Cuando Ana Oramas (Coalición Canaria) también se saltó la disciplina de voto en el Congreso
Mucho se habla estos días de los diputados de UPN que se saltaron la disciplina de voto de su partido en la convalidación de la reforma laboral en el Congreso de los Diputados, que salió adelante por un solo voto de diferencia y que ha supuesto una verdadera hecatombe en el partido, que ahora ha pedido a ambos que entreguen sus actas, a lo que se han negado. Sergio Sayas y Carlos García Adanero, que votaron no en lugar de sí, se enfrentan a la expulsión de su partido, pero la historia ha demostrado que, pese la gravedad de esta acción, según dónde milites, estas indisciplinas pueden salirle gratis, o casi, a los diputados. Un ejemplo de ello es la diputada de Coalición Canaria por Santa Cruz de Tenerife Ana Oramas.
Fue hace algo más de dos años, en enero de 2020, justo antes de la pandemia. En el Congreso de los Diputados se votaba nada menos que la investidura de Pedro Sánchez (PSOE) como presidente del Gobierno. Tras meses de intentos fallidos y negociaciones para lograr una mayoría en la Cámara, llegó la votación definitiva. Coalición Canaria, con solo una diputada en Madrid (Ana Oramas, en el Congreso desde 2007), había tardado varias semanas en decidir cuál sería el sentido del voto del partido, hasta que finalmente, después de reuniones con los comités insulares, se acordó que la diputada se abstendría. El argumento, que la oferta del PSOE era “claramente insuficiente”, tras exigir medidas prácticamente imposibles de atender, como una bonificación del 60% del IRPF para todas las rentas y el impuesto de sociedades.
Sin embargo, llegó el día de la esperada votación y Oramas incumplió lo decidido por su formación. Se subió a la tribuna y dijo no, saltándose el sentido del voto arduamente acordado en las islas y contraviniendo, además, el reglamento interno del partido. Oramas ni siquiera había acudido a la reunión del Consejo Político Nacional -el máximo órgano entre congresos de Coalición Canaria- y anunció en la primera sesión de la investidura que no apoyaría a Sánchez por pactar con quienes, en su opinión, “no quieren ser españoles” y pretenden destruir la nación.
Al ver esa intervención en la tribuna, Coalición Canaria anunció en Twitter que actuaría con sus estatutos en contra de las “indisciplinas que se produzcan por cualquier militante del partido”, “máxime” cuando la decisión había sido adoptada “por unanimidad”.
A pesar de saber que su desobediencia podría conllevar su expulsión de la formación, en su segunda intervención en la tribuna Oramas afirmó que, estuviese o no el partido, seguiría defendiendo iniciativas legislativas que, a su juicio, fuesen beneficiosas para la ciudadanía. CC interpretó esas palabras como una muestra de que Oramas no entregará su acta de diputada en caso de pedírsela. Eso “la convertiría en una tránsfuga”, dijeron fuentes internas de Coalición.
Dirigentes del partido, especialmente de las islas orientales, se mostraron muy enfadados y críticos con la manera de actuar de la diputada y pidieron contundencia a la hora de tomar medidas. Oramas había metido a su propio partido en una situación muy complicada, ya que por momentos pareció que la formación iba a romperse en dos: por un lado, los dirigentes de las islas orientales, el sector más progresista de los que han conformado Coalición Canaria desde 1993 y que intenta reconducir al partido a una vía menos derechista, y por otro, el grupo de políticos tinerfeños formado por el expresidente regional, Fernando Clavijo o la propia Oramas.
El Artículo 49 de la normativa interna es tajante: “Faltas y sanciones. El incumplimiento y el alejamiento desobediente de las decisiones de sus órganos es una infracción grave y por tanto motivo para causar baja”.
Pero todo ese drama acabó, como otros órdagos de CC, en nada. El partido decidió que no aplicaría su reglamento interno, sino el Régimen Disciplinario del Grupo Nacionalista Canario en el Parlamento de Canarias, con lo que se dio carpetazo al asunto con una multa de 1.000 euros. Era la “máxima sanción” que se puede aplicar para esos casos, dijo entonces el secretario general de la formación nacionalista, José Miguel Barragán. Nada de expulsión, nada de entregar el acta.
Según informó este periódico entonces, solo Coalición Canaria de Fuerteventura defendió en el Comité Permanente que analizó la situación la necesidad de abrir un expediente disciplinario y tramitar su expulsión según las normas del partido por la gravedad de la doble “traición” de Oramas a su Comité Político Nacional. También apoyaban que al menos se tomara una medida tan drástica como que dejara su acta y diera paso a la segunda de la lista de CC en el Congreso.
Solo en gastos de representación del partido en Madrid la diputada cobró entonces casi 14.000 euros.
1