La Juventud Obrera Cristiana denuncia la “precariedad, explotación y marginación” de los jóvenes
Incertidumbre y paro son palabras que no resultan ajenas a la juventud canaria, según ha descrito este martes María Isabel Herrera, miembro del Secretariado General de la Juventud Obrera y Cristiana (JOC) durante una rueda de prensa celebrada con motivo del Día Internacional del Voluntariado.
Según describe en un comunicado, Herrera describió el rostro de la juventud enmarcada en “la precariedad laboral, sin acceso a una vivienda digna, con una dificultad de acceso a los estudios cada vez mayor; explotados, marginados e ignorados, sin canales reales de participación para que nuestra voz sea escuchada y valorada, aumentando así la injusticia y las desigualdades. Jóvenes sin presente y sin futuro, sufrientes de un contexto y estructura social que fractura nuestras vidas”
Durante la rueda de prensa intervinieron también la presidenta de la JOC Canarias, Miriam Arbelo y la miembro del Secretariado General de la JOC, Raquel Lara, quienes a su vez expusieron un análisis de la realidad juvenil y de las claves de la poca participación social de la juventud.
Según datos de distintos informes sobre la juventud española, explicaron que solo una de cada tres jóvenes tiene algún tipo de actividad incluida la participación en grupos deportivos. “Un porcentaje muy bajo que se explica viendo la dualidad que viven los jóvenes respecto a las expectativas reales que tienen y sus referencias sociales, marcadas más por el tener que por el ser”, afirmó Herrera.
Los datos aportados dibujan una juventud en España que ve su realidad marcada por el paro, el 36% en menores de 25 años según la EPA del tercer trimestre de 2017; la pobreza laboral, el 20% de los jóvenes que trabajan tienen un nivel de ingresos inferior al 60% del ingreso medio según la OIT; el fracaso escolar, con una tasa del 19% de jóvenes entre 18 y 24 años siendo España es el segundo país de la Unión Europea; y la imposibilidad de independizarse, solo un 6% de las personas menores de 25 años puede hacerlo aumentando el número a un 41,3% en el rango de edades de 25 a 29 años.
Es decir, los jóvenes están en riesgo de pobreza. El 38,2% de las personas de 16 a 29 años se encuentran en esta situación según el indicador AROPE de 2015.
La JOC lamenta que el sistema educativo que no da respuesta ni parte de la realidad que vive el alumno, con la reducción constante de inversiones en políticas de juventud y políticas sociales, provocando que los planes y proyectos no lleguen a los barrios donde se mueve la juventud. A esto hay que sumar, continúa, unas crecientes adicciones de sustancias estupefacientes y digitales, que “nos despersonalizan y nos aíslan del resto perdiendo las habilidades sociales para relacionarnos y una juventud que tiene como referentes sociales a Amancio Ortega o a Bill Gates por encima incluso de sus padres”.
Raquel Lara argumenta que los jóvenes tienen “deseo de cambio, capacidad de indignarnos, organizarnos y hacer que otros también se organicen”. “Tenemos las capacidades y dones para hacer este mundo más fraterno y justo, pero no nos sentimos acompañados para poner todo ese potencial al servicio de la comunidad”, apostilla.
Motivo por el que demanda mayor inversión para este sector de la sociedad, más infraestructuras para su disfrute y un aumento del tiempo que se dedica a los jóvenes, porque “hay que estar presente”.
“Hay que partir de las potencialidades y de la realidad de cada joven, generar dinámicas que favorezcan una visión crítica de la realidad y que fomenten la cooperación más que la competitividad”, señala Lara.
Asimismo, considera que “hay que buscar el protagonismo de los jóvenes, darles los espacios y las herramientas para que vayan construyendo un mundo más justo. No pueden quitarnos esta responsabilidad, es nuestra”.
