Y el maestro 'dio la nota'

No podía ser verdad lo que veían mis ojos. Rita Martín no tiene tantos reflejos ni la mala leche que se le supone como para montar un tour de turistas nórdicos y orientales al TSJC, en plena comparecencia de su jefe. La consejera no está para lanzar más campañas de promoción de calibre tan atrevido. Y traicionero. Imposible. Pero tuve que frotarme los ojos.

Pasaban justo dos minutos de las once de la mañana y por mi manía de asomarme desde la segunda planta del Palacio de Justicia al relajante patio interior del histórico recinto, una estampa de sketch publicitario se estampaba contra mi sien: una señora oriental no paraba de sacar fotos a los periodistas y cámaras, vueltos de espalda, de la segunda planta.

Lo hacía desde abajo, nada más acceder al patio. Acto seguido aparecía un señor fuertote con pinta de nórdico. Cámara en ristre fotografiaba desde abajo, sin ser visto, el despligue mediático de la segunda planta. La señora oriental se reía, dejaba de enfocar hacia arriba y captaba con su cámara al nórdico, fotografiando a su vez hacia arriba...

Imposible. No podía ser un recorrido turístico montado por Rita o la Bento. Tampoco a Roberto Moreno lo veo tan despierto como para promocionar Gran Canaria en la Vegueta judicial. Y caí en la cuenta segundos después: “¡Es Frantz!”. El músico alemán, citado como testigo en el caso salmón que investiga un supuesto cohecho cometido por José Manuel Soria, llegaba para declarar ante la magistrada Margarita Varona. Y lo hacía dando la nota, cámara digital en mano y sonrisa perenne.

Frantz, su amiga periodista china que tiene alojada en su casa del sur de la isla, y un secretario del músico subieron a la segunda planta. Se dejaron retratar y retrataron, entraron a la Sala, todavía con Soria deponiendo, volvieron a salir y sin dejar de sacar fotos, el músico se dirigió a los medios de comunicación presentes: “¡Hola, hola, hola a todos, somos colegas...!”.

Fue el show de la mañana en el TSJC. Frantz arrancó sonrisas y algún que otro comentario jocoso: “Jamás ha visto tanto periodista en sus conciertos, debe ser eso...”. Se limitó a comentar que prefería no hacer declaraciones para no ser mal interpretado por su falta de dominio del castellano, pero sí atinó a explicar que él ha invitado a sus conciertos “al Rey de España y al presidente de Alemania”. Faltaría más no hacerlo con Soria.

África Marrero intercedió para celebrar la cena de 2003

En sede judicial, Justus Frantz aportó poco más al caso. Fue en su casa, el viernes previo al viaje en el jet privado de Lyng, cuando en una cena entre los tres matrimonios -Frantz, Soria y Lyng-, el músico invitó a las parejas a asistir a uno de sus conciertos en Salzburgo. Y de ahí parte todo el caso que instruye la magistrada Margarita Varona.

Frantz declaró a la magistrada que fue África Marrero, viuda del importador de pescado Pierbruno Banchio, quien intercedió, a través del empresario turístico alemán Theo Gerlach, para que los Soria conocieran a los Frantz.

Y se celebró la cena. Aquella que llevó en el jet de Lyng apresuradamente a los Soria a Salzburgo, en un viaje de ida y vuelta, y de nuevo a Trondheim, ya con uno de sus hijos, sin tiempo material para sacar dinero en efectivo. De ese que prefiere guardar en su casa de Tafira el vicepresidente del Gobierno.

P.D.: al término de su declaración ningún medio de comunicación esperaba ya por Justus Frantz. La noticia estaba en otra parte...

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