Iballa, Ana y Celia: tres mujeres en el corazón del tráfico de contenedores en el Puerto de Las Palmas
Son tres pilares fundamentales en la primera terminal de contenedores de Canarias. Junto al resto de compañeros y compañeras forman un equipo que se organiza para que todos los barcos que entran y salen por la mayor empresa estibadora del Puerto de La Luz y de Las Palmas funcione a la perfección. Celia Afonso, Ana Almeida e Iballa Franquis trabajan en la compañía Operaciones Portuarias Canarias (OPCSA) y aseguran que desde que llegaron se han sentido “una más” entre sus compañeros. A pesar de las tardes, las noches, las madrugadas y los festivos, estas tres trabajadoras desprenden alegría y entusiasmo al hablar de su empleo.
Iballa Franquis es natural de la isla de Fuerteventura. Estudió en Marina Mercante y completó su formación en la mar durante unos meses hasta que comenzó a trabajar con los barcos desde tierra. Es ship planner en OPCSA: se encarga de planificar la carga de los busques, hace los planes de estiba y colabora en la coordinación de las operaciones junto al departamento de Jefatura de Operaciones. “Somos como el centro de coordinación de las operaciones y resolvemos los problemas que van saliendo en el día a día, a parte de la planificación previa”, explica.
Su departamento está formado por nueve personas y, de momento, es la única mujer. La misma situación vivió en Reino Unido donde trabajó durante unos años como ship planner, pero con la diferencia de que su gestión era coordinar a escala europea. Trabaja directamente en la operativa. Siempre atenta a la radio en algunos de los tres turnos de estiba/desestiba que se llevan a cabo en el día.
Sobre su situación como mujer en el departamento reconoce que se siente muy a gusto y, si en algún momento ha notado alguna diferencia, es “un poquito de sobreprotección”. “Te vienen a decir las cosas y te las dicen de forma más suave”, cuenta. Franquis recuerda alguna anécdota cuando le han dicho “espérate que voy a traerte el coche limpio y yo le respondo ¿no es el coche que está utilizando todo el mundo?”.
Ana Almeida es data control. Lleva 16 años trabajando en OPCSA y forma parte del departamento encargado de introducir toda la información de los barcos que vienen y se van. “Si durante la operativa surge cualquier problema, tenemos que resolverlo nosotros. Nos coordinamos con los ship planner pero toda la información pasa por nuestro departamento”, cuenta. Es una de las tres mujeres de su área que, junto a cuatro hombres, forman un equipo de siete personas.
Almeida estudió administración para empresas de transportes y después de hacer las prácticas de su formación en la empresa municipal Guaguas Municipales, con 21 años la llamaron de la empresa estibadora y ha continuado hasta la actualidad. “Cuando yo entré en la empresa había más mujeres en mi departamento, se han ido o se han pasado a otras áreas mientras se han incorporado chicos nuevos”, cuenta.
En las palabras de la joven se denota una gran satisfacción por lo que hace. Al igual que Iballa, forma parte de la plantilla que trabaja en los tres turnos del día. “Es un mundo súper bonito, pero te tiene que gustar, aguantar los turnos con hijos, quienes tenemos hijos, con tu familia y por ello tienes que estar a gusto. Si esto no te gusta, aquí no haces nada”. Su experiencia como mujer trabajadora en una empresa estibadora ha sido “muy buena”, reconoce. “Somos todos iguales, hombres y mujeres, yo me siento súper querida y he crecido con todos ellos”, insiste.
Celia Afonso pertenece al departamento de la Jefatura de Operaciones. Llegó a la empresa hace aproximadamente 16 años como ship planner y en la actualidad se encarga de coordinar y ejecutar los datos recibidos por los otros departamentos. Es la responsable, junto a sus compañeros, de ver las manos portuarias, la gente que va a trabajar y cómo, cuánto tiempo necesitarán y el total de movimientos del barco.
Afonso es la única mujer de su departamento en el que trabaja con tres compañeros más. Considera que, en situaciones normales, sobre todo al trabajar con los estibadores, sí hay algo de sobreprotección a las mujeres, pero cuando se dan situaciones críticas “no hay ni hombres ni mujeres”. “Eres una más, estás discutiendo sobre un trabajo, sobre algo que tienes que hacer y da igual que seas hombre o mujer. Sobreprotección sí, pero cuando las condiciones son extremas somos iguales”, afirma.
Al igual que Ana, Celia llegó a OPCSA muy joven y sin hijos. Ambas cuentan las dos experiencias, la de organizar su vida sin responsabilidades familiares y la de ordenar muy bien su vida para poder disfrutar de sus pequeños. “Antes salía de trabajar, llegaba a casa, descansaba, me iba al gimnasio, quedaba con amigos…” cuenta Afonso.
“Ahora sales de aquí y que si el colegio, las actividades, en medio pongo una lavadora, el teléfono me suena”. Afonso no trabaja en turnos, entra cada mañana a las 05.00 y se va sobre las 14.30, pero continua operativa las 24 horas. “Mi hijo te puede hacer una planificación de un fin de semana perfectamente”, bromea.
“Yo a veces me paso tres días sin ver a mis hijos”, lamenta Almeida. En muchas ocasiones sale de trabajar del muelle a las 23.00 horas y cuando llega a casa sus pequeños ya están durmiendo, por la mañana se van muy temprano al colegio y ella sigue durmiendo. “El más chico muchas veces me dice: ”mami, ayer no te vi“. Eso da penita, al igual que cuando te pasas una tarde aquí metida o cuando hacen una comida y tú te tienes que venir a trabajar”, cuenta.
A pesar de ello, Almeida asegura que todo es “mentalizarse y acostumbrarse”. “Vivo de esto, gracias a esto tengo mi vida, los tengo a ellos y los puedo mantener”, acentúa. Una de las particularidades de trabajar en el Puerto es que está activo las 24 horas de los 365 días del año. “Te tienes que organizar muy bien y tienes que contar con ayuda de fuera. La familia es súper importante, por lo menos para nosotras”, recalca.
Iballa no tiene hijos y reconoce que en estos momentos no se lo plantea, pero si en un futuro quisiera ser madre, no lo ve posible. “No tengo familia aquí, no tengo a nadie y no quiero renunciar a mi trabajo”. La ship planner considera que “la vida laboral no nos facilita ser madres”.
En este punto, las trabajadoras aclaran que OPCSA facilita el trabajo a las mujeres embarazadas ya que les quitan los turnos de noches. Haces mañanas y tardes solamente durante la gestación, al igual que cuando te incorporas de nuevo a la empresa. Aún así reconocen que conciliar la vida familiar en España “es complicado”. “La realidad es que el país se está envejeciendo, hay problemas con las pensiones, pero no hay ayudas”, resalta Franquis.
En OPCSA trabajan 92 personas aproximadamente de las que 14 son mujeres. Representan el 15% de la plantilla de la empresa. De ellas, cuatro pertenecen a algunos de los 10 puestos directivos, seis trabajan en los turnos y el resto en administración, en el turno de mañana de 08.00 a 16.00 horas. En la terminal solo trabaja una chica y Franquis sube y baja a lo largo de su jornada varias veces. Las tres coinciden en que “el Puerto se debería abrir a las mujeres”.
Sobre las políticas de feminismo creen que “la igualdad es necesaria y hay que buscar la paridad en todo”. El problema, entienden, es que muchas veces no se actúa contra los opresores porque está todo muy normalizado. “Hay que llegar a un equilibro y en esto estamos todos”, apunta Celia, quien cree que una mujer tiene que demostrar “el triple” que un hombre para llegar a un puesto directivo.
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