Cuando la atención social se convierte en un recurso indispensable

Acceso de la residencia de mayores de Santa Brígida.

Elena Naranjo / Elena Naranjo

Las Palmas de Gran Canaria —

Con 25 centros de día y un total del 8.229 plazas en todas las Islas, Canarias es la décima comunidad de España en la prestación de servicios a la tercera edad. Sin embargo, el incremento de la tasa de envejecimiento de la población es un hecho que vaticina una mayor demanda y diversidad de este tipo de atención. A partir de los 60 años no solo se trata de prestar asistencia sanitaria, sino de cubrir aspectos psicosociales que, a menudo, quedan en un segundo plano.

La enorme necesidad de los centros de día es una realidad en nuestro país. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, la tendencia a diez años vista es que en España residirán 9,7 millones de personas mayores de 64 años, 1,5 millones más que en la actualidad (un 17,6% más). Este envejecimiento poblacional implica una mayor tasa de dependencia y requiere el aumento de las prestaciones y servicios enfocados hacia el bienestar y el mantenimiento de la calidad de vida de la tercera edad. Canarias no es una excepción a esta tendencia si tenemos en cuenta que la tasa de fecundidad actual del Archipiélago se sitúa en el 1,05%, lejos de la media europea que se sitúa en un 1,57% y más aún del 2,1% que se considera el nivel necesario para garantizar el reemplazo generacional. A este descenso en la natalidad hay que sumarle la emigración de personas nacidas en las Islas en edad laboral. No obstante, Canarias será de las pocas comunidades que no pierda habitantes gracias al establecimiento de población extranjera, aunque será una población de edad avanzada.

La asistencia a las personas mayores se ha convertido en una prioridad y en uno de los sectores que más empleo genera, no solo desde aspectos sanitarios, sino especialmente desde el enfoque de la atención social. Residencias, teleasistencia, centros de día y actividades para mayores impulsadas desde los propios ayuntamientos y clubes de la tercera edad son servicios que reciben cada vez una mayor afluencia y demanda. La Consejería de Políticas Sociales define los centros de día como aquellos en los que se ofrece atención integral durante el día a las personas mayores que padezcan carencias, tanto en su situación psicofísica como en la social, con el fin de mejorar o mantener su nivel de autonomía personal mientras permanecen en su entorno y ambiente familiar. Su labor no solo se dirige a las personas que acuden a ellos, sino también a las familias que confían el bienestar de sus mayores a estos centros donde lo que se pretende es garantizar la compañía y los cuidados de los usuarios. La variedad de los perfiles de personas que se acercan a los centros de día requiere la implicación de una plantilla de trabajadores de lo más diversa. Al personal administrativo se unen trabajadores sociales y educadores cuyo objetivo es incentivar la autonomía, la socialización y el aprendizaje de la tercera edad. La soledad y los trastornos depresivos que ésta suele traer consigo son una de las principales barreras que estos profesionales intentan superar. Muchos mayores llegan a estos centros con la sensación de ser una carga para sus familias y, a menudo, se enfrentan además al desamparo por la pérdida del cónyuge. En estos centros se fomenta su integración en la comunidad y se les motiva para la realización de talleres y actividades que les permitan ampliar sus conocimientos en lengua, idiomas, cine o nuevas tecnologías. El objetivo es proporcionarles las herramientas necesarias para que inviertan su tiempo en tareas que fomenten su aprendizaje y, en consecuencia, la mejora de su autoestima y estado de ánimo.

El desarrollo personal y la socialización como incentivos

La intención en los presupuestos previstos para Canarias en 2014 es la de no recortar en áreas como sanidad, educación y políticas sociales. De hecho, los presupuestos de Políticas Sociales en las Islas han experimentado un crecimiento de un 6,7 % para 2014, a pesar de los nuevos recortes del Estado, según ha anunciado la Consejera de Cultura, Deportes, Políticas Sociales y Vivienda, Inés Rojas. La consejera señaló que “para el presente año se incrementa la ayuda económica de la Prestación Canaria de Inserción a la que se destinan 23 millones de euros, 5 millones más que el presupuesto inicial del año 2013”. Sin embargo, aunque en estos presupuestos también se han incrementado las partidas destinadas a centros de día, el problema de éstos es de ocupación y acceso. La demanda se incrementa cada año de manera que surgen incluso listas de espera para participar en las actividades y, teniendo en cuenta que estos centros se sitúan en algunos de los municipios con mayor población, quedan lagunas sobre cómo prestar la atención adecuada a las personas mayores de zonas rurales y núcleos menos poblados. En muchos casos son los ayuntamientos los que asumen la tarea de atención a la tercera edad y ponen a disposición de sus habitantes espacios habilitados para la reunión y asociación de personas de más de 60 años que quieran desarrollar acciones en un marco de socialización e integración con la comunidad. Es el caso de la Concejalía de Cultura, Patrimonio Histórico, Turismo y Mayores de la Vega de San Mateo, desde la que se organizan todas las acciones dirigidas a la tercera edad atendiendo a las necesidades de los habitantes de un municipio que cuenta con una gran segregación de población por barrios.

La idea fundamental es fomentar la participación de las personas mayores en actividades de todo tipo adaptadas a la edad y teniendo en cuenta sus capacidades y necesidad de desplazamiento, pero sin que esto llegue a constituir impedimento alguno. Excursiones, visitas culturales, bailes, clases de manualidades, rondallas y actividades deportivas son un reclamo para los mayores de la zona y también para los de otras localidades que acuden al municipio para participar en los eventos organizados. Desde el consistorio reconocen que no puede obviarse la figura de estas personas como dinamizadoras de un turismo regional y de la economía local, pero destacan también la importancia de la atención a domicilio de personas mayores que no pueden salir de sus casas. Actualmente, en la Vega de San Mateo cinco trabajadoras se desplazan por los barrios de Lagunetas, Utiaca, La Solana, Aríñez y el Casco urbano prestando ayuda a domicilio a los mayores y, aunque la demanda es creciente, los medios son limitados para cubrir todas las viviendas que requieren de asistencia. Domitila Naranjo Monzón, concejala de Cultura del municipio, señala que “esperamos ofrecer un servicio de comidas a domicilio a través del programa de alimentos para mayores con el fin de que las personas que lo requieran puedan estar atendidas diariamente en este aspecto”. Uno de las ventajas de estos programas es la gratuidad o el bajo coste para todos los usuarios que quieran acogerse a ellos. Los talleres y clases son de libre acceso y se intenta potenciar la gestión del tiempo de los mayores en actividades novedosas para ellos y que les permitan seguir el camino del aprendizaje. Las clases para adultos son el siguiente paso para todos aquellos que quieren ampliar sus conocimientos y cubrir deficiencias de su etapa de escolarización.

Sin embargo, una de las actividades que más seguimiento tiene es la iniciación a la informática y a Internet. “Para ellos es un libro abierto tener la informática, una puerta para descubrir el mundo de nuevo” apunta la concejala de Cultura, Patrimonio Histórico y Mayores de San Mateo. La idea fundamental es que se lleven a cabo actividades más allá de los juegos de cartas, el dominó y los bailes que potencien sus habilidades y conocimientos en un ámbito de intercambio con el resto de miembros de la comunidad, con el fin de que todos puedan beneficiarse sin coste alguno. Estas actividades suponen una inversión en la salud física y mental de los mayores, incentivando su socialización y el abandono del hábito de quedarse en casa o de no salir salvo para lo indispensable. Esta es la postura que también defienden desde el club municipal de mayores de Santa Brígida, pensado para pensionistas y que ha llegado a tener 2243 socios. “Estamos contentos por la participación, sobre todo en las excursiones, pero la crisis también ha afectado y no se puede dejar de lado que en la mayoría de los casos son los abuelos los que están manteniendo a las familias”, apunta la responsable del club Edelmira Martín. Aún así, más de 150 personas pasan a diario por el club de mayores ya que este centro, además de las actividades, presta servicios gratuitos de toma de tensión y control de índices de glucemia. En el funcionamiento de estos centros es habitual que se impliquen distintos agentes sociales como protección civil, enfermeros en prácticas o grupos de voluntarios para la impartición de los talleres. “Al inscribirse pensionistas, el rango de edad es más amplio y esto hace que los grupos sean más enriquecedores” añade la responsable del centro.

Desde los Servicios Sociales de los ayuntamientos también se tramitan las ayudas a domicilio, la teleasistencia y el acceso a plazas en complejos residenciales. Éstos últimos pueden ser de régimen interno o acoger también servicios de estancia diurna; sin embargo, lo más habitual es que de esto se ocupen los centros de día, destinados a atender a personas con mayor necesidad y ejerciendo una labor de apoyo a las familias. Éste es el caso del Centro de Atención diurna de Telde que, a través del Gobierno de Canarias, mantiene un convenio con la Obra Social La Caixa para la ejecución de actividades destinadas a la tercera edad fomentando tres áreas fundamentales como son la informática, la participación social y la salud y bienestar. En ellas priman actividades para mejorar las habilidades sociales y llevar a cabo acción local de voluntariado. Dentro de los programas de salud y bienestar destacan aquellos destinados a educar e informar sobre problemas como los dolores musculares y de articulaciones, el insomnio o la falta de ánimo. Además, Yanira Fuentes, animadora social del centro de mayores de Telde, señala que “los talleres se imparten por monitores enviados desde otras concejalías como la de Deportes, Cultura o Igualdad e incluso dentro del grupo de socios hay algunos voluntarios formados para enseñar a los demás y prestar su ayuda en las actividades”. Este centro se gestiona de forma conjunta con trabajadores enviados por el Ayuntamiento de Telde, el Cabildo de Gran Canaria y el Gobierno de Canarias. También colaboran en el desarrollo de talleres de aprendizaje la Asociación de Voluntarios de Informática de Mayores de Gran Canaria (Avigran) y la Consejería de Educación a través de la Escuela de Adultos, que imparte clases dos veces por semana. En cuanto a su estructuración interna, los socios del centro se organizan entre ellos e intentan trasladar su voz a los responsables administrativos a través de juntas de coordinación que se reúnen una vez al mes como apoyo al equipo de trabajo. “El objetivo es integrar su visión y peticiones en los programas de actividades, intentando así dar respuesta a la gran variedad de inquietudes que presentan los usuarios del centro que, por lo general, son muy participativos” añade la animadora social del centro.

El crecimiento de la población mayor de 60 años en las Islas supone una mirada obligada a las necesidades y carencias que existen en nuestra sociedad para atender a este colectivo del que todos llegamos a formar parte algún día. La tercera edad y la ancianidad son las últimas etapas de la vida, pero la decisión de cómo vivirlas depende de uno mismo. Desde los centros de día y clubes sociales se intenta promover el acceso de los mayores a todo tipo de actividades, facilitándoles además información sobre ayudas a las que pueden acogerse, especialmente aquellas relacionadas con el Imserso (Instituto de Mayores y Servicios Sociales del Gobierno de España). No obstante, la labor de los centros de día está destinada a personas con cierto grado de autonomía y en ellos no se lleva a cabo atención sanitaria de carácter primario. Antes de inscribirse como socios en alguno de estos centros es necesario conocer si se posee algún grado de dependencia dentro de la clasificación que recoge el Gobierno de Canarias. Se considera Grado I de dependencia o dependencia moderada cuando la persona necesita ayuda para realizar actividades básicas de la vida diaria, al menos una vez al día, o tiene necesidades de apoyo intermitente o limitaciones para su autonomía personal. Grado II o dependencia severa cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria dos o tres veces al día, pero no requiere la presencia permanente de un cuidador o tiene necesidades de apoyo extenso para su autonomía personal. Finalmente, el Grado III o de gran dependencia es aquel en el que se necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida cotidiana varias veces al día, y, por la pérdida total de autonomía mental o física, es necesaria la presencia indispensable y continua de otra persona habiendo necesidades de apoyo generalizado para la autonomía personal. El acceso a los Centros de Asistencia Diurna está pensado para personas mayores de 60 años, o cercanas a esa edad y cuyo cónyuge ya los haya cumplido, que no presenten un grado de dependencia superior al Grado I.

Atención a personas dependientes

Para las personas que presenten un grado mayor de dependencia, el Instituto de Atención Social y Sociosanitaria (IASS) gestiona hasta 17 centros para mayores con estas necesidades solo en la isla. Sus centros abarcan tanto la atención médica como las labores lúdicas y de socialización de los mayores. Configurado como un organismo autónomo bajo la tutela del Cabildo de Gran Canaria, los fines de este instituto son la promoción, prestación y gestión de recursos y servicios sociosanitarios en Gran Canaria, la docencia e investigación de la atención sociosanitaria y su promoción y la realización de otras actividades que puedan contribuir a estos fines. Desde el IASS recalcan la importancia de favorecer la integración de los mayores en las rutinas cotidianas, haciéndoles partícipes de labores familiares siempre que sea posible. Uno de los pilares funcionales de esta institución es la atención a domicilio ya que, en la mayoría de los casos, las personas dependientes prefieren permanecer en sus viviendas y hacer vida normal en su propio entorno.

El Consejero de Políticas Sociales del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Álamo, es el presidente de esta institución que presta atención sociosanitaria desde su creación en 1998. Para el 2014 el presupuesto destinado a plazas de dependencia es de más de 82 millones de euros (se ha incrementado en casi un 7% en los dos últimos años), lo que convierte al IASS en el organismo autónomo de mayor presupuesto del Gobierno insular. El consejero de Política Social ha destacado que “este presupuesto permite consolidar los servicios sociales que funcionan actualmente en Gran Canaria, ya que se garantiza el funcionamiento de todas las plazas suscritas hasta la fecha con ayuntamientos y ONGs en el marco del Convenio de la Dependencia”. Actualmente, el Convenio de la Dependencia que mantienen el Cabildo de Gran Canaria y el Gobierno regional gestiona un total de 3.587 plazas sociosanitarias, que se distribuyen entre 1.532 plazas para personas con discapacidad, 1.382 para mayores y 673 de salud mental. Álamo también señala que la intención del Cabildo de Gran Canaria es seguir aumentando las plazas sociosanitarias en función de la demanda, para lo cual se contará con una aportación de casi tres millones de euros adicionales con el fin de la creación durante el presente año de 110 nuevas plazas y la conversión de 96 plazas de Grado I a Grado II y 160 plazas a Grado III (alto requerimiento sociosanitario), atendiendo a las necesidades reales de los ciudadanos. En relación a esto, el Consejero de Políticas Sociales ha afirmado que “estamos ante una demanda importante de la sociedad a la que las administraciones públicas de forma conjunta y complementaria vamos a tener que ir poniendo solución”.

Y es que gestionar la dependencia no es solo costear las plazas por día, sino que implica también el mantenimiento de los centros, infraestructuras y todo tipo de recursos humanos vinculados a la prestación de un servicio de atención de calidad. La potencialidad del IASS y de otros agentes de atención social no está solo en los recursos económicos, sino en una buena gestión que se consigue trabajando con planes directores, estableciendo las distintas competencias de las administraciones y complementando servicios en función de las necesidades ciudadanas. Subvenciones para plazas de respiro familiar, labores de prevención a través de los centros de atención primaria o teleasistencia son acciones complementarias dentro del marco de la dependencia que tienen que seguir consolidándose. Desde el Instituto de Atención Social y Sociosanitaria también se espera poner en marcha un programa piloto de ayudas ortoprotésicas y de adaptación de domicilios para mayores y personas con discapacidad en riesgo de exclusión social como complemento al sistema de la dependencia. El objetivo primordial es mejorar la calidad de vida de las personas dependientes dentro de su entorno familiar en la medida en que las circunstancias lo permitan.

En líneas generales, Canarias no está a la cola de las comunidades españolas en cuanto a agentes públicos y privados que cubren necesidades de asistencia a la tercera edad y a la dependencia. No obstante, el acceso a las plazas y a ayudas conlleva una espera cada vez más larga que evidencia un aumento de la demanda que seguirá creciendo y al que de alguna forma habrá que dar respuesta. Los ayuntamientos son una pieza esencial en la gestión de los servicios; sin embargo, su radio de actuación es limitado teniendo en cuenta sus medios económicos y de personal. Es aquí donde la implicación desinteresada de la sociedad a través del voluntariado (profesores, personal sanitario en prácticas, monitores deportivos, etc.) se convierte en un recurso del que aún estamos lejos de poder prescindir.

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