Las asociaciones canarias de adicciones, desbordadas tras el incremento de demandas de ayuda tras la pandemia
Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, el próximo 26 de junio, la Asociación de Entidades Canarias de Adicciones (AECAD) ha publicado su Informe de Valoración de hábitos de consumo en materia de adicciones durante la pandemia (2020- 2021) en Canarias, en el que se concluye que los problemas económicos o el estancamiento y la ansiedad o la depresión han sido determinantes en el consumo de drogas para los isleños. De hecho, un 40% de las personas encuestadas declaran una necesidad acuciante de ayuda económica, a la que se añaden otras necesidades básicas como el alojamiento y la comida.
Entre las adicciones prevalentes y con mayor afección en la población destacan especialmente la heroína, la cocaína, el alcohol y el cannabis. Además, comienza a crecer el porcentaje de personas que teniendo un problema de adicción, abuso o consumo de sustancias declaran también verse reconocidas en una adicción comportamental o sin sustancia. “En general y con claridad, percibimos una mayor demanda de apoyo y ayuda, que se suma a mayores dificultades para atenderla por las propias restricciones que la pandemia impuso, así como una demora y atasco acumulado en la tarea”, apuntan en un comunicado.
Según explican, estas dificultades se mantienen por una financiación que sigue estancada desde hace años y que pone de manifiesto que “las adicciones no están siendo tenidas en cuenta como una prioridad en la estrategia pública de salud y derechos sociales”. “Apostamos por una financiación que esté a la altura de los retos a los que nos enfrentamos, tanto en cantidad como en estabilidad”, señalan.
La Asociación también ha detectado un aumento de consultas y demanda por personas a las que la pandemia ha puesto ante una situación límite en el ámbito de la salud mental, lo que ha terminado de tensar sus servicios, los cuales requieren además de una “mejor coordinación desde las entidades públicas y los diferentes sectores sanitarios, especialmente el campo de la salud mental que no puede desconectarse de la prevención y el tratamiento de las adicciones”. “Queremos destacar la escasa incidencia de contagios que hubo entre la población atendida y las personas profesionales, durante los momentos más duros de la pandemia como resultado de la puesta en marcha de protocolos que resultaron ser eficaces y que establecimos a instancia de las entidades, adelantándonos a las propias administraciones”, enfatizan.
Tanto en el ámbito de la salud mental como en otros problemas sociales (desempleo, falta de vivienda, desigualdad, violencia de género, …..), la AECAD reivindica una mirada integral e integradora de las adicciones “que se traduzca en una mejor coordinación y gestión entre administraciones y departamentos competenciales, entendiendo a las adicciones con y sin sustancia como fenómenos interseccionados con el resto de realidad de la exclusión social en Canarias”.
“La realidad de las adicciones apunta a una complicación y a retos muy complejos durante los próximo años, el debate de la legalización del cannabis, crisis económica en ciernes, nuevas sustancias y adicciones comportamentales, el peso de las TIC´s en las conductas adictivas o no saludables, los nuevos tipos de juego patológico y su extensión. Hoy más que nunca AECAD reivindica una apuesta por la prevención y el tratamiento de la adicciones como un política prioritaria en nuestra sociedad y que cuente con los recursos necesarios para ello”.
La AECAD, integrada por Proyecto Hombre - Fundación Canaria CESICA, la Asociación de Integración Social Calidad de Vida, la Asociación de Cooperación Juvenil San Miguel, la Asociación Norte de Tenerife de Atención A las Drogodependencias, la Asociación Palmera para la Prevención y Tratamiento de Toxicomanías y a la Fundación Canaria YRICHEN, atendió en las islas en 2021 a unas 24.280 personas, 12.006 en los servicios de tratamiento y 12.274 en actividades de prevención. Los programas, proyectos y servicios incluyeron entre otras a las unidades ambulatorias, los servicios de laboratorio, los centros de día, las comunidades terapéuticas, trabajo dentro de los centros penitenciarios, cooperación con centros hospitalarios para erradicación de enfermedades como la hepatitis, prevención en los centros educativos, barrios y familia.
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