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Una gran estafa al pueblo de Telde

La relación entre Grupo de Cooperativas Europa, SAU, y la empresa municipal Urvitel es la historia de una gran estafa a los ciudadanos de Telde. Si en el sumario abierto del caso Faycan se recoge con claridad cómo el Partido Popular de Telde desvió partidas municipales para programas de empleo subvencionados por la Unión Europea, la investigación de CANARIAS AHORA que forma parte de la pieza separada número 38 del caso ataca de lleno a otra de las necesidades básicas del ser humano: el derecho a tener una vivienda digna.

El plan urdido por el administrador único de Grupo Europa, José Manuel Antón Marín, suponía para sus interlocutores la auténtica gallina de los huevos de oro en el plano electoral: construir gran cantidad de viviendas de protección oficial para satisfacer las necesidades de la población, sin que las promociones significaran coste alguno para los ayuntamientos y empresas municipales a las que propuso esta operación a gran escala.

Antón Marín, presentado casi siempre a alcaldes y concejales por el portavoz del PP en el Parlamento de Canarias, Jorge Rodríguez Pérez, despejaba cualquier duda sobre los costes en los responsables de las administraciones públicas, porque la operación consistía en que ayuntamientos o empresas municipales cedieran de manera gratuita el suelo donde se construirán, bajo su supervisión y fiscalización, las futuras promociones de viviendas por medio de cooperativas a las que pasaría el riesgo económico.

Ese suelo, además, se convertiría en el “colchón” para repartir pingües beneficios, en dinero negro, entre políticos, empresarios y la propia mercantil de Antón Marín. A pesar de no costar un euro el suelo para la cooperativa que se creara para cada una de las mismas, como Grupo de Cooperativas Europa SAU tendría el control de esas cooperativas según el pliego de condiciones previamente diseñado para los contratos de asistencia técnica, nadie sabría qué gastos se imputarían al coste de la vivienda.

Y el suelo, en realidad, costaba un dinero ficticio. Cara a los bancos, a la hora de pedir el préstamo promotor, se fijaba en el 15% máximo que establece la Ley para las viviendas de protección oficial, pero incluso en algunos casos constatados por CANARIAS AHORA, ese porcentaje se convertía en el doble.

Grandes beneficios que nunca llegaron a materializarse

Esos grandes beneficios ilegales, que nunca se llegaron a materializar porque debían revertir con la entrega final de las promociones -no se ha culminado ni una de las 700 casas previstas- fueron la otra parte de la gallina de los huevos de oro que engatusó a más de un ayuntamiento. No sólo Telde. “Y queda un dinero a repartir”, era la frase que repetía Antón ante los políticos. Y cada cual lo entendía cómo su conciencia le dictara.

Fue el estallido de Faycan, el 1 de marzo de 2006 con la detención de Toñi Torres, el detonante para el desmoronamiento de todo este plan en el que finalmente quien iba a pagar los costes falsos del suelo gratuito era cada uno de los adjudicatarios de las viviendas: por ley, ninguna promoción en régimen de cooperativas debe dar beneficios, y si los genera, ha de repartirse entre todos los componentes de esa promoción de viviendas concreta.

Nadie se iba a enterar, hasta que Faycan se llevó por delante todo este plan para repartir “dinero a espuertas”. Palabra de Antón Marín.

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