Un presidente con perfil técnico
Carlos Alonso, de Coalición Canaria, se convirtió este lunes en nuevo presidente del Cabildo de Tenerife y sigue así la estela de Ricardo Melchior en su objetivo de convertir la isla un lugar estratégico de las comunicaciones a nivel mundial. Carlos Alonso, de 43 años, llega a la presidencia de la corporación insular tras seis años como consejero, como reemplazo del largo mandato de Melchior, que llevaba 14 años al frente del Cabildo tinerfeño.
El acto que se celebró en el Cabildo de Tenerife es insólito no sólo porque Melchior se ha decidido a dar un paso al lado sino también porque es la primera vez que alguien asume la presidencia de la corporación insular sin pasar por las urnas.
Carlos Alonso está casado, tiene dos hijos, habla inglés y francés y le gusta el cantante belga Jacques Brel, que conoció en su juventud durante los años que vivió en Bruselas.
El nuevo presidente es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de La Laguna, máster en Estudios Europeos por el Colegio de Brujas y ha publicado varios trabajos sobre la integración de Canarias en la Unión Europea.
En su etapa política, que inició con el Partido Popular, ha desempeñado también diversos cargos fuera del Cabildo tinerfeño, como administrador de la Unidad de Regiones Ultraperiféricas de la Dirección General de Política Regional de la Comisión Europea y director general de Asuntos Económicos con la Unión Europea del Gobierno de Canarias (1996-1999).
En el Cabildo ha sido responsable de Economía, Competitividad y Turismo y ha destacado por promover los proyectos de los trenes del norte y sur de la isla y el proyecto Alix, que incluye el desarrollo de un punto neutro de acceso a internet (NAP) y un nuevo submarino entre Tenerife y la Península.
Asimismo, ha sido jefe de Proyectos de Presidencia del Cabildo de Tenerife (2001-2003), viceconsejero de Agricultura (2000-2001) y director general de Ganadería (1999-2000).
En sus manos está continuar con la línea de su antecesor y convencer no sólo de que los cabildos siguen siendo necesarios para la cohesión y el equilibrio de Canarias, sino que de están llamados a asumir poco a poco gran parte de las competencias de la comunidad autónoma.
Carlos Alonso, por un afortunado cúmulo de factores y ser el “mirlo blanco” de Melchior, según algunos, y por constancia y dedicación, según otros, ocupará a partir de hoy la presidencia de un cabildo que, pese a la crisis, presume de haber cerrado el ejercicio presupuestario de 2012 con superávit.
Entre sus retos, según ha desvelado hoy en su discurso, está crear un programa específico de empleo para que las pymes contraten, internacionalizar Tenerife y volcarse en la relación con África, y mejorar el espacio y la oferta alojativa de la isla para apostar por el turismo, “sector principal ahora y en el futuro”.