Un centro del CSIC estudia desde hace 10 años una cepa de 'E.Coli' y prevé compararla con la detectada en Alemania

Una mínima cantidad de producto con 'E.Coli' puede contaminar todo el lote si pasa a las líneas de producción

MURCIA, 31 (EUROPA PRESS)

El Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura, dependiente del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CEBAS-CSIC), lleva más de diez años estudiando un tipo de cepas de la bacteria 'Escherichia coli' ('E.Coli') denominada O157 y se propone, al menos, llevar a cabo algún estudio para comprobar si su comportamiento es parecido a la variedad localizada en Alemania, la 'E.Coli O104' o si, por el contrario, esta última tiene algún mecanismo que la hace más fuerte y resistente.

Así lo ha hecho saber en declaraciones a Europa Press la investigadora del departamento de Ciencia y Tecnología del CEBAS-CSIC, Ana Allende, quien se encarga del estudio de este tipo de bacterias, entre otros asuntos, junto con dos compañeras: la investigadora principal que lidera el grupo, María Isabel Gil, y la científica, María Victoria Selma.

Allende ha señalado que las instalaciones que el CEBAS tiene en el campus universitario de Espinardo (Murcia), albergan cinco cepas O157 de la bacteria para su investigación, que conservan “atenuadas y modificadas en un único gen, de forma que no sean capaces de desarrollar la toxina, aunque tienen un comportamiento idéntico a la cepa salvaje”.

Estas medidas de seguridad permiten “garantizar la seguridad del personal científico y estudiar exactamente cómo se puede eliminar y cómo se puede transmitir esta cepa de la bacteria”. Además, estas investigadoras llevan a cabo estudios sobre sistemas de detección y de los riesgos asociados a las fincas agrícolas con respecto a la contaminación, entre otras muchas cosas.

Allende ha confirmado que los investigadores del CEBAS siguen “con mucha atención” la progresión de la intoxicación en Alemania. De hecho, ha avanzado que el CEBAS tendrá que cambiar “posiblemente” en unos meses las cepas que investiga por una variedad que “pueda estar más adaptada o por alguna variante que la haga más resistente o tener un crecimiento más rápido”.

ESTUDIOS DESARROLLADOS HASTA AHORA

Allende es científico titular del CEBAS desde 2008, pero lleva desde 1999 trabajando con frutas y hortalizas frescas cortadas listas para el consumo y su riesgo de contaminación. A lo largo de este tiempo, sus investigaciones han permitido comprobar que “desgraciadamente, una mínima cantidad de producto que pueda estar contaminado con 'E.Coli' es capaz de contaminar todo el lote si pasa a las líneas de producción”.

Así, ha señalado que no es necesario que el producto venga del campo contaminado, ya que el procesado que se le hace en muchos casos a estos productos permite el desarrollo y la diseminación de la bacteria. Así, añade que hay puntos de la cadena de procesado, como el lavado, el prelavado o el centrifugado donde esa contaminación “es muy fácil de diseminar”.

“Aunque tengamos un 5 por ciento del producto contaminado, llegamos a tener casi el 100 por ciento del producto envasado contaminado si ha pasado por esta línea”, según Allende, quien ha hecho hincapié en sus estudios en tratar de determinar los mecanismos que permitan “cortar la contaminación, en caso de que llegue algo de producto contaminado en origen o en el momento de su recepción”.

El objetivo de su investigación es “evitar una diseminación y que solo la pequeña parte de producto que llega contaminado sea el problema, y no cientos de bolsas o toneladas de productos, como en este caso”, según la investigadora, quien ha destacado de esta forma que es “imposible el riesgo cero”.

Hasta este momento, Allende ha señalado que el CEBAS ha estudiado “la cepa con la que más frecuentemente estaba relacionada a estos productos agrícolas, que es O157”. Sin embargo, ha confirmado que la cepa que ha afectado a los productos en Alemania “es la cepa O104, cuyo comportamiento es prácticamente idéntico”.

El único cambio de la cepa localizada en Alemania es “a peor”, según Allende, porque la modalidad “es incluso más virulenta, ya que la enfermedad se desarrolla más rápido y es más agresiva”, pero ha confirmado que son “de la misma especie y muy similares”.

Por ejemplo, ha señalado que la cepa investigada en Murcia y la detectada en Alemania “siguen las mismas vías de transmisión”. Al respecto, ha recordado que los humanos “somos portadores de 'E.Coli', ya que son comunes en nuestros intestinos”.

El problema, ha precisado, es que aparezcan cepas correspondientes a alguna de las seis variedades que se conocen como virulentas, que no habitan en el organismo de los humanos pero sí que se encuentran en otros mamíferos como puede ser el ganado vacuno o las ovejas.

VÍAS DE TRANSMISIÓN

Así pues, la vía normal de transmisión es a través de las heces de los animales y todo aquello que puedan afectar. Por ejemplo, ha dicho que, en el campo, una de las primeras vías de transmisión es el agua de riego, en el caso de que un campo se encuentre cerca de una explotación ganadera y pueda haber un trasvase de las heces con la lluvia o escorrentía.

Incluso, ha señalado que una finca sin ganadería cercana se puede ver afectada por el hecho de que haya animales salvajes. Asimismo, ha señalado que cualquier persona que pueda estar contaminada puede afectar al producto en la cadena de distribución o en la manipulación.

En el caso concreto de Alemania, Allende ha explicado que lo que se comenta es que el envío de hortalizas “ha pasado por zonas que podían estar contaminadas porque previamente se hubiera transportado en ellas ganado, como un camión o contenedor de transporte, que se puede convertir perfectamente en un vector de transmisión”.

Allende ha afirmado que la cepa es capaz de crecer “si estos productos han caído en un contenedor o en una cinta de transporte que estuviera contaminada y luego no se han mantenido en condiciones de refrigeración, que es la única manera de frenar el desarrollo de la bacteria”. Así, ha recordado que hay muchos estudios que han demostrado que la bacteria puede crecer perfectamente en una hortaliza a 20 ó 25 grados centígrados de temperatura.

Además, Allende dice que se habla de contagios de persona a persona, lo que ha considerado “mucho más difícil”, pero que puede justificar el hecho de que la intoxicación se haya extendido tanto. De hecho, ha confirmado que se trata de “uno de los mayores episodios de extensión de esta bacteria que se han dado hasta ahora, sobre todo en Europa”.

En cualquier caso, Allende ha pedido “prudencia” porque, hasta que no se sepan los resultados de las analíticas no se puede conocer el origen de la contaminación“. Al respecto, ha pedido ”tranquilidad“ a la población, y ha advertido de la posibilidad de que haya gente que ”esté sacando beneficio y aprovechándose de la situación“ perjudicando a los mercados españoles.

La cepa detectada en Alemania “es la que causa la diarrea hemorrágica, y puede desencadenar un síndrome por culpa de las toxinas que produce”. De las seis cepas que se conocen, estas “son de las más patogénicas”, según Allende, quien ha confirmado que esta variedad es “a la que más se asocian las intoxicaciones alimentarias”.

En cualquier caso, Allende ha hecho hincapié en “tranquilizar a la población” porque las explotaciones agrícolas en España “están a la cabeza de la seguridad alimentaria”. Así, ha lanzado un mensaje de sosiego hacia el sector “porque es seguro comer hortalizas, y las intoxicaciones son casos muy puntuales”.

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