Un hospital de Valencia realiza el primer trasplante de manos a una mujer

Una mujer de 47 años, con las manos amputadas desde hace 28, ha sido la primera persona en España y el primer caso femenino en el mundo en recibir un trasplante bilateral de antebrazos y manos, en una intervención realizada en el Hospital La Fe de Valencia por el equipo de cirugía reconstructiva de la Fundación Pedro Cavadas.

La paciente, una vecina de Castellón, fue intervenida durante cerca de diez horas en la madrugada del 30 de noviembre al 1 de diciembre, según la información facilitada ese lunes en rueda de prensa por el cirujano Pedro Cavadas, acompañado por la paciente, llamada Alba, y el conseller de Sanidad, Rafael Blasco.

La mujer, que se encuentra “bien” y podría ser dada de alta esta misma semana, sufrió la doble amputación a consecuencia de una explosión realizada en una práctica de química y, según Cavadas, podría recuperar parte de la sensibilidad en un periodo de cinco o seis meses.

Alba aseguró este lunes en su habitación que se encuentra “muy bien, feliz”, “atravesando los pasos hacia otro mundo” tras haber “cambiado a una vida totalmente diferente” que es, confiesa, lo que más le ha “animado”.

Dijo que otras personas que están “igual o peor” que ella “tienen ahora la oportunidad” de conocer que estas intervenciones se pueden hacer, e indicó que cuando tras la operación vio las manos, dijo que eran “preciosas, es lo que primero escucharon decir los médicos”.

Alba es la primera mujer en el mundo que recibe un trasplante de antebrazo y mano, ya que hasta el momento se habían registrado 24 trasplantes de mano en todo el mundo, y solo seis fueron bilaterales y en hombres, en Francia, Austria y China.

La intervención, en la que han participado anestesistas del Hospital La Fe, comenzó a las 20.00 horas del 30 de noviembre con la preparación de la paciente receptora, sobre las 22.30 horas se recibieron las manos, procedentes de una donante de otra comunidad autónoma, y la operación duró hasta las seis de la mañana del 1 de diciembre.

“Cuando llegan las piezas se recortan las estructuras recíprocamente para que las longitudes sean las correctas y, a partir de ese momento, se fijan los huesos con placas y tornillos, se reparan con microscopio la arterias, venas y nervios, se cierra la piel y se despierta a la paciente”, explicó.

Cavadas explicó que la donante era más joven que la paciente receptora, aunque de raza y tamaño similar y características compatibles para poder realizar el trasplante bilateral, a seis centímetros por encima de la articulación de la muñeca.

Destacó que la evolución de esta intervención es similar a la de cualquier reimplante, y ahora “se está iniciando la movilización con rehabilitación pasiva y empezará a mover activamente en diez o doce días más, aunque tendrá sensibilidad no antes de cinco o seis meses”.

El cirujano explicó que cuanto más tiempo pasa tras la amputación de una mano “los tejidos están en peores condiciones y más difícil es la rehabilitación y la cirugía”, pero indicó que la mujer “está encantada, porque después de 28 años sin manos, se ve con unas que son objetivamente bonitas”.

Una vida independiente

Indicó que el resultado funcional de la intervención “debería ser brillante” y llegar a tener “dos manos útiles que le permitan una vida independiente, lo más parecida a la normalidad y mucho mejor que cualquier prótesis”.

“La literatura demuestra clarísimamente que el resultado es mucho mejor con un trasplante de manos que con cualquiera de las prótesis comercialmente disponibles en este momento”, afirmó Cavadas, quien señaló que en 2006 “la medicina basada en la evidencia es palabra de Dios a nivel científico”.

Cavadas explicó que el riesgo de rechazo es el mismo que cualquier trasplante, y por eso se le proporcionará una medicación de por vida, aunque será más fácil de diagnosticar el rechazo en un órgano que se está viendo que en otros en los que el médico solo se puede basar en los resultados analíticos.

Indicó que el trasplante de mano más antiguo que hay, realizado hace ocho años en Louisville (Estados Unidos), sigue “perfectamente bien” y hasta el momento se han “caído” solo dos manos, en ambos casos por haber dejado de tomar la medicación.

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