Ylenia Pulido: “No existe comunicación entre los consejeros del Cabildo y la secretaria general de Podemos”

Ylenia Pulido, consejera de Arquitectura y Vivienda del Cabildo de Gran Canaria. (ALEJANDRO RAMOS)

Iván Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

El discurso de Ylenia Pulido (Las Palmas de Gran Canaria, 1985) suena enérgico. La consejera de Arquitectura y Vivienda del Cabildo de Gran Canaria, la más joven de la corporación, mantiene el brío y las ganas que le llevaron a embarcarse en el proyecto de Podemos desde el círculo del municipio de Santa Lucía y a alejarse de forma temporal de la abogacía, profesión que ejerció durante más de cinco años en gabinetes jurídicos y en el Turno de Oficio.

Y ello a pesar de los terremotos que han sacudido a la formación morada en la isla desde las primarias de 2015. Pulido defiende que las tensiones internas no han influido en la acción política de los consejeros en el Cabildo y destaca la impronta morada del tripartito insular, pero no oculta su decepción con la dirección regional de la formación, con la que se han roto puentes.

Los consejeros Juan Manuel Brito y María Nebot mantienen un enfrentamiento público y notorio con la secretaria general de Podemos en Canarias, Meri Pita. Su también compañero Miguel Montero ha pedido su dimisión. ¿Cuál es su postura? ¿Ve necesario un relevo en la dirección regional del partido?

Son necesarios cambios en las formas de hacer política. No es una cuestión de personas, sino de formas. Y eso no lo digo yo sola. Pablo Echenique, como secretario de Organización estatal, está reconfigurando todos los círculos municipales, los consejos ciudadanos municipales, precisamente para darle una vuelta de tuerca a la forma de hacer política. Yo no creo que se solucionen las cosas cambiando a personas, cambiando las formas de gestionar, sí.

¿Ha habido suficiente análisis y autocrítica en el seno de Podemos en Canarias tras el varapalo del 26J?

Se celebraron varias asambleas a instancias de Pablo Echenique. En esas asambleas se discutió acerca de los resultados, pero no hemos discutido lo suficiente. Esas asambleas se hicieron prácticamente después de las elecciones, creo que hacían falta unas semanas más para sopesar los resultados y tener una reflexión más profunda. Echo en falta un poco más de debate, pero los tiempos al final son los que son y no podemos hacer mucho más.

¿A qué cree que se debieron esos resultados?

El pacto con IU se cerró muy rápido, lo podíamos haber gestionado desde antes. No hubo primarias y eso es algo esencial en Podemos. Los tiempos marcan la realidad, pero quizás debimos hacer un esfuerzo entre ambos partidos para que ese acuerdo fuese antes y se pudiese canalizar y explicar mucho mejor. También ha influido la campaña del miedo y esa campaña sólo se puede rebatir si hacemos hincapié en las actuaciones que están haciendo los cargos públicos en las instituciones, allí donde gobernemos o donde no gobernemos. Estamos haciendo actuaciones que benefician a la ciudadanía y la mejor manera de combatir la campaña del miedo es explicando lo que hacemos los cargos públicos de Podemos.

Javier Doreste dijo que la etiqueta de izquierda había perjudicado al partido el 26J, que funcionaba mejor el discurso abajo-arriba. ¿Está de acuerdo con esta apreciación?

Sí, tiene razón. No podemos radicalizar las posturas. Nos hemos construido de abajo hacia arriba, no polarizando el debate en izquierda y derecha. Muestra de ello somos todos los que estamos en las instituciones. La mayoría no tenía experiencia política. Teníamos que haber reforzado esa visión de abajo-arriba porque los de abajo hemos sido los que hemos gestionado la dinámica del partido.

¿Influyó de alguna manera la acción política que han desarrollado los consejeros de Podemos en el Cabildo de Gran Canaria y los concejales en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria en esos resultados?

En absoluto. No sólo no ha tenido nada que ver, sino que además me parece injusto. Cuando tuvimos buenos resultados en diciembre nadie dijo que esos buenos resultados eran consecuencia de la gestión en Las Palmas de Gran Canaria o en el Cabildo de Gran Canaria. Acordarse de la gestión de los cargos públicos sólo para lo malo creo que es injusto. Tuvimos mejores resultados en diciembre y nadie dijo nada de la acción institucional y también la estábamos desarrollando. Me consta que no sólo yo, sino también mis compañeros hacen esfuerzos por hacerlo lo mejor posible. No achaco los resultados a nuestra gestión, en absoluto.

¿Por qué no participaron los consejeros del Cabildo en los actos de campaña?

Yo fui a los actos de campaña que me iba enterando por los compañeros, pero no acudimos a ningún acto concreto a intervenir porque no se nos dijo que fuera así. El comité de campaña decidió que la estrategia era una en concreto, en la que los miembros del Cabildo no participamos activamente interviniendo en asambleas, ni en radio o tele, no se nos visibilizó, porque eso fue lo que se decidió, pero sí participamos con los compañeros en las convocatorias, en la preparación de las asambleas, en la pegada de carteles... Es una decisión del comité de campaña.

¿Hasta qué punto inciden las discrepancias dentro de Podemos Gran Canaria en la acción política de sus miembros en el Cabildo?

No creo que haya tensiones internas que dificulten la acción institucional, porque la acción institucional debe estar por encima de cualquier tipo de discrepancia interna. ¿Hay discrepancias? Por supuesto. Nos llenamos la boca diciendo que en Podemos caben todos y todas, pues también caben todas las opiniones de todas las personas, siempre que entren en el marco del respeto. Pero esas opiniones diversas no deben repercutir negativamente en nuestra acción de gobierno.

¿Cuál ha sido la relación con los consejeros Brito y Nebot? Recientemente les veíamos junto a Miguel Montero y usted rindiendo cuentas de su gestión. ¿Se han superado las diferencias?

Hay que diferenciar dos cosas. La gestión institucional y política que hacemos en el Cabildo, en la que la muestra de que no existen divisiones o discrepancias fue ese acto de rendición de cuentas, en el que explicamos nuestra labor, y otra cosa es que internamente hayamos tenido diversidad de opiniones, pero que es algo normal y que no tiene que repercutir en nuestra gestión diaria. Lo que hacemos aquí debe superar cualquier diferencia sobre la forma de hacer política. Esas discrepancias forman parte de la normalidad dentro de cualquier partido. Formamos un grupo que tiene que llevar a cabo una acción política concreta, determinada, y trabajamos en ese sentido por encima de nuestra opinión en otros temas.

¿Cómo valora la situación de Juan Manuel Brito, suspendido de militancia desde junio de 2015?

Este tema debería resolverse lo antes posible, no sólo por él, sino por todo el partido. Es un tema que no me compete a mí y que terminará cuando tenga que terminar, pero es cierto que no es una situación agradable para nadie.

Sus compañeros insisten en que reducir las tensiones internas a una cuestión de dos bandos es reduccionista. ¿Cómo se explica entonces la situación que se vive en el seno de Podemos en Gran Canaria?

Son diferentes formas de gestionar la política y diferentes opiniones. Tenemos la suerte de que la mayoría de los que formamos parte de Podemos no hablamos mediante comunicados ni declaraciones en prensa. Hablamos en reuniones y en asambleas. Y hay diferentes opiniones. Como en la vida misma, ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos. Hay diversidad de opiniones y formas de hacer política discutibles dentro de una organización que acaba de nacer. A veces se nos olvida que hemos pasado por campañas de primarias, campañas electorales, toda una maquinaria electoral que a lo mejor no nos ha permitido forjar una organización al hilo de lo que decíamos en un principio, hay que trabajar más en la participación y forjar un partido cohesionado. En esta línea, Echenique está trabajando en ello.

¿Ha sabido la dirección del partido a nivel regional gestionar esas diferentes sensibilidades en un proyecto complejo y diverso como el de Podemos?

Desde el momento en el que aparecen diferentes opiniones que se trasladan a los medios de comunicación y empezamos a contestarnos a través de comunicados y entrevistas, eso no se está gestionando bien. Eso hay que gestionarlo en una mesa donde hablemos todos. Por suerte, la mayoría lo hace así. No actuamos a base de comunicados, no creo que eso sea bueno para la imagen del partido, no es la forma de actuar, tenemos que hacerlo sentados en una mesa debatiendo y discutiendo qué organización queremos y en qué podemos cambiar las cosas. Yo siempre he estado abierta a tener esos debates y a sentarme en una mesa con quien sea necesario. Esa es la fórmula y no a través de los medios de comunicación, porque al final se hacen esas conclusiones reduccionistas que no reflejan la realidad.

¿Funcionan los cauces de comunicación entre los consejeros del Cabildo de Gran Canaria y la dirección regional de Podemos?

Actualmente no tenemos comunicación con la secretaria general. Le hemos pedido varias reuniones, no ha habido manera de contactar con ella. Sabemos que está muy ocupada con los viajes a Madrid, que su tiempo no es el mismo que hace un año, pero sí estamos esperando una reunión con ella porque al final los cargos públicos tenemos que tener una vinculación con el partido. Con el Consejo Ciudadano Insular de Gran Canaria sí que hay vinculación y tenemos relación, pero con la dirección regional no hay comunicación porque no se ha reunido con nosotros.

¿Cuántas veces se lo han pedido? ¿Cuándo fue la última vez que se reunieron?

La última vez fue en enero. Hemos mandado varios correos, no sé el número. No es cuestión de que nosotros le pidamos, es que lo debido es que existan reuniones periódicas con todos los cargos públicos para contar lo que estamos haciendo y los problemas con los que nos encontramos día a día y que necesitamos resolver. Lo idóneo serían reuniones periódicas con la dirección insular del partido, que esas reuniones las vamos teniendo, pero también con la regional, porque hay políticas que deben ser comunes en todo el Archipiélago, como por ejemplo todo lo que tiene que ver con la Ley del Suelo. Es necesario tener una vinculación con el órgano autonómico que actualmente no tenemos.

¿La dirección regional del partido cree en el pacto en el Cabildo de Gran Canaria?

De lo que estoy convencida es de que la dirección regional del partido respeta la decisión de la gente y la decisión de la gente fue que teníamos que estar en este pacto. A veces se nos olvida que este pacto no lo decidieron personas individuales, se decidió en una votación que se hizo durante varios días en la plataforma digital que se habilitó para ello. Y estoy segura de que eso se respeta por todos los miembros de Podemos como no podía ser de otra manera, más allá de las opiniones personales de cada uno.

¿Hasta qué punto influyen en el funcionamiento orgánico del partido las pugnas históricas de diferentes familias de la izquierda canaria?

No ha influido de manera negativa, al contrario, eso lo que ha hecho es enriquecer más al proyecto. Al final Podemos era eso, aunar fuerzas, aunar opiniones. Siempre hemos dicho que cabemos todos y esas diferentes fuerzas de la izquierda, en lugar de restar, suman y ayudan a fortalecer un partido que en Canarias es el que es.

¿Qué ha pasado con la participación, con las asambleas, con los círculos? ¿Se ha desconectado el partido de las bases?

El hecho de que Podemos se haya convertido en apenas un año y medio en una maquinaria electoral, con primarias dentro del partido, elecciones locales, autonómicas y dos elecciones generales, nos ha obligado a centrarnos en ello y orgánicamente hemos descuidado el trabajo con la sociedad civil. Pero no ha sido malintencionado, los tiempos iban marcando una realidad que es la que es. Sin embargo, en las instituciones hemos sabido complementar esa parte. Trabajamos todos los días con la sociedad civil, con organismos, asociaciones que nos ayudan en nuestra tarea. En gobierno, por supuesto, pero en la oposición también. Mis compañeros del Parlamento de Canarias se reúnen todas las semanas con multitud de colectivos. Al final hemos sabido suplir los problemas que teníamos a nivel orgánico, estábamos centrados en las elecciones porque teníamos la necesidad de ganar unas elecciones y cambiar la situación de este país. Prueba de ello es el acto de rendición de cuentas de los consejeros del Cabildo, un acto al que acudieron todas las asociaciones y todos los organismos con los que trabajamos diariamente en el Cabildo.

¿Cuál es la salud del pacto en el Cabildo de Gran Canaria? ¿Qué sello le ha imprimido Podemos?

Este no hubiera sido un gobierno del cambio si Podemos no hubiese estado. Es cierto que, aunque somos tres partidos diferentes, tenemos muchas cosas en común, si no no estaríamos gobernando juntos. Yo me siento tranquila, estoy contenta, trabajo bien y no tengo ningún tipo de problema en el grupo. ¿Qué marca le hemos añadido? El tema de la participación fundamentalmente. No sólo porque hemos creado una consejería específica, sino porque en el día a día tenemos un nivel de participación con la sociedad civil que es de destacar. El tema de la participación no es un lema, no es algo que quede en los documentos de Podemos, es algo que llevamos a la realidad a diario. El Consejo de Juventud se ha puesto en marcha después de muchísimos años. Gracias al servicio de mediación hipotecaria más de cien familias mantienen sus viviendas. Hemos cumplido con lo que tenemos en nuestro programa y hemos impregnado de morado este pacto.

¿Qué futuro le auguras a Podemos? ¿Hacia dónde se debe dirigir?

Debemos recuperar la conexión con la sociedad civil, trasladar lo que hemos conseguido en las instituciones al día a día. Podemos no son sólo las personas que participan en los círculos y las asambleas, Podemos es muchísima gente que a veces no se acerca por miedo. Eso nos ha pasado a nosotros. La gente muchas veces cuando te conoce ve que no eres aquello que dice la prensa. Tenemos que romper esa barrera y tenemos que romperla demostrando lo que hacemos en las instituciones. Que no nos comemos a nadie ni secuestramos niños ni nada de eso. Y esa labor es importante para conseguir fortalecer la relación con la sociedad civil. Las asambleas tienen que llenarse no sólo con personas que participan activamente en Podemos, sino de personas que tienen algún tipo de afinidad con Podemos, atraer a esa gente que todavía no se ha acercado a Podemos. Necesitamos abrirnos más y enganchar a la gente porque ellos son la toma de tierra de todos los que estamos en las instituciones y los necesitamos.

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