Circuitos de entrada y salida, más personal y nuevas consultas: las urgencias de los centros de salud se adaptan a la desescalada
El avance del plan de desescalada en Canarias está provocando un incremento progresivo de la presión asistencial en las urgencias de los centros de salud. Las medidas de confinamiento impuestas tras la declaración del estado de alarma el pasado 14 de marzo produjeron un parón en su actividad. En el ambulatorio de San José, ubicado en uno de los barrios más populosos de Las Palmas de Gran Canaria, la media de pacientes que acudía a este servicio en día laborable, entre las 17.00 y las 09.00 horas, era durante esta etapa de entre 8 y 10 personas. En esta última semana, con la isla en la fase 1 de la transición hacia lo que se ha dado en llamar “nueva normalidad”, la cifra ha aumentado por encima de los 60, según afirma el portavoz de la Plataforma de Trabajadores de Urgencias Extrahospitalarias, Miguel Ángel Morales, que precisa que la actividad habitual entre semanas se situaba, antes de la crisis de la COVID-19, en torno a los 120 y 140 pacientes al día, y los fines de semana (24 horas), por encima de los 300.
La dirección de este centro de salud ha aprobado recientemente un protocolo piloto que recoge las reivindicaciones planteadas por los trabajadores, que se muestran satisfechos por los resultados obtenidos en los primeros días de funcionamiento. Entre las medidas propuestas y aceptadas destaca la creación de unos circuitos “seguros y diferenciados” para transitar por las instalaciones. Hasta ahora, los pacientes que acudían a urgencias durante el horario de guardia entraban y salían por la misma puerta, situada en uno de los laterales del edificio. Ahora, el acceso se realizará por la puerta principal del centro, en donde se ubicará un puesto de triaje con un profesional sanitario y un celador para poder aislar de inmediato en una sala contigua habilitada a aquellos casos sospechosos de padecer la COVID-19.
Los profesionales se habían quejado de que, hasta la fecha, los pacientes debían atravesar todo el centro hasta llegar hasta la sala de aislamiento o ser acompañados por un celador o vigilante de seguridad por el exterior del edificio, unos 300 metros, para alcanzar la entrada. La salida se mantendrá en la puerta del Servicio Normal de Urgencias (SNU), de manera que se establece ese circuito diferenciado para que se produzca la menor circulación posible entre las denominadas áreas sucias y limpias, tal y como marca la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.
Tampoco se utilizará la puerta habitual para el ingreso de los pacientes que hayan sido trasladados al centro en ambulancia tras ser derivados por la sala operativa del 1-1-2. Para este servicio habrá una entrada independiente para facilitar la labor de los profesionales y preservar la intimidad de las personas, otra de las reclamaciones que había elevado la plantilla.
El centro ha ampliado la capacidad de la sala de espera, de los 8 a los 16 pacientes, al habilitar para este fin la zona del recibidor de la entrada, con posibilidad de ampliarla aún más, y ha fijado una separación entre asientos. Los trabajadores habían denunciado ante la dirección que el pasillo que hacía las veces de sala de espera no reunía los requisitos mínimos para mantener la distancia física necesaria ni para soportar la presión asistencial habitual de este ambulatorio.
El protocolo piloto ha venido acompañado de un refuerzo tanto de personal como de espacios de consulta. Además de la sala de triaje y de aislamiento para tratar los casos sospechosos de COVID-19, la dirección ha habilitado para el servicio de urgencias dos consultas más que podrán ser utilizadas los fines de semana y festivos para tratamientos de enfermería y medicina. Hasta ahora, solo disponía de dos consultas para los tres equipos sanitarios con los que cuenta el centro de salud de San José, de manera que no podían trabajar todos de forma simultánea.
Durante el día, el ambulatorio dispondrá de dos celadores más y un enfermero para el triaje de pacientes. Para el Servicio Normal de Urgencias (SNU, de 17.00 a 09.00 horas en días laborables y las 24 horas los fines de semana), se incorporará otro celador. El de San José es uno de los pocos centros de salud de Gran Canaria que dispone de tres equipos de profesionales sanitarios (personal de medicina y enfermería) durante ese periodo, ya que la mayoría tiene tan solo dos. Los trabajadores del ambulatorio destacan que, con estos cambios, ahora dispondrán de “espacio físico suficiente” y “tres consultas totalmente equipadas”.
Según Miguel Ángel Morales, este protocolo dota al centro de una “mayor seguridad” para los usuarios y los trabajadores y también de “más intimidad” para prestar asistencia, ya que las salas disponibles hasta ahora no eran lo suficientemente espaciosas como para guardar la distancia requerida, unas limitaciones que llegaban hasta tal punto que ni siquiera se podía cerrar la puerta a la hora de pasar consulta, según expusieron los propios profesionales en un escrito remitido a la dirección. El portavoz de la Plataforma de Urgencias Extrahospitalarias de Gran Canaria, un colectivo que aglutina a unos 400 trabajadores, se muestra satisfecho con el sistema de pilotaje aprobado, que también se ha planteado, con sus diferencias, en otros centros, pero advierte de que aún no ha finalizado la situación de alerta y que conviene extremar las precauciones y no acudir a los servicios de urgencias si no es estrictamente necesario para no saturarlas.
Aumento de plantilla en Atención Primaria
La gerencia de Atención Primaria en Gran Canaria anunció el pasado miércoles a los representantes de los trabajadores un incremento de las plantillas de varios centros de salud. De esta manera, se dotará con un cupo más de profesionales sanitarios (médico y enfermero) a los ambulatorios de Vecindario, Guía, El Doctoral y El Calero, mientras que otros dos se rotarán entre los de Guanarteme, Puertos y Alcaravaneras. Según informa el sindicato Asaca, los servicios de urgencias de Gáldar y Canalejas aumentan también un doble equipo y la gerencia refuerza el área de Trabajo Social con otros dos profesionales de esta especialidad.
A estas contrataciones se le suman 13 interinidades de médicos de familia, 7 de pediatras, 5 de matronas (dos con actividad en un centro de salud definido y tres volantes) y 6 de conductores. Todas ellas comenzarán el próximo 1 de junio.
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