El director del Garajonay reconoce daños ''muy importantes''
El director del Parque Nacional de Garajonay, Ángel Fernández, reconoce que en las zonas afectadas por el incendio “habrá que empezar de cero” la regeneración porque los daños han sido “muy importantes”.
En declaraciones a Europa Press, ha comentado que las zonas que más han sufrido la fuerza del fuego son la cumbre y el frente sur, “que ya habían sido castigadas hace 30 años por otro incendio o deterioradas por poblaciones exóticas, y aunque eran las zonas menos valiosas del parque, tras el trabajo hecho, su aspecto era muy bueno”.
“Es la zona menos rica desde el punto de vista medioambiental, pero relativamente porque en cualquier otra isla sería una joya porque el Parque Nacional tiene un nivel de conservación muy alto”, dice sobre un paraje que fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1986.
Fernández afirma también que la reserva de laurisilva, la mejor de Canarias, ha quedado afectada en los bordes y en el frente norte, pero en el suelo, por lo que espera que la afección a los árboles sea pequeña. “Más grave es el daño a las comunidades vegetales que son valiosísimas porque captan agua de niebla”, explica.
Asimismo, advierte de que hay especies de flora “amenazadas” y que la gallinuela o la chocha perdiz, muy abundante en La Gomera, van a padecer los efectos del incendio ya que sus zonas de hábitat han resultado muy dañadas.
En cambio, las palomas asociadas a la laurisilva no van a tener mucho problemas porque la zona afectada por el incendio era lugar de paso esporádico. No obstante, cree que hay que aún hacer una evaluación integral porque no se conoce el alcance exacto de los daños.
Recuperación más rápida de los pinos
Fernández advierte también de que en un incendio de pinar la recuperación “es más rápida”, mientras que en Garajonay se perderán algunos bosques que serán repoblados por matorral. Además, teme que si las primeras lluvias son torrenciales el daño al suelo será “casi irreversible” porque se pierde y es el “soporte” que alimenta la vegetación. “Esto ampliaría la magnitud del daño”, señala.
Por otro lado, afirma que a corto plazo hay que incidir en las “labores de seguridad” para los vecinos de los caseríos, que pasan por fortalecer vías de comunicación e infraestructuras, e insistir en “evitar riesgos” como la limpieza de los campos y el entorno de las viviendas.
