socialista de España, “unida y plural”, sin renunciar a su identidad “catalana y española”, “un proyecto que integrara generaciones socialistas y no las enfrentara”.

También apostaba por “preservar los aciertos” de la última década y los “avances enormes” de las mujeres, los homosexuales y las personas dependientes, corrigiendo a la vez los errores de los que, puntualizó, ella se consideraba “tan responsable como el que más”.

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