La joya modernista de Arucas cumple 100 años
La Heredad de Aguas de Arucas y Firgas ha preparado un calendario de actividades la próxima semana, en concreto del 5 al 10 de noviembre, con el que celebrar el primer centenario del edificio que acoge la sede de esta importante institución, encargada del reparto del agua de regadío en Arucas y Firgas.
Esta organización, con un importante arraigo y peso histórico en la comarca norte de Gran Canaria, quiere mostrar a la sociedad el patrimonio que representa tanto el edificio como lo que éste alberga, desde los archivos a su reloj de contrapesos traído de Leipzig (Alemania) en 1912 y que se convirtió en la referencia a la hora de marcar las pautas para abrir y cerrar el agua que se repartía.
Visitas de escolares, exposiciones permanentes de fotografías de la época, de documentos históricos, maquetas de cantoneras, material hidrográfico o paneles decorativos son algunos de los atractivos que harán a los visitantes conocer más de cerca una institución clave en el desarrollo económico de la comarca y, más concretamente, del municipio de Arucas y Firgas.
Asimismo está previsto un interesante ciclo de conferencias que arrancará el lunes y que girará alrededor tanto de la génesis de la Heredad como de la propia historia del agua. Los ponentes serán Eduardo Navarro García, Profesor de Hidrología y Climatología Médicas de las Universidades de La Laguna y de Las Palmas de Gran Canaria; Alicia Hernández Padrón, Licenciada en Historia del Arte; Eduardo Navarro García y Pablo Policarpo Jesús Vélez-Quesada, Cronista Oficial de la Ciudad de Arucas.
Esta organización, cuyo origen es prácticamente coetáneo a la conquista de Gran Canaria por los castellanos, fue una pieza esencial en la historia agrícola de Arucas, ligado a los planes de desarrollo trazados por la Heredad para traer el agua al municipio, que no disponía de pozos sino del agua que canalizaban desde nacientes en otros puntos más altos de la Isla.
Una joya del modernismo
El origen de la actual sede de la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas es recogido por un documento que se custodia en los propios archivos del edificio y que a partir del próximo lunes 5 de noviembre podrán ser visitados. Un acta extraída de la Junta General del 22 noviembre de 1906 refleja el acuerdo unánime adoptado por los asistentes para construir una nueva casa de repartos frente a las cantoneras reales, actualmente en la calle Heredad número 1.
El 14 de febrero de 1907 se presentan los planos y la cantidad aproximada que iba a costar el inmueble: 50.120 pesetas. Cinco años después -en 1912- la suma final necesaria para construir el edificio se situó en las 52.000 pesetas. A partir de ese momento Arucas se convierte en una referencia para el resto de Gran Canaria, al albergar una construcción modernista única, obra del afamado arquitecto Fernando Navarro.
Norberto Henríquez llevó a cabo la supervisión de las obras de la Heredad. Era directivo de este órgano y junto a José Hernández Pérez y José Suárez y Suárez constituyó la comisión que impulsó la construcción de la Heredad de Aguas. Años atrás (1884) el trazado de la carretera Las Palmas-Guía había obligado a expropiar la antigua Casa de Repartos. El ingeniero Fernando León y Castillo no pudo hacer nada para evitar la expropiación de la instalación.
Ante esta tesitura los directivos del momento decidieron -para evitar que los miembros de la Heredad siguieran reuniéndose en el domicilio de particulares para la celebración de las asambleas- que era necesario contar con un edificio nuevo, más espacioso y acorde con la labor desarrollada por la organización.
Este proceso contó con el apoyo del Ayuntamiento de Arucas, que facilitó la búsqueda de nuevos espacios donde construir la sede. En esta etapa se barajaron varias posibilidades. El primer emplazamiento fue construirla en la Finca de Mirón, propiedad de Juan de Bethencourt, pero a la Heredad le pareció que el precio por metro cuadrado demandado -20 pesetas- era muy elevado .
En este contexto, tras perder la Casa de Repartos por la construcción del nuevo vial y en plena búsqueda de un solar donde construir el edificio, el consistorio solicita a la Heredad 15.000 pesetas para la construcción del Mercado de Arucas. A cambio de financiar la obra, la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas pacta usar a partir de 1886 la parte baja del Ayuntamiento. Este lugar acabaría siendo la sede durante un período de 12 años.
Cabe resaltar la importante labor de la Heredad en el desarrollo de Gran Canaria. Entre otras colaboraciones este órgano contribuyó a financiar alguna de las grandes obras de la Isla, apoyó económicamente en el proceso de separación provincial, ejecutó la mayor parte de los puentes de Las Palmas a Arucas, la carretera del sur y cooperó en los trabajos de la actual sede del Cabildo de Gran Canaria, al igual que en otras obras sociales.
Finalmente, alcanzado un trato con Juan de Bethencourt respecto del precio del solar, se comienza a construir el edificio en 1909. Se demoró tanto porque los carpinteros no daban abasto en la elaboración de las plantillas para hacer los dibujos de los techos y de los diferentes salones, de prolija decoración.
A su finalización se convierte en una de las construcciones más simbólicas de Gran Canaria, y, sin duda, de Arucas, dado que la actual iglesia de San Juan aún no había sido terminada (se empieza a construir en 1906). El edificio fue junto a las presas una de las primeras grandes obras que se realizaron en Canarias. Ahora, 100 años después, el Ayuntamiento de Arucas tramita su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC).