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El milagro turístico de Artenara

Estatua de Miguel de Unamuno en Artenara

Iago Otero Paz

Artenara —

En el pueblo más alto de Gran Canaria a primera hora de un día entre semana apenas hay movimiento. Algún vecino para en el supermercado a comprar mientras que los visitantes más madrugadores buscan dónde poder tomarse una bebida que caliente el cuerpo para hacer frente a la brisa fría de esta hora. Con el avance de la jornada comienza a verse mayor trajín en las calles hasta que llega un momento que la tranquilidad se ve interrumpida por numerosas guaguas que llegan llenas de turistas que vienen a conocer este rincón de la Isla. En un sitio en el que el comercio funciona bien el fin de semana, el resto de días busca la manera de sobrevivir. Sin embargo, estos excursionistas no llegan a estar ni una hora y lo más que hacen, además de contemplar las hermosas vistas, es acercarse a la casa cueva Museo Santiago Aranda, que es gratuita. “Echan un pis y se van”, describe Daniel González naturalista y fundador del Colectivo Azaenegue, que ofrece rutas senderistas y de avistamiento de aves por el municipio. “A nadie le gusta este turismo de paso que no deja nada y genera gasto de agua, papel y limpieza. No pagan nada por la entrada al museo, por lo que deja más gasto que beneficio” expresa el alcalde Roberto García, quien anuncia que ya se ha aprobado que el museo, por el que diariamente pasan entre 200 y 300 personas, tenga una tasa de un euro.

Ante esto, la mayoría de empresarios del municipio, que se asocian desde 2015 bajo la marca Empresarios de Artenara (Edarte), así como vecinos con inquietudes, buscan fórmulas para que estas personas se queden y vivan la experiencia natural y arqueológica. “Huimos del turismo de la guagua, para preservar Artenara hay que apostar por un turismo de calidad que tenga en cuenta la artesanía, la ganadería, la agricultura...” sostienen Neus Santiago y Sergio Houghton, una pareja que este mes de noviembre inaugura la biocrepería Risco Caido. Este turismo de calidad lo está ofreciendo unos empresarios jóvenes que prefieren la tranquilidad de la cumbre al ajetreo de la capital o el sur de la Isla. Pero la clave pasa porque todo aquel que venga se enamore del pueblo y sus alrededores como lo hacen sus residentes. “Queremos que la gente venga a vivir y conocer todo lo que se puede ofrecer” añade Miriam Rodríguez, que gestiona la empresa de alojamientos en casas-cuevas Artenatur. Precisamente una de las claves y marca propia del pueblo son estas casas-cuevas. “Artenara es troglodita, su principal reclamo son las cuevas y su patrimonio natural”, prosigue Daniel González.

¿Y qué se puede hacer en el único ayuntamiento de Gran Canaria de la cumbre que también tiene costa? “Todo gira en torno al patrimonio natural, quien nos visita viene a ver paisajes, siempre se ha vivido vinculado al entorno y es uno de los reclamos. Aquí vivimos de esa forma y se nota en el carácter de la gente ya que mucha gente trabaja en el medioambiente”, proyecta González, acérrimo defensor de la riqueza de Artenara. Así, explica que el patrimonio cultural y su desarrollo está muy marcado por el medioambiente, y lo ejemplifica con los numerosos senderos que se pueden recorrer. “La cultura del pinar, los pinocheros, los carboneros, los caminos que hoy se usan para el senderismo eran los que usaba la gente para ir a recoger pinocha, leña, carbón, madera...todo está vinculado a la naturaleza”, reincide.

El empujón de Risco Caído

Desde que se abriera al público las visitas el yacimiento arqueológico de Risco Caído, son más los que se animan a pernoctar aprovechando que la visita empieza bien pronto, a las 7 de la mañana. Y es que Risco Caído da hospedaje y consumo al pueblo y en palabras del alcalde es “el plato fuerte” del conjunto de montañas sagradas que aspiran a ser Patrimonio Mundial de la Unesco. Aparte de esta misteriosa cueva, Artenara también podría tener otro punto de su geografía con esta categoría: la montaña de Acusa, una zona que los empresarios confían en que en breve se ponga en valor. Para ello, tal como aclara Roberto García, el Cabildo de Gran Canaria pretende emplear fondos IGTE en el ordenamiento de este espacio que está entre los más desconocidos por los grancanarios.

“Nos encantaría estar realizando más actividades en Acusa Seca, pero las cuevas que más valor tienen están totalmente desprotegidas y es irresponsable llevar a gente que no conoces a verlas. Desde hace tiempo se ha pedido que Patrimonio proteja esas cuevas para poder gestionar y explotar Acusa porque es de los complejos arqueológicos más importantes de la Isla con un entorno privilegiado y uno de los mejores palmerales”, señala González. Así, tanto desde Azaenegue como desde Artenatur avanzan que una de las experiencias que tienen ideada para cuando se arregle este lugar es una jornada con un desayuno en el pueblo, visita a la quesería, una ruta arqueonaturalista y como colofón un picnic ecológico o almuerzo de comida canaria en una finca ecológica. Con estas visitas lo que pretenden es integrar todos los proyectos alrededor del municipio, desde productos del sector primario, pasando por el transporte, el hospedaje, el senderismo y el comercio. “Estamos muy bien preparados” expone Javier Gijón, del restaurante Cueva del Molino, quien indica que a la buena mano de obra se le suma el valor añadido del entorno y la biodiversidad, claves para un turismo de tranquilidad.

“Risco Caído es el ejemplo perfecto, si creamos tres o cuatro experiencias más como la de Risco Caído, los propios empresarios que estamos en el municipio estamos resueltos”, zanja González, quien cree que para fortalecer la economía hay que poner en valor también el Parque Natural de Tamadaba y las instalaciones abandonadas que se encuentran en él.

La experiencia Alife como ejemplo de turismo sostenible

Los empresarios hacen hincapié en el turismo sostenible y ponen como ejemplo el evento de Alife Artenara, celebrado el pasado mes de septiembre y que es un plan de dinamización turística. Se trató de un fin de semana que giró alrededor del yoga, la música, la gastronomía y la naturaleza y que ha dejado satisfecho a los miembros de Edarte. “La idea es que se repita en cada estación del año”, narra Miriam Rodríguez, que gracias a este acto tuvo esos tres días sus alojamientos llenos. Precisamente en los últimos años ha visto aumentar la demanda de este tipo de turismo que invita a la gente a olvidarse de la rutina y desconectar del teléfono móvil. “A lo mejor están sólo un fin de semana, pero se van con las pilas cargadas”, sugiere, y afirma que en los seis años que lleva al frente de Artenatur ha podido constatar un perfil variado en sus clientes, desde parejas jóvenes hasta grupos de amigos, familias, canarios y extranjeros.

Lo más interesante del turismo sostenible es que genera un crecimiento controlado en manos de la gente del pueblo y, sobre todo, da rentabilidad y dinero. Con Alife se permitió a medio centenar de personas, en la línea de los valores que ofrece la naturaleza, vivir los potenciales del municipio dejando una huella ecológica mínima. “Es lo que queremos en Artenara, un turismo selecto y de calidad”, orienta Rodríguez.

En lo referido a la naturaleza no hay nadie mejor para proyectar la importancia de la misma que Daniel González, que la ejemplifica con el turismo ornitológico. “Este año ha tenido algo de demanda y parece que va a más. Tenemos sitios privilegiados para observar aves, desde la Punta de Las Arenas, donde simplemente pasar una noche allí escuchando entrar a las pardelas es todo un espectáculo, a el Pinar de Tamadaba donde puedes ver muchas especies y subespecies”, insiste el fundador de Azaenegue, que tiene una visión más amplia que los límites del municipio ya que ni las plantas ni los animales saben de fronteras, por lo que sus rutas también se desarrollan en La Aldea de San Nicolás, Tejeda y Agaete.

Un hotel de montaña que no hace gracia a los empresarios

El alcalde Roberto García desgrana cuáles son las intenciones en materia turística al frente del Ayuntamiento. El político socialista es claro y a la vez ambicioso y presiente que próximamente Risco Caído estará definitivamente en la lista del Patrimonio Mundial, por lo que ya están trabajando para un nombramiento que supondrá un antes y un después para el pueblo. En primer lugar están desarrollando una página web con el fin de tener una ventana al mundo que servirá para trabajar en origen en lugar de en el destino. “Podremos mostrar nuestros encantos al mundo”, recalca García, y destaca que para ello tienen cerca de un terabyte en material audiovisual. Con ello pretenden hacer un portal, que vendrá acompañado por una aplicación para teléfonos móviles, en el que se recoja rutas guiadas por los diferentes yacimientos arqueológicos, así como de senderismo, ciclismo de montaña y escalada. “Va a ser potentísima, me atrevo a decir que no hay ningún ayuntamiento en Canarias que tengan esta web”, advierte ilusionado.

Por otro lado, el Consistorio ultima la recuperación para la gestión municipal del restaurante-mirador La Cilla, que en la actualidad es propiedad del Cabildo de Gran Canaria. Una vez se haga efectivo este traspaso sacarán a licitación la explotación de estas singulares instalaciones. No es el único emplazamiento que saldrá a concurso en los próximos meses ya que se pretende hacer lo mismo con la pensión municipal, próxima a concluir su rehabilitación, y con el albergue de Las Cuevas, en el que todavía tienen que comenzar a trabajar para solucionar los problemas de humedades.

Sin embargo, lo que más defiende el alcalde es la construcción de un hotel de montaña en el suelo municipal al lado del restaurante La Cilla. “Se nos ha ocurrido la idea de un alojamiento donde se englobe el turismo deportivo y el de montaña, sacar ese suelo a licitación que ahora no tiene el uso hotelero, por lo que tendremos que modificar las normas subsidiarias. Estamos hablando entre 25 y 30 habitaciones y se incluiría un pequeño balneario”, ahonda el político. Con ello pretende atraer a equipos de elite que puedan realizar su preparación a más de 1.000 metros de altura. Pero esta instalación, que ya está centrando el debate de los artenarenses, tiene la oposición casi mayoritaria de los miembros de Edarte. “No se ha intentado recuperar esas casas vacías que hay en el casco, es un problema a resolver que podría solucionarse creando alojamientos en ellas”, apunta Miqueas Sánchez, presidente de los empresarios y propietario de la panadería Abraham Romero. Desde su punto de vista lo ideal sería crear los hospedajes a lo largo del pueblo en vez de construir un nuevo hotel, una idea que ya está desarrollando Miriam Rodríguez, quien en el último año se ha puesto en contacto con tres propietarios a los que les está gestionando y manteniendo sus viviendas vacías y las está dedicando al turismo. Y es que la asociación reclama una mejor dirección de las instalaciones municipales y opina, en líneas generales, que no es lógico seguir apostando por más infraestructuras cuando la gestión municipal no es la ideal.

“Es un atraso y no se puede renunciar a tener nuestro pequeño hotelito. En la variedad está el gusto, hay turistas que quieren la casa-cueva pero hay otras que no, yo nunca renunciaría de la casa-cueva, pero tampoco podemos renunciar a esto otro”, reitera García.

El otro gran proyecto en el municipio es el del Parque Medioambiental de Cumbres, conocido como Parque de Otoño, en el que el alcalde anuncia que existe una iniciativa particular para crear en él un centro multiaventuras con unidades alojativas, una instalación que servirá para dinamizar el municipio.

Artenara es muy particular, lejana, pero con una gente muy cercana y abierta al visitante, fuente con la que lograr el milagro turístico de dejar de ser un sitio de paso a una parada obligatoria. El esfuerzo de los empresarios que saben sacar partida a un cielo limpio, un aire puro y un paisaje verde y montañoso ayuda, pero el empujón definitivo probablemente llegue si la Unesco pone el foco a nivel mundial en este pequeño rincón de Gran Canaria. No obstante, tendrán que hilar fino las administraciones para evitar la llegada intensiva de guaguas turística o, por qué no, una posible gentrificación tanto del casco antiguo como de Acusa Seca. En sus manos está optar por un modelo turístico sostenible o el obsoleto del turismo de masas.

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